En suspenso, la reforma migratoria

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El presidente Obama sugiere Obama requiere más tiempo para decidir sobre política migratoria

El Presidente Obama sugirió que aplazará su propia fecha límite para anunciar un esperado cambio en la política migratoria, mientras la Casa Blanca lucha con los dilemas políticos y legales a los que se tiene que enfrentar para hacer importantes alteraciones sin la aprobación del Congreso.

Fastidiado con el estancamiento en el Congreso, el Presidente dijo que hará uso de su poder ejecutivo para hacer ciertos cambios. Una propuesta que está siendo discutida podría atrasar la decisión que se tomará en torno a cambios más radicales y controversiales , mismos que están bajo consideración, hasta después de las elecciones de mitad de periodo en noviembre, de acuerdo a un funcionario de la Casa Blanca familiarizado con dichas discusiones.

Bajo dicho plan, el Presidente primeramente anunciará sobre las medidas que tienen como fin reforzar la ley actual, luego esperarse hasta fin de año para tomar una decisión en torno a un programa más radical que podría dar protección temporal a millones de inmigrantes de la deportación.

El plan de dos instancias tomará en cuenta las inquietudes de los legisladores demócratas que se encuentran en campaña en los estados con tendencias republicanas, y quienes han expresado su oposición a los planes de Obama de querer actuar de manera unilateral en tan controvertido asunto. Algunos senadores demócratas han dicho que debería esperarse a que el Congreso apruebe la legislación.

Y algunos estrategas demócratas se sienten preocupados  de que tal moción despierte la oposición de los republicanos y de la base del Partido Republicano a tan sólo semanas antes de las elecciones de mitad de periodo. El Partido Republicano espera poder mantener la mayoría en la Cámara de Representantes y necesita conseguir seis escaños para tomar control del Senado.

Los auxiliares dicen que el Presidente no ha tomado una decisión sobre dichas acciones o sobre el momento en que serán implementadas. El funcionario familiarizado con las discusiones, quien no quiso ser identificado al dar información sobre las liberaciones internas, dijo que la propuesta de dos pasos a seguir era una de varias que estaban sobre la mesa.

En una conferencia de prensa en la Casa Blanca ayer, el Presidente sugirió que podría necesitar de más tiempo de lo esperado.

Obama declaró en junio que estaba fastidiado con el estancamiento de los legisladores en torno a la legislación migratoria y ordenó al secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, que recomendara una serie de cambios que no requirieran de la aprobación de los legisladores.

Obama dijo que esperaba estas recomendaciones para “antes de que terminara el verano” y tenía le intención “de adoptar dichas recomendaciones sin más demora”.

Aún no ha recibido la revisión de Johnson.

Ayer, Obama reiteró sus planes de tomar acción, pero no habló sobre su fecha límite.

En su lugar, Obama señaló que la reciente oleada de menores que viajan solos a la frontera y que se entregan a los agentes fronterizos parece haberse atenuado. La crisis se apoderó  de los encabezados por gran parte del verano, agregando que los demócratas ahora están preocupados de que el apoyo del público para facilitarles el camino a millones de inmigrantes ilegales rumbo a la ciudadanía podría verse afectado.

Obama dijo ayer que la crisis “cambió la percepción del pueblo estadounidense sobre lo que sucede en las fronteras”, y argumentó que tal evento demostró por qué se necesitan hacer cambios. La situación también exige de la atención y los recursos de su administración, según dijo.

“Algunas de estas cosas en verdad afectan el curso de los tiempos y simplemente tendremos que trabajar de la manera más sistemática posible para lidiar con el problema”, dijo Obama en la conferencia de prensa. “Pero no lo duden: en la ausencia de acción por parte del Congreso, haré lo que esté en mis manos para asegurarme que el sistema funcione mejor”.

Los funcionarios de la casa Blanca dicen que el Presidente quiere poner en vigor una serie de amplios cambios, incluyendo un programa que sigue el modelo de un programa anterior que fue implementado en el 2012 para los llamados Dreamers —aquellos que entraron a Estados Unidos de manera ilegal cuando aún eran unos niños que ahora cuentan con otros requisitos, tales como un diploma de preparatoria o del servicio militar.

El nuevo programa podría proteger a semejantes grupos de inmigrantes —tales como aquellos que tienen fuertes vínculos con Estados Unidos o, por ejemplo, que tienen hijos viviendo en el país de manera legal— de la deportación.

Al aplazar la acción de Obama hasta después de noviembre les podría dar a los legisladores más tiempo para llegar a un consenso en torno a la inmigración. Aunque pocos en el Capitolio piensan que eso pueda llegar a suceder, pero Obama dijo que aún tiene esperanzas.

“La esperanza es eterna”, dijo ayer.

Es muy probable que la demora frustre aún más a los defensores de la inmigración quienes han estado presionando a Obama a que actúe —y quienes esperan que algo suceda pronto.

Complicando aún más las deliberaciones de Obama está la lucha presupuestal que les espera a los legisladores cuando regresen del receso de agosto a principios del mes entrante.

El Congreso debe proclamar una legislación para financiar al gobierno en el próximo año fiscal para 30 de septiembre, cuando la ley actual expire. Los conservadores han advertido que los republicanos podrían intentar ponerle un alto a las acciones del Presidente imponiendo prohibiciones al proyecto de ley de gastos.

Tal iniciativa tiene un fuerte parecido con el cierre de 16 días del gobierno del otoño pasado, cuando los republicanos intentaron, sin éxito alguno, anular la ley del cuidado de la salud de Obama.

Algunos demócratas le han dado la bienvenida al cierre gubernamental y lo ven como una oportunidad para poner en mal a los republicanos, haciéndolos parecer como extremistas, particularmente en el tema de la inmigración —un asunto especialmente importante para los electores hispanos. Pero otros han sugerido que semejante lucha podría dañar a ambos partidos, ya que los votantes ya están cansados de la crisis política que se vive en Washington.

 

Fuente: Los Ángeles Times vía El Diario

 

 

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