Republicanos bajo fuego electoral

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En las últimas 24 horas han quedado claras dos cosas:

1. El Senado va a aprobar alguna especie de proyecto de ley inmigratoria integral y

2. Eso a la Cámara (de Representantes) no le importa mucho.

¡Bienvenidos a Washington 2013!

“Por qué debe una minoría de la minoría en el Senado influir en la mayoría de la mayoría en la Cámara Baja” preguntó el representante republicano por Oklahoma Tom Cole. “Mientras que la mayoría de los senadores no van a participar el año próximo en elecciones, todos los miembros de la Cámara estarán en las papeletas”.

Hace unos cuantos meses, la idea de que el voto para debatir una crucial medida sobre seguridad fronteriza obtuviera 67 votos —como el lunes— hubiera sido recibida con algo entre incredulidad y alegría por quienes defienden la reforma inmigratoria.

Pero, incluso antes de que el Senado votara el lunes por la noche, resultaba obvio que independientemente de cuál fuera el resultado de la votación tendría poca influencia en los planes del Congreso controlado por republicanos.

El vocero del congreso John Boehner (Ohio) ha dicho a sus colegas republicanos que ninguna iniciativa inmigratoria llegaría al pleno sin el respaldo de la mayoría republicana. Y, cualquiera que haya estado últimamente con la actual mayoría republicana congresista reconoce que en la Cámara Baja la propuesta inmigratoria del Senado no va ser apoyada por la mayoría.

La manera en que el Senado votó el lunes confirma asimismo que el proyecto inmigratorio de ley podría ser un fracaso en cuanto llegue al Congreso. Ni un solo miembro de los líderes republicanos en el Senado se pronunciaron a favor de la votación inmediata. En total, 27 republicanos votaron en contra y 15 a favor de la moción de clausura.

Tales cifras distan de proporcionar la presión que algunos republicanos tenían la esperanza de que pudiera alcanzar al Congreso con un sólido voto de senadores republicanos a favor de la iniciativa.

“No importa para nada”, dijo un colaborador de uno de los líderes republicanos congresistas sobre el voto del Senado. “No sería algo que un Senado republicano llevaría al pleno. ¿Por qué iba a abordarlo un Congreso republicano?”.

Republicanos se encuentran divididos

Incluso, los republicanos del Senado están divididos sobre el proyecto de ley de inmigración que se encamina a toda marcha hacia su aprobación para finales de esta semana, una división que hace que el destino final de la legislación apoyada por la Casa Blanca sea impredecible en la Cámara de Representantes, y complica la capacidad del partido para ampliar su atractivo entre los votantes hispanos.

Para algunos republicanos, el grado de apoyo republicano al proyecto en el Senado es prácticamente irrelevante para sus perspectivas en la Cámara. Los conservadores allí tienen la mayoría y en general se oponen a una disposición fundamental en la medida del Senado, un camino hacia la ciudadanía para los inmigrantes que viven sin autorización legal en Estados Unidos.

Cualquier impacto es “enormemente sobrevalorado”, dijo el senador Roy Blunt de Misurí.

Sin embargo, el representante republicano Paul Ryan, de Wisconsin, tiene un punto de vista diferente. Una votación en el Senado el lunes para endurecer la seguridad fronteriza con miles de nuevos agentes y miles de millones de dólares en tecnología “obviamente hace que la legislación final sea más probable”, dijo el candidato a la vicepresidencia del partido en los comicios de 2012 en la CBS.

Un prominente demócrata, el senador Chuck Schumer, de Nueva York, también dijo que el sentimiento en la Cámara puede cambiar, sobre todo gracias a la adición de fuertes medidas de seguridad fronteriza, que se produjeron tras negociaciones con republicanos que antes no se habían comprometido.

“Creo que un amplio voto bipartidista se despertará en nuestros colegas… en la Cámara”, dijo Schumer poco antes de que el Senado introdujera el requisito de 20.000 nuevos agentes de la Patrulla Fronteriza y un total de más de 1.120 kilómetros (700 millas) de valla en la frontera con México.

“Esperamos que los congresistas vean cómo votaron sus senadores y se sientan influenciados por eso”.

En el enfrentamiento clave en el Senado hasta el momento, 15 republicanos votaron a favor de avanzar en la norma que endurece la seguridad fronteriza, al mismo tiempo que crea una oportunidad de ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que viven sin permiso legal en Estados Unidos. Otros 27 votaron a favor de mantener el proyecto de ley embotellado.

Los republicanos que votaron para bloquear el proyecto en general lo hicieron después de manifestar que no cumplía su promesa de un control operativo de la frontera.

“Si uno se fija, no es así, y ellos lo saben”, dijo el senador republicano Jeff Sessions, de Alabama, sobre los partidarios del proyecto de ley, que rápidamente rechazaron el señalamiento.

También surgió un patrón político.

Entre los republicanos que buscan un nuevo mandato el próximo año, y como resultado enfrentan el riesgo de un desafiante en las primarias, sólo tres votaron con los partidarios de la medida. Ocho no lo hicieron, un grupo que incluye a los dos máximos dirigentes del partido en el Senado, Mitch McConnell de Kentucky y John Cornyn de Texas, así como Sessions, que ha sido uno de los principales opositores del proyecto de ley en las tres semanas de debate.

Mientras que los líderes del partido desde hace tiempo ven la legislación de inmigración como una forma de ampliar su atractivo entre los votantes hispanos, los miembros del Congreso tienen una perspectiva diferente.

“Es difícil discutir con las encuestas que han estado recibiendo desde el nivel nacional”, dijo recientemente el representante republicano por Texas Kenny Marchant, en referencia a los sondeos que muestran apoyo a la seguridad fronteriza, junto con la legalización. Sin embargo, en su propio distrito en los suburbios al oeste de Dallas, dijo, las propuestas dentro de las líneas del proyecto de ley del Senado son “muy impopulares”.

Los candidatos presidenciales potenciales del partido también están divididos, probablemente un presagio de una lucha en la campaña por la nominación en el 2016.

Dos de ellos, los senadores Rand Paul de Kentucky y Ted Cruz de Texas, se oponen a la norma.

Sin embargo, uno de los aspirantes presidenciales republicanos, el senador Marco Rubio, de Florida, es miembro del llamado Grupo de los Ocho, un grupo bipartidista que ayudó a redactar el proyecto de ley. Entre sus disposiciones se encuentran varias que imponen condiciones a los inmigrantes que solicitan el estatus legal, incluyendo el pago de multas, pagar impuestos pendientes y someterse a una verificación de antecedentes.

Una de las incógnitas es cuánto impacto tendrán Rubio y el resto de los republicanos en la Pandilla de los Ocho —los senadores Jeff Flake, John McCain y Lindsey Graham—entre los republicanos de la Cámara, cuyos votos determinarán el destino de la legislación para reformar el sistema de inmigración.

Los republicanos tienen una mayoría de 234 escaños frente a 201, lo que significa que apenas 17 deserciones republicanas podrían cambiar el resultado de cualquier votación.

Fuente: The Washinton Post y AP

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