El PAN, “cofradía de intereses”, se calienta

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Por Álvaro Delgado

El PAN ha retrocedido tres décadas en su votación y no puede ser un partido competitivo mientras esté secuestrado por los grupos de “padroneros”

Mientras el PRI se consume en la peor crisis de su historia, con Roberto Madrazo disputándole los mendrugos a Alejandro Moreno, en el PAN inicia la disputa entre la “cofradía de intereses” integrada por Santiago Creel-El Yunque y sus detractores, cuyo epicentro es la reelección de Marko Cortés ante un inesperado rival: el gobernador Francisco Domínguez.

Tras renunciar a buscar la candidatura presidencial en 2024, el queretano Pancho Domínguez construye, con discreción pero aceleradamente, una estructura nacional para vencer a Cortés en octubre, cuando el PAN celebrará la elección de presidente que hoy ostenta Cortés, pupilo de Creel, y secretario general, que recae en Héctor Larios, jerarca de El Yunque.

El miércoles 21, en la Ciudad de México, Domínguez se reunió con medio centenar de diputados federales del PAN de la LX Legislatura —que Larios coordinó entre 2006 y 2009, en el gobierno de Felipe Calderón—, en la que se hizo un demoledor diagnóstico del PAN desde la elección de 2018.

Tras revisar láminas con las cifras de resultados electorales federales de 2018 y 2021, así como de las elecciones estatales y de diputados, se concluyó que el PAN ha retrocedido tres décadas en su votación y que no puede ser un partido competitivo mientras esté secuestrado por los grupos de “padroneros”, es decir, los caciques que controlan el padrón de militantes.

No hubo ningún compromiso ni pacto, pero entre los asistentes prevaleció la idea de que Adriana Dávila y Gerardo Priego, aspirantes a la presidencia del PAN, establezcan con Domínguez un “frente común” para generar condiciones de equidad en la contienda interna y, eventualmente, acuerden una candidatura única contra Cortés.

Dos días después de la reunión, el viernes 23, se entregó a Larios el manifiesto denominado “Humanismo y Democracia en Acción”, en el que se llama al CEN, al Consejo Nacional y a las dirigencias estatales, así como “a los simpatizantes del PAN y al pueblo de México”, a reflexionar sobre el futuro de ese partido. El manifiesto, firmado por más de mil panistas, afirma que la coalición con el PRI y el PRD fue un fracaso, que “la apertura a la sociedad civil resultó ser una simulación” y, “al cerrarse y transformarse en una cofradía de intereses”, el PAN quedó “sin alma y sin propósito”.

Se propone también una “auditoría” al padrón para que haya “condiciones objetivas” en la elección, que en el Consejo Nacional se discuta cómo saldrá el PAN de la “parálisis” actual y que haya una consulta para que el coordinador de los diputados federales sea alguien “de acreditada solvencia moral, incuestionable reputación y fama pública”.

Los firmantes no lo dicen, pero repudian “por corrupto” a Jorge Romero, el jefe real del PAN en la Ciudad de México, y proponen al exgobernador Juan Carlos Romero Hicks, prosélito de El Yunque, la organización de ultraderecha que se acomoda siempre al poder.

Entre los voceros de esta agrupación se encuentran José Luis Espinosa Piña, Roberto Gil Zuarth y Juan Miguel Alcántara.

POR ÁLVARO DELGADO
periodista.alvaro.delgado@gmail.com
@ALVARO_DELGADO

 

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