Valparaíso, las miserias al desnudo

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Por Carlos Poblete Ávila

 

En Chile, por largas décadas es ya una costumbre el largo lamento luego de una tragedia que afecta a miles de ciudadanos, por causa de fenómenos que nadie advierte ni resuelve. Al mismo tiempo es parte de esa costumbre oír mil promesas y, finalmente, el olvido de todo.

 

Esta vez, el ” Eres un arcoíris de múltiples colores, tú, Valparaíso, puerto principal…”, como dice el vals, ha sido objeto de una calamidad mayor, el voraz incendio que destruyó más de 3 mil viviendas y dejó sin hogar a 15 mil personas, más casi una veintena de muertos.

 

Vivir en las altas cumbres montañosas, con el tiempo será una necesidad para millones de seres humanos, según lo indica el crecimiento de la población mundial, Chile no escapa a esa situación. La superficie de tierra fértil ha sido ocupada por viviendas, por causa de la imprevisión, y también por la irracionalidad.

 

Lógicamente que las condiciones habitacionales que dejó al descubierto la reciente tragedia de los cerros de Valparaíso no constituyen pautas de urbanización, ni menos de dignidad para nadie. No sólo Brasil tiene favelas.

 

Lo contrahecho, las miserias materiales, los basurales, no pueden ser valores patrimoniales de nada ni de nadie, más bien son vergüenzas que indignan.

 

Seguimos siendo el país del ” alambrito ” para todo, del maestro chasquilla, de las limosnas, de los humillantes bingos de cada semana en las poblaciones para financiar tratamientos médicos, de las colectas o rifas para enterrar a quienes no tuvieron la suerte de salvarse, son algunas manifestaciones de la pordiosería crónica que como sociedad vivimos. Mientras…, por otra parte, se difunde ” urbi et orbi ” por los pregoneros del sistema neoliberal que el país está ” en el umbral del desarrollo “.Nada dicen dichos voceros cómo nos saquean el agua, los minerales y el mar, y todos los patrimonios que alguna vez tuvimos. Algunos hasta llegan a idealizar la miseria.

 

“La joya del Pacífico “, como canta el vals, sigue siendo un mito, que de tanto decirlo se cree real. Distintos versos cantaba hace unas décadas, el poeta Osvaldo ” gitano ” Rodríguez, él decía ” el puerto herido “, porque… “un manto de tristeza fue cubriendo los cerros con sus calles y sus niños “.

 

Hay urgencia de pensar en serio este país. Hay que ir a la raíz, a los fundamentos para resolver la inmensa deuda social que existe. Basta de anuncios y de enunciados que nadie cumple, y de autoridades que están para dar paliativos que poco sirven. Basta de políticos de poltronas y de burócratas que parasitan en cargos que no les corresponden.

 

Valparaíso, que tus incendios, tus muertos y cenizas no sean en vano.

* Carlos Poblete Ávila.Profesor de Estado/ Director del Centro de Estudios. Conciencia Crítica

 

Fuente: Alainet.org

 

 

 

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