Villa: asesinato y reencarnación

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Por Juan José Rodríguez

El removedor documental sobre El Asesinato de Villa, producido por Discovery, nos devuelve al tema de la Revolución Mexicana, tema que no terminó de discutirse con los festejos oficiales del Bicentenario Calderoniano.

Toda esta década irán apareciendo detalles y Villa estará presente varias veces: por ejemplo, dentro de un año se conmemorarán los primeros 100 de la Toma de Zacatecas, donde la División del Norte partió el espinazo del dictador Victoriano Huerta.

La producción de Patricia Arriaga aparentemente se adelantó 10 años: Villa murió en 1923 y su centenario se conmemora hasta 2023, pero lo bueno de esta anticipación es que abonará el terreno para el debate, la búsqueda y confirmación de archivos, además de alzar nuevas interpretaciones a la luz de esta época y la que viene. ¿Qué tipo de país tendremos para entonces, en 2023?

Un historiador señaló que Villa estaba entre el ángel y el fierro, evocando su relación con los antípodas Felipe Ángeles y Rodolfo Fierro. Algo así es la historia de nuestra nación: entre la angelical imagen del mexicano creador: noble y cortés; o la barbarie desatada que nos acompaña como un disco de Ying Yang que no deja de girar de manera nietzschana.

Es interesante ver como Villa mantenía a su lado a un criminal despiadado, mientras que por el otro se encontraba con la figura mística de Felipe Ángeles, egresado de la École Militaire de Francia, y uno de los idealistas más iluminados de su tiempo.

En los momentos más cumbres de la mítica División del Norte, la figura militar de Rodolfo Fierro destacó por su valor, del mismo modo que por algunos asesinatos ordenados o cometidos por él mismo a sangre fría.

Dos grandes escritores mexicanos han escrito páginas memorables sobre este individuo. Uno es Rafael Muñoz, quien en su cuento Oro, caballo y hombre narra su muerte absurda, al tratar de atravesar una laguna a caballo, ebrio de tequila y cargado de bolsas de oro, hasta quedar atrapado por el peso de su cargamento.

Fierro fue un héroe indiscutible en varias batallas que precipitaron la caída del traidor Victoriano Huerta. Durante los combates de Celaya, realizó una incursión suicida que puso en fuga a los carrancistas y el propio Alvaro Obregón reconoció su valor en sus memorias. ¿Habría sido asesinado Villa en 1923 si Fierro aún siguiera vivo con él en Canutillo?

Se sigue diciendo que Villa perdió en Celaya por desobedecer los consejos de Ángeles, de aguardar el ataque de Obregón, así cómo se maximiza la presencia el militar germano Maximilian Kloss en el equipo de Huerta: pocos toman en cuenta que Villa careció de la cantidad necesaria de parque.

Olvidamos que esta revolución se hizo en un país que no fabricaba municiones y éstas tenían que entrar por Ciudad Juárez, con anuencia gringa, o por Veracruz, donde alguna vez irrumpió una flota para evitar que Huerta recibiera armas de Alemania. Busquemos la clave de la derrota y quizá de la muerte de Villa en esa insistente intervención extranjera: el ataque Columbus tenía que ser vengado.

Volviendo al documental, sobresale la actuación de Enoc Leaño, quien vuelve a repetir excelentemente a Villa, quien ha sido encarnado por figuras que van desde Domingo Soler, los dos Pedro Armendáriz y hasta el escritor Eraclio Laco Zepeda.

Felipe Ángeles sigue siendo invisible en el cine mexicano. Ojalá nuestros documentalistas le hagan su necesaria justicia, así como este reciente trabajo nos llevó a los trasfondos en la muerte de Doroteo Arango, el general Francisco Villa.

Por cierto, Rodolfo Fierro fue interpretado varias veces por el gran actor-villano del cine mexicano Carlos López Moctezuma y, en el cine gringo, su papel lo realizo ni más menos que el propio Charles Bronson.

Fuente: El Universal

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