¿Beltrones en Gobernación?

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¿Beltrones en Gobernación?

 

Por Leo Zuckermann

¿Estará dispuesto el Presidente a asumir este cambio de 180 grados en la manera en que ha gobernado hasta ahora? Difícil imaginarlo.

La idea no es mía. La leí en la columna del “señor Bello” en la revista británica The Economist de esta semana (el personaje es ficticio; el que escribe estas editoriales es alguien que conoce a fondo la realidad mexicana). El autor argumenta que lo ha impresionado la disciplina del presidente Peña y su equipo cercano para seguir un guión planeado. Sin embargo, los recientes eventos han destrozado el script: “El gobierno enfrenta una agenda política radicalmente diferente” que debería comenzar por “la seguridad, justicia y Estado de derecho”. Si quiere ganar de nuevo la iniciativa, Peña “deberá llevar a la justicia a los jefes políticos conocidos por ser corruptos”. Hasta acá no hay nada nuevo que no se haya dicho en México por diversas voces. Lo novedoso es la propuesta, que en realidad es una gran provocación:

“El señor Peña gobierna a través de un pequeño grupo de tecnócratas jóvenes y brillantes, con viejos priistas incondicionales en los puestos de seguridad. A pesar de que no está en la naturaleza del Presidente salirse de su camarilla, el gobierno lograría un impulso con una figura más importante como secretario de Gobernación, con libertad de actuar. El candidato obvio es Manlio Fabio Beltrones, líder del PRI en la Cámara de Diputados”.

¿Beltrones en Gobernación? ¿De verdad? La idea es, por decir lo menos, interesante. Significaría un cambio en el estilo personal de gobernar de Peña y en el proyecto político del grupo que acompaña al Presidente.

Comencemos con lo primero. Hasta ahora, el Presidente ha gobernado con un círculo muy cerrado de tres colaboradores: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el de Hacienda, Luis Videgaray, y el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño. Son ellos los que, junto con Peña, toman las decisiones importantes del gobierno. Remover a uno de ellos sería cambiar esta manera de gobernar, muy cerrada, muy compacta, donde existe mucha confianza entre estos personajes.

Traer a Beltrones a Gobernación es traer a un outsider al gobierno. El sonorense no pertenece al “grupo Estado de México-Hidalgo” de Peña. Es, por un lado, abrir el estrecho círculo gubernamental a otros grupos de poder dentro del PRI y, por el otro, integrar a un viejo lobo de mar que requeriría una mayor libertad de acción de Los Pinos. Es, en suma, cambiar el estilo de gobernar de Peña que ciertamente había funcionado hasta que explotaron los casos de Tlatlaya e Iguala que pasmaron y debilitaron al gobierno.

¿Estará dispuesto el Presidente a asumir este cambio de 180 grados en la manera en que ha gobernado hasta ahora? Difícil imaginarlo. Más difícil visualizar al Presidente removiendo a una de las personas en las que más confía, que más lo ha ayudado en su carrera política: Osorio. Desde que los dos eran gobernadores, uno del Estado de México y otro de Hidalgo, se estableció una alianza política y amistosa que ha funcionado y perdurado. ¿Qué haríaPeña con Osorio si lo quita de Gobernación? ¿Adónde lo mandarían?

Esto nos lleva al segundo punto: el proyecto político del Presidente y su grupo. Ellos están para quedarse en el poder no sólo un sexenio. Naturalmente, como políticos que son, quieren más. Las dos fichas fuertes para sustituir aPeña en la Presidencia son del “grupo Estado de México-Hidalgo”: Videgaray u Osorio. Llevar a Beltrones a Gobernación es abrir la baraja a otros grupos del PRI que también quieren llegar a Los Pinos, incluyendo al sonorense. Imaginemos que le fuera bien a Beltrones en Bucareli, que de pronto el país se pacificara, que el nuevo secretario de Gobernación resolviera los graves problemas políticos y de seguridad que hoy aquejan al Presidente. ¿Acaso no se convertiría Beltrones en un candidato natural del PRI a la Presidencia? Desde luego que sí, y eso les ha de producir migrañas a varios personajes que le han sido leales a Peña, esperando que su dedo mágico apunte a su dirección cuando llegue el momento de decidir la candidatura presidencial.

Todo lo cual me lleva al tema de fondo de la provocación del “señor Bello”: es indudable que llegó el momento de que el Presidente cambie su estrategia y, por ende, a su equipo de trabajo. La pregunta es hasta dónde está dispuesto a agitar el árbol y permitir que nuevos grupos priistas se integren a su gobierno. Por la situación tan delicada que estamos viviendo, creo que pronto lo sabremos.

 Twitter: @leozuckermann

Fuente: Excélsior

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