El monero Trino exclama: “Mi país está de la chingada”

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El célebre caricaturista sufrió un violento intento de secuestro en la ruta Guadalajara/Chapala, de la que salió vivo de milagro. La inseguridad, afirma, está en todo Jalisco y en ningún lugar se puede hacer nada… Pero en México las cosas no son diferentes: “Mi país está de la chingada”, resume.

Por Mónica Maristain/ Sin Embargo

Como el humor es su oficio dice que cuando los tipos que quisieron secuestrarlo le pusieron una pistola en la sien, vio pasar la película de su vida por la mente y lo único que lamentó es no haber visto nunca campeón al Atlas.

Ya en corto, el rostro compungido y su mirada un tanto extraviada en algún horizonte misterioso, revelan que no ha sido una broma el episodio que casi lo pasa al otro patio antes de tiempo y que es reflejo de la violencia que se vive hoy en nuestro país.

José Trinidad Camacho, nacido en Guadalajara en 1961, más conocido como Trino, de profesión monero y de oficio amateur, amigo de sangre de José Ignacio Solórzano –el tan mentado Jis, también monero– se escapó de milagro de un intento de secuestro acontecido el 11 de junio pasado mientras viajaba en la carretera Guadalajara-Chapala.

Se trata de una experiencia trascendental que tanto a él como a su familia le está haciendo pensar seriamente en la posibilidad de irse a vivir a Barcelona, sin poder olvidar la noche en que cuando al mando de su automóvil, se le cruzó una camioneta, frente a lo que maniobró para echarse en reversa y ahí comenzó una pesadilla.

Golpes, insultos, el tan mentado “venimos por ti”, revelaron que se trataba de un secuestro al creador junto con Jis de El Santos y del que zafó prácticamente de milagro cuando un automóvil que venía en sentido contrario hizo luces y distrajo a los delincuentes, una circunstancia que le permitió escapar.

La inseguridad, afirma, está en todo Jalisco y en ningún lugar se puede hacer nada… Pero en México las cosas no son diferentes: “Mi país está de la chingada”, resume.

“Salí corriendo, dejé las llaves en el coche y no di la vuelta atrás, podrían haberme seguido pero no lo hicieron”, cuenta también autor de las Fábulas de policías y ladrones, quien por llevar algo encima hasta el pasaporte tenía y ahora quedó en manos de los criminales.

La vida, no obstante, sigue, y la posibilidad de entrevistar a uno de los historietistas más importantes del país no puede ni debe quedarse en una circunstancia aciaga de la afortunadamente salió librado. Por el contrario, lo suyo es reírse, hacer balance de lo que la película de El Santos vs.La Tetona Mendoza (¿triunfo o fracaso?) y pensar en los muchos libros que vendrán.

–¿Superaste lo de la película?

–Sí, claro, porque al final hemos ido a festivales donde nos ha ido muy bien. Estoy contento, de pronto la vuelvo a ver a la distancia y no estuvo nada mal. No tengo ya esa adrenalina inicial, pero respiré un poco, regreso a ver la película y me gusta.

–¿Modificó mucho tu vida ese vértigo del cine?

–Sí, mucho. Ahora es la radio lo que concentra toda mi alegría. Lo de la película me abrió muchas posibilidades de hacer otras cosas. No se trata sólo de quedarse con los monos, sino también de encarar animaciones y otras cosas…la película amplió el horizonte de trabajo…

–¿Cómo viviste las elecciones recientes?

–Bueno, fui a votar porque no creo en el voto nulo y siempre busco que mi voto sea un castigo al PRI y al PAN, básicamente, porque me caen muy mal. Guadalajara dio un vuelvo en estas elecciones intermedias y yo sigo igual, desencantado con la política, no es algo que me guste.

–¿Y tu país?

–Mi país está de la chingada. Hay un clima de inseguridad tremendo, mucho más peligroso que antes. Sobre todo en Jalisco.

–¿Volviste a vivir en Guadalajara?

–No, sigo viviendo feliz en Chapala, pero la inseguridad atraviesa todo el estado de Jalisco y no se puede hacer nada en ningún lugar. Tengo mi oficina en Chapala. Ya no voy a Guadalajara, salvo los jueves para hacer el programa con Jis en la UDG (La Chora Interminable: http://lachorainterminable.mx/). Ahora hago monos para El Financiero…

–¿Cómo viviste la salida del Reforma?

–Sentí feo, la verdad, por todo lo que para mí había significado el periódico Reformadurante tantos años, pero ahora siento que el cambio fue bueno, en El Financiero me tratan muy bien, estoy feliz allí y es lo normal, a todo el mundo le pasa eso. Están haciendo recortes, yo fui parte de ese recorte, fueron muy amables y corteses conmigo, así que no tengo quejas. Luego de 14 años de estar en un mismo sitio, vinieron bien los cambios de aire.

–Otro cambio fue el de tu editorial, Tusquets…

–Sí, lo mismo que me pasó a mí en Reforma, le pasó a Vero (Verónica Flores, ex editora de Tusquets), pero son decisiones empresariales que uno no controla y ahora estoy con mi súper brodher Martín Solares a punto de publicar las tiras del Rey Chiquito para Tusquets.

–Justo hoy, que hacemos esta entrevista, cumple 81 años Rius

–¿Qué te puedo decir? Es mi abuelito, el hombre que más admiro en esta vida, creo que independientemente de que le va al Atlas igual que yo, somos almas gemelas en muchas cosas. Por ejemplo, cuando hablamos de política, lo veo también muy hastiado de ese tema. A lo mejor se piensa desde afuera que Rius está todo el tiempo preocupado por la cuestión política y no es así. Él es un joven atrapado en un cuerpo de vegetariano…

–Como tú es coqueto, se preocupa por la alimentación, por el paso de los años…

–Es algo increíble para mí. Rius es el monero que admiraba en mi juventud y ahora en mi adultez aprecio muchísimo la fuerte amistad que nos une. Lo quiero muchísimo…

–¿Cuándo viene una exposición con tu trabajo?

–Nunca hice una exposición y no depende de mí. Tal vez si yo me moviera entre mis contactos, podría concretarla, pero prefiero esperar que pase más tiempo. Me gustaría tener una curadora como Aura Ruiz, que hizo la curaduría para Rogelio Naranjo, otro que admiro profundamente.

–¿Qué se viene?

–Un libro en Tusquets sobre salud pública, que no es lo mismo que hacer un libro sobre médicos. Habrá doctores, claro, pero también habrá enfermeros, hablaremos de los hipocondríacos, los oncólogos…

–¿Eres de los que tosen y creen que se viene inmediatamente el cáncer de pulmón?

–Por supuesto. Soy hipocondríaco, neurótico, narcisista…ahora lo redujeron a algo muy simple: ser bipolar. Pero antes a los bipolares se les decía maníaco-depresivos y  se me hacía más padre, eras maníaco, eras depresivo y ahora eres solo bipolar. Igual, aunque mi bipolaridad no es muy marcada, un día estoy muy contento y al otro, muy depresivo, creo que tiene que ver con ser hincha del Atlas. Puede ganar espectacularmente una semana y a la siguiente perder de la forma más horrenda, ¿cómo no hacerse bipolar de esa manera?

Fuente: Sin Embargo

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