Arrestan inmigrantes en la Casa Blanca

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Una docena de inmigrantes y activistas fueron arrestados el jueves frente a la Casa Blanca tras protestar a favor de la suspensión de las deportaciones y reclamar una nueva ley de inmigración.

El chileno Peter Uribe dijo a The Associated Press que decidió dejarse a arrestar junto a su esposa Marlene y su hija Nathaly como una manera de salir de las sombras y en familia.

“Lo hacemos a nombre de todos esos padres que pueden ser deportados”, dijo el albañil de 38 años, que vive en Estados Unidos desde hace 18.

Otro de los arrestados fue el reverendo puertorriqueño Carmelo Santos, quien dijo que su mensaje es poner fin a las deportaciones injustas y la reactivación del debate sobre la inmigración en el Congreso.

“Los principales perjudicados en todo esto son los niños estadounidenses cuyos padres son deportados, y hago esto por ellos”.

Fueron detenidos por no acatar las tres advertencias de la policía de desalojar el área. A estas personas por lo general las detienen pocas horas y después deben presentarse ante un juez.

Cientos de personas marcharon desde el Congreso hasta la Casa Blanca y durante el recorrido mostraban pancartas en inglés y español alegóricas a las deportaciones.

René Tapia, mexicano de 24 años, dijo a la AP que decidió sumarse a la protesta para que el Congreso y el presidente Barack Obama escuchen que muchas familias son separadas.

“Queremos una oportunidad para demostrar que no somos delincuentes sino gente de bien”, dijo el albañil, quien está en proceso de deportación.

La protesta del jueves fue la tercera realizad esta semana en la capital estadounidense para pronunciarse contra las deportaciones.

Un total de 27 personas, entre ellos siete menores, fueron arrestadas la víspera en una protesta similar cerca al Congreso.

La manifestación ocurrió ocho años después que grandes concentraciones pacíficas salieran a las calles el Primero de Mayo de 2006 y 2007 para solicitar una reforma migratoria.

Numerosas naciones del mundo rinden homenaje a la clase obrera esta fecha, pero en Estados Unidos se celebra el primer lunes de septiembre.

En el centro de Los Angeles se realizaron dos marchas que sumaron alrededor de 2.000 personas, según los organizadores. En la primera, que comenzó en la mañana, participó el legislador Luis Gutiérrez, demócrata por Illinois, como orador principal. Ambas marchas pidieron el cese de las deportaciones de inmigrantes con delitos menores. Otra marcha estaba pautada por la tarde en esta misma zona. Se esperaba que también congregara a inmigrantes, activistas, hispanos y simpatizantes del movimiento en favor de una reforma inmigratoria.

En Nueva york varios centenares de personas se concentraron en la céntrica plaza de Union Square. El evento fue organizado por la Coalición 1 Mayo por los Derechos de los Trabajadores e Inmigrantes.

“15 dólares de salario mínimo, legalización ahora, no deportaciones y no detenciones”, decían las decenas de pancartas que se distribuyeron entre los manifestantes.

Rogelio Crespo, de 26 años, dijo a la AP que asistió para “apoyar que haya justicia para los inmigrantes”. Contó que ingresó a Estados Unidos con sus padres sin autorización cuando tenía u año. Su padre fue deportado a México hace unos dos años y medio tras vivir más de 20 en el país.

La concentración reunió ante el Ayuntamiento neoyorquino a cientos de trabajadores y sindicalistas de taxistas, maestros, personal de la universidad pública CUNY, enfermeras y asociaciones de comunidades árabes, africanas e hispanas.

“Es maravilloso ver a inmigrantes y sindicatos trabajando juntos. Cinco o 10 años atrás no había esta sinergia”, dijo a la AP Steven Choi, director ejecutivo de la Coalición por la Inmigración de Nueva York.

“Cada vez más los derechos de los inmigrantes y la de los sindicatos tienen más en común porque ambos luchan por lo mismo, como el salario mínimo, la reforma inmigratoria o el fin de las deportaciones”, añadió.

“Sí se puede”, “Yes we can”, se escuchaba a lo largo de la concentración que tras los discursos de una veintena de representantes, entre ellos la presidenta del Ayuntamiento, la puertorriqueña Melissa Mark-Viverito.

“Este año el movimiento es mucho más grande, muchas más personas están involucradas porque es un problema cada vez mayor y porque la gente se está dando cuenta que nos está afectando mucho a todos”, dijo a la AP Francisco Curiel, un mexicano de 22 años.

“Es un problema que nos afecta como neoyorquinos, a un inmigrante por falta de documentos y a los sindicatos porque su salario no es justo”, añadió Curiel, apuntando que una de las desventajas de los indocumentados es el abuso de que, por ejemplo, no les paguen extra.

En Seattle, miles de personas marcharon en apoyo a los derechos de los inmigrantes y de un aumento al salario mínimo.

La multitud se dirigió al Parque Westlake en el centro, portando carteles que piden el fin de las deportaciones y “15 Now”, la exigencia de un salario mínimo de 15 dólares la hora.

Anteriormente el jueves, el alcalde Ed Murray anunció planes para aumentar por fases el salario mínimo a 15 dólares en los próximos siete años.

Fuente: AP

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