Niegan que sub Marcos padezca de cáncer

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El ex representante del gobierno de Chiapas ante la Cocopa, Jaime Martínez Veloz, salió al paso de las versiones divulgadas por el periódico Milenio en el sentido de que el Subcomandante Marcos padezca cáncer de pulmón, como se le atribuye haber dicho en el libro de próxima publicación “Corazón Indígena. Lucha y esperanza de los pueblos originarios de México”, escrito por el chihuahuense Luis H. Álvarez.

En una carta pública, Martínez Veloz reconoce haberle comentado al entonces comisionado para la paz, Luis H. Álvarez, las versiones sin confirmar que se hacían tiempo atrás de la supuesta enfermedad del líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Además, afirma que en aquel tiempo tanto el EZLN como el propio Marcos desmintieron tales versiones. Y niega que se haya pedido el apoyo del gobierno federal. “Jamás he conocido de petición alguna de ningún tipo del EZLN al Gobierno Federal”, sentenció.

Y dijo lamentar mucho que una comunicación privada, de un tema tan delicado, donde no existen las certezas que amerita el caso, sea narrada en forma pública, dando lugar a la múltiple cantidad de interpretaciones que se pudieran tener al respecto.

He aquí el comunicado íntegro de Jaime Martínez Veloz:

En relación a la nota aparecida el día de hoy en el Diario Milenio, titulada “Marcos padece cáncer de pulmón” en la que se narra un fragmento de hechos sucedidos en el año 2010, descritos en el Libro “Corazón Indígena. Lucha y esperanza de los pueblos originarios de México” escrito por Don Luis H Álvarez, de próxima publicación por el Fondo de Cultura Económica, me permito hacer los siguientes comentarios y aclaraciones:

1. Lamento mucho que una comunicación privada, de un tema tan delicado, donde no existen las certezas que amerita el caso, sean narradas en forma pública, dando lugar a la múltiple cantidad de interpretaciones que se pudieran tener al respecto.

2. Tal y como lo comenta Don Luis H. Álvarez en la nota, un día que nos encontramos en el Aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, al platicar sobre la problemática de las comunidades indígenas de Chiapas, le comenté mi preocupación sobre lo que se escuchaba en algunos medios y comunidades, acerca del deterioro de la salud de Subcomandante Marcos. Al preguntarme sobre el tipo de enfermedad que tenía, le expresé que yo no tenía contacto con el EZLN, pero que había varias versiones, no descartando la posibilidad de que tuviera algún tipo de cáncer, aunque era algo que yo no podía confirmar.

3. Al conocer esta información, Don Luis H. Álvarez, preocupado, me comentó que si se llegara a tener algún contacto con personas cercanas al EZLN, se les hiciera saber que él personalmente gestionaría que los recursos del Estado en materia de salud, se pusieran al servicio de la atención de la salud del subcomandante.

4. Cabe aclarar, que nunca conocí solicitud o petición alguna realizada por el EZLN, a nadie, para la atención de la supuesta enfermedad del Subcomandante Marcos. Algunos amigos que habían conocido la versión de la enfermedad, preocupados por esa posibilidad, expresaron que de ser necesario, los zapatistas contaran con la solidaridad incondicional para un caso de esta naturaleza.

5. Posterior a ello, recibí la llamada de una persona cercana al EZLN, para aclararme que no era cierto lo que se decía acerca del padecimiento del subcomandante; y meses después, el propio Subcomandante Marcos desmintió públicamente la información con respecto a la supuesta enfermedad.

6. Realizó esta aclaración, porque estoy convencido que el largo caminar de la lucha zapatista, es uno de los referentes morales más importantes del pueblo mexicano y la digna actitud de resistencia que han mantenido desde el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, tiene una enorme significación para la lucha del pueblo mexicano.

7. Por último deseo enfatizar en el hecho, de que durante los casi 18 años que he trabajado alrededor de las tareas del proceso de pacificación en Chiapas, jamás he conocido de petición alguna de ningún tipo del EZLN al Gobierno Federal. Los zapatistas, con su propio esfuerzo han salido adelante en las tareas propias de su organización.

Atentamente Jaime Martínez Veloz

México, D.F., a 25 de Julio de 2012.

He aquí la información publicada por HD que recoge la nota de Milenio:

El subcomandante Marcos está enfermo de cáncer de pulmón y para recuperar su salud solicitó apoyo del gobierno federal, revela Luis H. Álvarez, ex coordinador para el diálogo y la negociación en Chiapas, en su libro Corazón indígena. Lucha y esperanza de los pueblos originarios de México, de próxima publicación, de acuerdo con Milenio.

En esta obra, editada por el Fondo de Cultura Económica y de la cual Milenio posee un fragmento, el panista narra cómo una mañana de 2010, en el aeropuerto Ángel Albino Corzo, en Chiapas, Jaime Martínez Veloz, entonces representante del gobierno chiapaneco en la Cocopa, reveló la enfermedad del subcomandante.

“Su amigo Marcos está muy enfermo, tiene cáncer, y necesita su ayuda” , le habría dicho en voz baja y días después se lo confirmaría en un nuevo encuentro en la Ciudad de México.

En la obra, Álvarez reflexiona que no es difícil suponer que en las condiciones de vida que conlleva la autoimpuesta clandestinidad, la salud de Marcos se haya deteriorado, pues es conocida su afición al tabaco “y es poderoso enemigo”.

El líder zapatista, abunda, pudo haberse afectado también física y moralmente por el súbito y lamentable fallecimiento de su madre, María del Socorro Vicente González, acaecida a finales de 2009 por un infarto que la fulminó en el aeropuerto del DF.

“Solo la gravedad de la enfermedad padecida por Marcos puede explicar esa inesperada solicitud de apoyo al gobierno federal, para lo cual, al poco tiempo, a fin de darle cauce, conocí y establecí comunicación frecuente con Rosemberg López Gómez, (a) Enrique, y Jaime Jiménez Álvarez, (a) Porfirio, dos enlaces indígenas zapatistas designados para tal efecto”, relata.

Al recordar el encuentro con Martínez Veloz, señala que “Jaime me confirmó que Marcos estaba grave, que padecía cáncer en los pulmones y necesitaba recursos para su atención, pero que en esa circunstancia, más allá de su propia persona, sobre todo, le calaba “en el corazón” —y en la conciencia, creo yo— ver que las comunidades indígenas integradas por bases de apoyo del EZLN sufrían aún marginación y pobreza, por la “resistencia” a la que se les había convocado y que, por tanto, pedía que pudiera yo visitarlas para conocer sus necesidades y ver que se les apoyara”, señala el texto.

“Hay versiones en el sentido de que esa amistad había comenzado en la adolescencia, cuando Marcos sólo era Rafael Sebastián Guillén. Además (en forma similar a mi caso, aunque, desde luego, en otros frentes), desde el inicio del movimiento encabezado por el EZLN se había mantenido ligado al tema, trabajando en diferentes circunstancias y relacionado con los zapatistas”’ explica.

Sobre el movimiento zapatista dice que tras haber tenido un alto nivel de posicionamiento político nacional e internacional desde 1994, al colocar de manera exitosa el tema indígena en la agenda política y mediática, el EZLN registró su mayor fortaleza entre 1994 y 1996 y, en particular, en 2001.

No obstante, explica, su reiterada negativa al diálogo y a la firma de un acuerdo de concordia y pacificación derivó en las comunidades indígenas, en una paulatina deserción de sus filas.

Recuerda que desde 1996, el movimiento zapatista había anunciado su decisión de ejercer en los hechos, de manera unilateral, un proyecto de autonomía, “aplicando los Acuerdos de San Andrés”, lo que pretendió llevar a cabo en su “zona de influencia”, con la creación en 2003 de sus Juntas de Buen Gobierno, aglutinadas en cinco Caracoles.

Indica que la falta de recursos para el ejercicio real de gobernabilidad y la paulatina disminución de apoyos llevó a las comunidades zapatistas, instruidas por la comandancia zapatista, a una “resistencia”, que significó la no aceptación (por lo menos pública) de apoyos gubernamentales, lo cual incrementó la deserción y la proliferación de microacuerdos de las comunidades aun filiales al EZLN con las autoridades constitucionales, sobre todo municipales y estatales.

“Luego de haber tenido fuerte presencia y concentrado, para bien y para mal, la imagen del zapatismo, el discurso y la imagen del subcomandante Marcos vinieron a menos. El drama personal que vivió desde entonces, signado por largos periodos de silencio, solo él lo conoce a cabalidad. En el escenario mediático y político, el EZLN también se vio disminuido en el interés de muchos, no así en quienes pensamos en la plena validez de su demanda de justicia para los pueblos indígenas”.

Fuente: Milenio

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