Del “Piolín” y la audiencia hispana

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Con el descenso de la migración, los hispanos nacidos y criados en Estados Unidos son cada vez más. Para ellos, voces como la de “Piolín” Sotelo seguramente resultan ajenas: simplemente no se identifican con la experiencia desde la que parte Sotelo

Por León Krauze

Hace unos días salió del aire en Estados Unidos Eduardo Sotelo, mejor conocido como “Piolín”. Durante varios años, Sotelo fue el rey de la radio en español en este país. Y lo fue con todo merecimiento. El “Piolín” encontró una combinación brillante para hablar con la comunidad hispana en tiempos en los que la lucha por la reforma migratoria ocupaba, tanto o más que ahora, el centro de la agenda latina. Por un lado, Sotelo era un maestro del albur y el humor mexicano. Conviví con él un par de veces. En privado me resultó siempre cálido y simpático. En público, el trato era difícil. Pero no por alguna pedantería o aspereza sino porque, frente a su público, “Piolín” era incapaz de otra cosa que no fuera bromear. Con ojos abiertos como lechuza (creo que ese apodo le habría venido mejor) albureaba a todos – y todas –absolutamente todo el tiempo. Esa capacidad para la picardía sin descanso era parte de su encanto al aire.

El otro ingrediente crucial de su éxito fue la manera como abrevó de su historia personal como inmigrante para luchar por la reforma migratoria y convencer a su audiencia de la importancia de participar políticamente en la vida estadounidense. Durante un buen tiempo, la labor de Sotelo en radio fue el complemento ideal del trabajo de Jorge Ramos en televisión, toda proporción guardada entre dos hombres de formación, trato y oficio diferentes pero intenciones parecidas.

De acuerdo con un largo reportaje del Los Ángeles Times, el reinado de Sotelo en la radio matutina en español se vio interrumpido por un escándalo de acoso sexual y otras acusaciones de matiz distinto pero gravedad similar. Pero eso es lo de menos, al menos para este texto que hoy comparto. Lo realmente interesante de la salida (seguramente temporal) de Sotelo de la radio en español es, primero, la reflexión sobre el papel que jugó en la vida de la comunidad hispana. Pero tan interesante como su ascenso ha sido su caída. Porque más allá de las razones de su despido, lo cierto es que “Piolín” había ido perdiendo audiencia paulatinamente. De haber sido el líder indiscutible de la radio matutina para hispanos, terminó cayendo hasta sexto sitio—y más allá, de acuerdo con otros reportes.

Sospecho que el hecho habla más de los hábitos de consumo mediático de los hispanos en Estados Unidos que del talento (innegable) del propio  “Piolín” Sotelo. Aunque otros programas matutinos de formato similar siguen ocupando los primeros lugares de la radio en español, lo cierto es que la audiencia hispana parece estar cambiando. De acuerdo con el centro Pew, que se dedica a analizar a los hispanos con gran precisión, al menos 82% de los hispanos en Estados Unidos dicen recurrir a noticieros en inglés para informarse, un aumento de casi el 5% desde el 2006.

La cifra esconde un dato demográfico ineludible y muy interesante. Con el descenso de la migración, los hispanos nacidos y criados en Estados Unidos son cada vez más. Para ellos, voces como la de “Piolín” Sotelo seguramente resultan ajenas: simplemente no se identifican con la experiencia desde la que parte Sotelo. No son inmigrantes; son hispanos nativos que han comenzado un proceso de asimilación en el que los rasgos de identidad del país de origen (como el albur y el humor de Sotelo) y la lucha por la agenda clásica de la comunidad hispana quedan relegados. A nadie debe sorprender que, en el sondeo del Pew, sólo 2% (¡!) de los hispanos nacidos en Estados Unidos, ese demográfico que crece cada vez más, dijo recurrir exclusivamente a los medios en español para informarse.

En este nuevo escenario, hombres como Sotelo y otros locutores del mismo estilo tendrán un espacio muy relevante. Pero la demografía no miente. Atender a la nueva audiencia que ha surgido, cuyos hábitos de consumo están aún por definirse, será el gran desafío para la radio y la televisión para hispanos en Estados Unidos. Un reto fabuloso para quienes trabajamos acá.

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Fuente: Animal Político

 

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