Reprimen a manifestantes en el aeropuerto de Juliaca, Perú

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La Policía de Perú inició un operativo represivo este jueves contra un grupo manifestantes en el aeropuerto de la ciudad de Juliaca, provincia de San Román, en Puno. Se trata de familiares de personas fallecidas hace un mes en esa misma estación aérea, que se movilizan para reclamar Justicia y conmemorar lo que denominan ‘la masacre de Juliaca’. Según reportaron medios locales en las redes sociales, en las inmediaciones del aeropuerto se oyeron disparos de las fuerzas de seguridad que custodian el ingreso al lugar. 

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Miles de peruanos marcharon ayer por varias ciudades al exigir una vez más la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y los miembros del Congreso al cumplirse un mes de la violenta represión que dejó 19 muertos en Juliaca.

La jornada de ayer estuvo marcada por un paro nacional convocado por el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación, la Confederación General de Trabajadores y otros gremios civiles, y se extendió a Cajamarca, Loreto, Arequipa, Puno y Lima.

Juliaca fue escenario de movilizaciones más nutridas y sentidas. Los pobladores exigieron justicia para los fallecidos el 9 de enero, cuando unas 2 mil personas intentaron tomar el aeropuerto Inca Manco Cápac, a mil 300 kilómetros al sur de Lima, en la región de Puno.

Como hace un mes, la muchedumbre intentó tomar la terminal aérea, a lo que la policía antidisturbios respondió con andanadas de gases lacrimógenos y disparos de armas de fuego.

Horas antes, cientos de personas, incluyendo familiares y allegados de las víctimas mortales, recorrieron varias calles en una congregación de luto, llanto, consignas antigubernamentales y cantos de protesta, orquestados con instrumentos musicales como trompetas y tambores.

“La sangre derramada jamás será olvidada” o “¿cuántos muertos quieres para que renuncies?” fueron algunas de las consignas, mientras madres y familiares empuñaban fotos e imágenes de los fallecidos en la ola represiva.

Aviones militares sobrevolaron la ceremonia luctuosa.

“Me han quitado a mi hijo asesinándolo. No puedes pagar eso, la vida de mi hijo”, exclamó Faustina Huanca, una vendedora informal, a la Afp. Huanca, como muchos de los presentes, vestía de negro, y participó en una misa católica.

“Pasaron dos policías y me dispararon a quemarropa (…) Tengo más de 70 perdigones en todo el cuerpo, (los médicos) sólo pudieron extraer ocho en la primera cirugía que me hicieron. Tengo el resto en el cuerpo”, aseguró Diego Quispe, trabajador independiente.

“Que todo el mundo se entere que el 9 de enero han caído nuestros hermanos en este lugar” manifestó a la Afp Edith, familiar de una víctima.

Fuente: AFP/ Reuters/ RT

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