Gobierno de Peña busca restaurar el control de medios: NYT

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El diario The New York Times dijo que la “ira” luego del despido de la periodista Carmen Aristegui “ha ido en constante crecimiento” al igual que la percepción de la influencia en MVS de alguien del Gobierno federal en el caso. Además recordó que, como lo hizo durante décadas, antes de perder el poder en 2010, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) intenta restaurar algunas técnicas para influir o incluso chantajear a los medios de comunicación.

“Cuando Carmen Aristegui, famosa personalidad de la radio en México, fue despedida abruptamente este mes, nadie esperaba que se fuera en silencio. Pero la ira por su despido ha ido en constante crecimiento, y ha subido el calor de la cargada atmósfera política de este país”, planteó el diario.

En una nota publicada hoy, el periódico explicó que las “teorías de conspiración” también han abundado desde que la disputa entre Aristegui y su empleador, MVS Comunicaciones, terminó con la partida de la periodista de la emisora.

“Ella se ha convertido en un emblema de la prensa libre en un Estado de sitio, y las redes sociales se han encendido con las exigencias de su regreso a las ondas sonoras”, continuó el diario.

Resalta además que incluso los críticos de Aristegui, quienes apuntan a una falta de rigor reporteril en muchos de sus historias, argumentan que su despido elimina a uno de los pocos periodista en México que abiertamente desafían a la autoridad.

“Muchos periodistas dicen que el caso de la señora Aristegui es parte de un intento del Gobierno para controlar la cobertura agresiva de noticias”, aseguró la publicación.

La publicación recordó las declaraciones de Raúl Trejo, experto en medios de comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dijo que ”hoy tenemos una radio menos plural que la que teníamos dos semana atrás”.

“He sido muy crítico. Pero creo que su voz es muy saludable para la sociedad mexicana “, agregó el académico.

Aristegui, dijo The New York Times, lidera un equipo de 17 reporteros quienes descubrieron la existencia de una mansión en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, construida especialmente para la esposa del Presidente Enrique Peña Nieto, por una compañía que ha ganado cientos de millones de dólares en contratos gubernamentales.

La partida de la señora Aristegui “silencia una voz”, según el coordinador del programa de periodismo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El diario retomó las declaraciones del investigador, quien además ha dicho: “Nosotros los periodistas recibimos el mensaje. El periodismo de investigación no es bien visto por el Gobierno, y menos aún si investiga los conflicto de interés” entre el círculo íntimo del Presidente y empresa privadas.

El reportaje del equipo de Aristegui, dice The New York Times, sobre la mansión, que apareció en noviembre, abrió un debate nacional sobre la corrupción y los conflictos de interés y ayudó a fortalecer la legislación anticorrupción que se está abriendo camino en el Congreso.

“También puso al Gobierno del Señor Peña Nieto aún más a la defensiva; el cual ya se tambaleaba ante la ira pública por la desaparición de los 43 estudiantes de la escuela rural en septiembre, presuntamente a manos de una banda de narcotraficantes y un Alcalde corrupto”, recordó el diario.

El diario agregó que de acuerdo con las encuestas de opinión la popularidad del Presidente y su credibilidad ha caído en picada.

Ayer se dio a conocer que el nivel de desempeño del Presidente Peña Nieto registró su nivel más bajo desde el inicio de su gestión al obtener un 57 por ciento de desaprobación de la ciudadanía y un 82 por ciento por parte de los líderes de opinión. Destaca también el tema de la libertad de expresión, la cual registra una notable disminución en este sexenio con un 45 por ciento, la percepción más baja comparada con administraciones anteriores.

De acuerdo con la Séptima Evaluación al mandatario federal que realiza el periódico Reforma, al evaluar la administración del Presidente, los ciudadanos tomaron en cuenta el crimen y la economía, que ven como los dos principales problemas del país actualmente. En tanto, los líderes de opinión señalan el tema de la corrupción como el principal problema, y con una tendencia al alza.

El PRI y sus prácticas de chantaje

“Por décadas, el partido del señor Peña Nieto, el Revolucionario Institucional (PRI), se aseguró un medio flexible a través de una combinación de sobornos y amenazas”, explicó el diario.

Recordó que tanto las emisoras de México, como los editores, “sabían que una cobertura que disgustara al Gobierno podría amenazar una concesión valiosa, cortar el suministro de papel para los periódicos, provocar una auditoría fiscal, o costaba la publicidad oficial”.

The New York Times consideró que luego de que el PRI perdió el poder en el año 2000, “los medios de comunicación de México se hicieron más libres”.

En tanto que los analistas sostienen, agregó el diario, que con el señor Peña Nieto, el Gobierno ha tratado de restaurar algunas de las viejas formas de control, usando la publicidad gubernamental y su autoridad sobre las concesiones de radiodifusión.

En su texto, el diario cita un reporte de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticas del año pasado, el cual concluyó que este tipo de “censura blanda” era una “parte integral del complicado panoja de los medios del país”.

El estudio añadió también que estas prácticas eran un “medio de influir o incluso una herramienta para chantajear a los dueños de medios y a los periodistas”.

Y en efecto, dice el diario, muchos analistas coinciden en que hay un debilitamiento de la cobertura informativa crítica.

El diario retoma el informe de la organización internacional Artículo 19 que señaló que en México un periodista es acosado, amenazado o atacado en algún lugar del país casi todos los días.

Incluso alertó que esta frecuencia ha aumentado bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, y casi la mitad de los ataques se han remontado a los funcionarios de Gobierno.

La publicación agrega que Aristegui, en una conversación con periodistas extranjeros la semana pasada, dijo que si los periodistas privilegiados como es el caso de los de su equipo, “imagínense el nivel de vulnerabilidad de otros periodistas en México”.

“Aunque no hay evidencia de que la señora Aristegui fue despedida por el reportaje sobre la casa de la señora Rivera, la percepción de que alguien en el Gobierno federal juega un papel de presión en MVS, se ha endurecido”, continúa el diario.

Fuente: Sin Embargo

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