El Vicepresidente Chong se ahoga

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Por Alejandro Páez Varela

La oficina de Miguel Ángel Osorio Chong es realmente enorme. Siempre se ha considerado una especie de vicepresidencia, pero en este sexenio, la Secretaría de Gobernación asumió tareas adicionales porque, se sabe, su titular es uno de los dos brazos de Enrique Peña Nieto. La guerra contra el crimen organizado, por ejemplo, está bajo su mando, lo mismo que las tareas de la supuesta “restauración del tejido social”. Osorio Chong es, además, una especie de enlace con los medios de comunicación más poderosos de México; se reúne regularmente con los periodistas y/o empresarios a cargo y acuerda pautas publicitarias con ellos, se dice.

A eso hay que sumarle su rol en mantener el diálogo del gobierno federal con los partidos políticos o con los gobernadores agrupados en la Conago, o con ellos en lo individual; con las iglesias organizadas y con asociaciones civiles poderosas. También tiene, a su mando, el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, y órganos desconcentrados, organismos descentralizados y Notimex.

Maneja el aparado de inteligencia política: el Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Además, el Centro de Producción de Programas Informativos Especiales, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, la Coordinación General de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, el Instituto Nacional de Migración, el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, la Secretaría General del Consejo Nacional de Población, la Secretaría Técnica del Consejo de Coordinación para la Implementación del Sistema de Justicia Penal y hasta la Secretaría Técnica de la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, que es la que decide la publicidad que otorga el gobierno federal a los medios. De él dependen el Archivo General de la Nación, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, los Talleres Gráficos de México y el Órgano Promotor de Medios Audiovisuales, entre otros.

Pero Osorio Chong es más que eso. Es un generador de políticas públicas y toma decisiones sobre la agenda más razonada del Presidente. Su mano, por ejemplo, está en las últimas reformas enviadas al Congreso, aunque en el aspecto técnico tenga participación el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, quien ha venido perdiendo fuerza por razones obvias: la economía de México, como por arte de magia, se ha desplomado en los pocos meses que tiene la actual administración.

Osorio Chong es, pues, un Vicepresidente de facto, y viene trabajando cerca de Peña Nieto desde hace por lo menos una década. Es uno de los pilares de la administración.

Pero ahora está en graves problemas.

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• Primero, los desastres naturales: No hay mucho qué especular: simple y sencillamente el aparato de prevención a cargo de Osorio Chong no sirvió, como tampoco funcionó el de Protección Civil (también a su mando). El resultado es que los daños causados por “Manuel” e “Ingrid” son mayores a los esperados: miles de familias fueron sorprendidas por las lluvias torrenciales y por los desbordamientos de presas; algunos no pudieron salvar la vida; miles no pudieron resguardar sus pertenencias. La tragedia creció porque México no estuvo preparado para enfrentar los dos meteoros que pegaron plenos, sin información y sin alertas, como si estuviéramos en el Siglo XIX o antes. El Vicepresidente falló, y con él otros funcionarios de su oficina que debieron movilizar a Ejército, Marina, Policía Federal, autoridades estatales y municipales en ayuda preventiva para las comunidades más abandonadas o las ciudades medianas en riesgo. Días después de que la tormenta tocara tierra, muchos alcaldes no habían sido siquiera escuchados y miles de mexicanos estaban abandonados a su suerte. Días después, ciudades medias como Chilpancingo no sabían ni cuántos damnificados tenía. Osorio falló.

• El diálogo político: Tomemos el caso más notorio: los maestros. Independientemente de que estén bien o mal sus argumentos o sus formas de lucha, el que el gobierno usara agentes del orden público y hasta tanquetas con cañones de agua para disolverlos, habla del fracaso de la política. Y el que lleva ese encargo es el Secretario de Gobernación, Osorio Chong. El diálogo con las distintas fuerzas le corresponde a él, y no a (también debilitado) Emilio Chuayffet o a Videgaray. Entre las organizaciones civiles existe una alarma por la manera en la que, en pocos meses, se ha deteriorado la relación del gobierno con la sociedad, al punto de que muchos consideran que caminamos hacia un “Estado represor”. No lo digo yo: lo dicen casi la mayoría de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) acreditadas en el país, mexicanas o extranjeras. Hay reclamos por escrito, difundidos de manera independiente por los organismos o firmados en masa, sobre una pérdida de derechos humanos.

• La seguridad: las cifras independientes son claras; el recuento que hizo el semanario Zeta dice, por ejemplo, que este Presidente cerrará con el mayor número de muertos de la historia a causa de la inseguridad. Ciertamente Peña heredó el problema de Felipe Calderón, pero ganó las elecciones prometiendo que haría algo. No ha sucedido. Sólo se ocultan cifras, como le gusta a los gobiernos del PRI; las guardias comunitarias van en aumento como una respuesta a la falta de seguridad. Los muertos siguen apareciendo, aunque ya no se cuenten. La política de seguridad de Peña Nieto, lo dicen los especialistas nacionales y extranjeros, se hunde; y con ella, su encargado: Osorio Chong.

• Los migrantes: También están a cargo de Osorio Chong las políticas públicas y usted lea, busque lo que sostienen desde Javier Sicilia hasta el padre Solalinde, o las casas de refugio en Chiapas hasta las de Tijuana. Peña Nieto, dicen, no tiene políticas claras con respecto a los migrantes.

No quiero aburrirlos. Quizás el Archivo General de la Nación o los Talleres Gráficos de México estén bien. Honestamente, lo desconozco. Pero los encargos más importantes de la Secretaría de Gobernación están a la deriva. No quiero meterme en las cifras de Conapred, pero por supuesto seguimos siendo un país con altos niveles de discriminación; no me meto a temas como los que atañen a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres; México es simplemente uno de los países con mayor violencia de género en el mundo. Y esa tarea le corresponde a Osorio Chong. No hablo del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia porque ni siquiera es necesario: ¿de verdad alguien sabe qué está haciendo este programa para prevenir la violencia y la delincuencia? ¿Lo saben? ¿Alguien les ha contado, lo han leído o han visto en sus vecinos o en su barrio algún resultado de esa cosa que llaman “Programa Nacional”?

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Osorio Chong es la personificación del político mexicano: muy buenos para la grilla, pero terribles a la hora de hacer su trabajo. El Secretario de Gobernación brinca de mesa en mesa, de acuerdo en acuerdo, de político en político; susurra acá y cumplen sus mandatos; pide por allá y le otorgan el favor; dice tal o cual cosa, y le aplauden. Pero a la hora de trabajar de verdad, a la hora de remangarse la camisa y trabajar, es un verdadero cero a la izquierda.

Si a estas alturas tuviera que hacer un corte de lo que ha hecho en diez meses, diría: mucha grilla, y cero trabajo. Con resultados, claro, más que mediocres.

Miguel Ángel Osorio Chong está en problemas. Se dará cuenta muy pronto que una cosa es gobernar México a gobernar Hidalgo, donde los periódicos locales están casi en su totalidad a su servicio y no existe una masa crítica o una sociedad civil de contrapeso. Pronto se enterará, porque el balance no lo hace él sino la gente informada (entre ellos los Secretarios que le compiten el favor del Presidente), que su paso por la Secretaría de Gobernación puede ser más efímero de lo que creía: hasta por razones de lógica simple, el Presidente podría removerlo y, ¿sabe qué?, quedaría muy mal parado: Mucha grilla, y cero resultados.

Y ahora, Osorio Chong se ahoga en los charcos que provoca su ineficiencia.

Fuente: Sin Embargo

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