Refresqueras, con todo contra EPN

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La industria refresquera hará una campaña de desprestigio millonaria y utilizará argumentos falsos para evitar que se apruebe el impuesto especial a las bebidas azucaradas que propone la Reforma Hacendaria, advirtió este día Jeffrey Ritterman, un especialista estadounidense que impulsó un impuesto similar en el estado de California.

En su visita a México, Ritterman comentó que en Richmond, California, cuando se intentó establecer un impuesto de un centavo por onza de refresco, la industria refresquera destinó 2.5 millones de dólares en una campaña que acaparó los anuncios espectaculares de la ciudad y se dedicó a desprestigiarlo e impidió el impuesto. “Compraron todos los anuncios espectaculares.

Decían que el impuesto afectaría a los pequeños comercios, es el argumento que usaron allá y el que usarán aquí. Circularon mentiras, le decían a la gente que el dinero iba a ser tomado por mí”, dijo Ritterman en una conferencia de prensa a la que fue invitado por la organización Alianza por la Salud Alimentaria.

En el evento, el activista enumeró tres argumentos que ha utilizado la industria en Estados Unidos y los contrastó con la realidad:

1. La obesidad es un problema complejo y no es correcto señalar cualquier causa como única. En realidad, el azúcar líquida es la mayor responsable de la obesidad y detener su consumo ya es una mejoría.

2. El impuesto al refresco no disminuirá el consumo o los avances de obesidad | En realidad, los estudios demuestran que el consumo puede disminuir entre 8 y 15% y el dinero recaudado del impuesto puede ser invertido en orientación alimentaria o nutricional.

3. El refresco puede ser parte de una dieta balanceada. En realidad, el consumo de una lata de refresco al día incrementa el riesgo de enfermedades coronarias en un 20%.

Ritterman dijo que tanto en Estados Unidos como en México se tiene la evidencia de que aprobar el impuesto al refresco y utilizar el dinero recaudado para tratar la obesidad, en realidad permitirá ahorrar dinero en el futuro que se gastaría en costosos tratamientos.

Afirmó que son las familias más pobres las que sufren los mayores daños de la obesidad y la diabetes por sus altos costos. Sin embargo reconoció que es un tema a resolver los costos que este impuesto generaría en los comerciantes que han manifestado que se verán afectados.

Al respecto, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, advirtió que la industria refresquera tiene la opción de vender otras bebidas que no tendrán esta carga impositiva.

“El problema no es si voy a tomar un refresco o no, sino tomar 12 cucharadas de azúcar. Estas mismas empresas tienen alternativas, tienen mercado de agua, jugos, leche.

Coca-Cola vende más caro el agua que la Coca. Hoy pasa con el Sidral Mundet, dicen que contiene jugo de manzana, pero sólo tiene 1% de jugo —señaló Alejandro Calvillo—, por lo que ayer se presentó una denuncia ante Cofepris”, comentó Calvillo según se dio a conocer en un comunicado de prensa.

A su vez, Jeffrey Ritterman reconoció que es real la preocupación sobre cómo cambiar la economía que está basada en productos que hacen daño y cómo hacer que los pequeños comerciantes no resulten afectados.

“Para una persona pobre el impuesto es regresivo, pero la diabetes es más regresiva. Y la obesidad es regresiva”, agregó Ritterman.

Fuente: Sin Embargo

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