Viva Jorge Emilio I, Mirrey de México

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Por Salvador Camarena

Pobre Mirrey que se aburre en el Senado. De nuevo seis años en el Senado. Qué monserga las sesiones, la latosa campanita que convoca al pleno, las comisiones a las que sí va, las comisiones a las que no va, las iniciativas que hay que dictaminar, la lata de leer. Él quisiera estar en su cama, en bata, viendo revistas, o en Cancún. ¿Se imaginan el hastío de saber que de por vida vas a ser o Diputado o Senador y que nada de eso te dará el más mínimo de reconocimiento social? ¿Que todo es por el puro negocio que montó tu papá? Una condena. Por eso Mirrey, totalmente comprensible que al final de la semana se antojen un par de tragos. Venga Mirrey, que a cualquiera le pasa.

Pobre Mirrey que el fin de semana quiso saber qué se sentía ser libre. No Mirrey, usted es muchas cosas, pero libre no es. Usted forma parte de un esquema diseñado desde hace mucho tiempo para, junto con otros como el también legislador Arturo Escobar, hacer de la política un negocio, y eso tiene costos, y uno de esos costos es que usted no puede salir del antro manejando su carrito, así nomás. Pues ni que fuera un Jorge cualquiera, Mirrey, ubíquese.

Porque una cosa es que usted esté tan acostumbrado a no responder por su nombre –son tantos años los que llevamos insultando a los niños y a ese bonito color que es el verde al llamarlo a usted ”Niño Verde”– pero otra muy distinta el intentar pasarse de listo al tratar de ocultar su identidad en el alcoholímetro. Sus actos lo delatan, Mirrey. ¿O también ahora me lo chamaquearon?

Pobre Mirrey que no sabe, no entiende que el del alcoholímetro es un programa democrático; no lo culpen, él no sabe lo que es esa palabra. Democrático, entre otras cosas, porque es muy difícil corromper a muchos al mismo tiempo para librarse de él. Y a pesar de sus guaruras Mirrey terminó detenido, sí, él, el mismísimo Mirrey I de México. ¿A dónde va a parar el país: ni el fuero ni amenazas funcionaron? Qué bueno que ya pronto el PRI se va a lanzar a la conquista del DF, seguro pensó Mirrey, así ya no habrá abusos en contra de la gente decente que se toma cuatro tequilas.

Pobre Mirrey nadie entiende lo injusto que puede ser su vida, por ejemplo está el hecho de que no pueda ir a la Plaza México a corridas como la del domingo pasado. Porque su partido no será realmente ecologista ni nada de eso, pero hasta él se ve obligado a guardar ciertas formas y a las corridas de toros, con lo mucho que las retratan en Caras y en Quién, no puede ir, ya le dijeron que ahí no hay manera de que vaya. Es injusto, él que no ha destacado ni en el golf, ni en la equitación, ni el polo, vaya ni en el esquí descalzo, él tiene también prohibidas las corridas de toros, a las que se va a ser visto, que ya se sabe que es el deporte favorito de los Mirrey.

Habrá que ir pensando a qué antro lo llevamos este fin. Porque ¿a poco se me va a chicopalar, Mirrey? ¿Qué son unas pocas burlas más en las redes sociales? Nooommbre, Mirrey, tranquilo, hasta usted sabe que pase lo que pase mientras no se me convierta en un costo para su socio político el presidente Peña Nieto, usted seguirá donde está. Así que, venga, arriba esa barbilla.

Y además eso de las burlas, pues usted ya sabe Mirrey que es la cuota que le toca pagar a cambio de estar en donde está, mientras a otros solo les queda la frustración de verlo como uno de los referentes de lo más impresentable de nuestra política.

Usted tranquilo, Mirrey, siga como iba, al fin al cabo usted mismo le dijo a Caras que “es difícil saber cómo te va a juzgar la historia, porque la escriben los hombres, y mucho depende de cómo le caigas a los intelectuales, algo que no es mi fuerte”. Amén.

Fuente: Sin Embargo

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