Atrapan en BCS a dos enganchadores de rarámuris explotados

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Agentes de la Policía de Baja Californai Sur arrestaron a dos personas por “enganchar” a 170 rarámuris en la comunidad de Creel y posteriormente llevarlos a trabajar en condiciones inhumanas en el municipio de Comondú

Entre tanto, los 90 indígenas tarahumaras que eran explotados laboralmente en un rancho agrícola en Baja California Sur, se negaron a ser trasladados a Chihuahua, ya que en sus comunidades no tienen empleo. Entre ellos hay 14 menores de edad, algunos de los cuales muestran señales de desnutrición.

“Tengo conocimiento que dos personas ya fueron puestas bajo arresto, mismas que hicieron la labor de enganchadores”, dijo José Cuberto Medina, delegado de la Secretaría de Trabajo en Chihuahua.

Autoridades del gobierno de Chihuahua, entre ellos el secretario de Desarrollo Social, José Luis García, acudieron al rancho El Cerezo, en Baja California Sur, para atender el caso de explotación de jornaleros agrícolas, entre ellos 90 indígenas de la etnia tarahumara.

Los jornaleros reportaron que fueron contratados por una persona de nombre Juan Carlos Vera, en El Divisadero y en Sinaloa, y que los trasladaron en un camión hasta los diversos ranchos.

El secretario chihuahuense dijo en entrevista telefónica, que es claro que “hasta el momento no habían sido respetados debidamente sus derechos laborales”.

Ante ello, exigió a la empresa, dedicada a la producción agrícola de papa, “que no se violen las garantías laborales y los derechos de las personas, de nuestros hermanos tarahumaras, para que la situación no se les complique más”.

Dijo que por parte del gobierno de Chihuahua vigilarán que tengan un buen cuidado médico, alimentario y físico y que se les pague la cantidad por la que fueron contratados.

Sin embargo, añadió que hay versiones de que un intermediario se queda con cuatro pesos, de los ocho que normalmente se paga en esta región por la recolección de cada arpilla o costal de papa.

La empresa accedió a trasladar a los afectados a un techo, en un piso firme, con carpas que al menos tienen la comodidad de un servicio mejor.

Los indígenas, junto con otros 100 jornaleros de otros estados del país, dormían a la intemperie en la tierra, no tenían agua potable ni las menores medidas de dignidad humana.

“Ahora los indígenas tienen mejores condiciones de higiene personal antes de comer y les facilitan gel antibacterial, ya cuentan con aires acondicionados, regaderas y agua purificada, apuntó el titular del desarrollo social de Chihuahua”.

Con información de Excélsior

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