La solicitud que hizo el presidente Obama al Congreso relacionada con el presupuesto incluirá una nueva cuota para las empresas petroleras, ya que tendrían que pagar 10 dólares al Gobierno federal por cada barril de petróleo que produzcan, según dio a conocer la Casa Blanca.
El dinero, que podría representar recursos nuevos anuales por 32 mil millones de dólares para el Gobierno federal, podría ser invertido en una serie de proyectos de transporte e infraestructura, incluyendo puentes y carreteras, trenes de alta velocidad y la investigación sobre vehículos avanzados como los eléctricos o los autos que se manejan solos.
La propuesta incrementaría los costos de producción de combustible fósil, siendo parte de una medida más amplia que está tomando Obama para luchar contra el cambio climático.
El objetivo es lograr que sea más caro producir y consumir energía que emita gases invernadero y contribuya al calentamiento global, fomentando que en el mercado haya fuentes de energía limpia y renovable, como la eólica o solar.
Aproximadamente el 30 por ciento de las emisiones de gases invernadero del país provienen de los vehículos, invertir en trenes de alta velocidad y vehículos más limpios podría ayudar a disminuir esas emisiones.
“Este nuevo enfoque en la inversión y financiamiento coloca la prioridad en reducir la contaminación, a la vez que se trabaja para desarrollar un sector del transporte más integrado, sofisticado y sustentable”, señaló la Casa Blanca a través de un comunicado.
Las más recientes medidas relacionadas con el cambio climático están enfocadas particularmente en detener la producción de combustible fósil.
El mes pasado, el Departamento del Interior anunció sus planes para detener el usufructo de las minas de carbón en predios públicos mientras se lleva a cabo un estudio que podría dar como resultado cuotas más altas para las empresas que extraigan carbón en propiedades federales.
Los precios del petróleo se encuentran en su nivel más bajo en más de una década, lo cual, algunos legisladores creen que proporciona la oportunidad de minimizar el impacto de esa cuota en los consumidores.
Aunque es muy probable que las empresas petroleras, cuyas utilidades han disminuido significativamente con el precio del petróleo, se opongan ferozmente como lo harán los republicanos en el Congreso, que constantemente han bloqueado cualquier esfuerzo por incrementar los impuestos.
Fuente: The New York Times
