México bajo el asecho de las ultraderechas

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Por Bernardo Barranco
El ascenso y la notoria visibilidad de Frenaaa, nos obliga a repensar a la ultarderecha no solo en su vertiente local vinculada a un viejo catolicismo intransigente y anticomunista sino a los grandes movimientos que se están dando en el occidente. Porque México no es una isla.

La extrema derecha es una corriente política e ideológica que se ha extendido particularmente en Europa y en América latina, en esta última bajo el influjo del fundamentalismo evangélico. Es un conjunto complejo y heterogéneo de actores políticos, partidos y movimientos sociales que deben ser analizados por separado. Sobre todo, en Europa se caracterizan por un nacionalismo extremo, añorante de un pasado idílico y por diversas manifestaciones de xenofobia y supremacismo o superioridad blanca. Son expresiones racistas desbordadas que convierte a los extranjeros en sus chivos expiatorios. Con frecuencia denuncian los objetivos conspirativos de la masonería y el llamado “lobby judío”. El término está asociado con movimientos derrotados por la Segunda Guerra Mundial, como el fascismo italiano y el nazismo alemán. En México estamos tenemos al Yunke y sus asociadas organizaciones sociales y religiosas que se derivan como ProVida y ProFamilia, cuya herencia central se finca movimiento cristero de los años 20s del siglo pasado.

Diversos autores coinciden al caracterizar ciertos rasgos de la ultraderecha. El odio al presente, visto como un período de decadencia; nostalgia por el pasado donde se respetaban los valores. Existe la apología por las sociedades de élite, la ausencia de élites se considera un declive; la censura de la moral, en particular la libertad sexual y la homosexualidad; machismo y exaltación del rol de la mujer en la familia tradicional. Añoranza por lo sagrado, ya sea religioso o moral tradicionalista.

Otra característica tanto de Frenaa como otras ultraderechas en el mundo, es el uso de las redes sociales. La llamada Fasciósfera, termino acuñado por el periodista francés Dominique Albertini, como una nebulosa de la extrema derecha omnipresente en Internet. Las redes son vehículos para expandir las ideas radicales de derecha, ofrecen una contracultura con sus propios estándares y referencias, el uso de redes como plataforma de acción e iniciativas colectivas.

Frenaaa es un peligroso cóctel de la derecha empresarial y de la ultraderecha católica. Su discurso es de odio y decosntructivo. Pese a su número relativamente pequeño y su arenga arcaica, no debemos despreciarlo ni minusvalorarlo. De Latinoamérica, sube otra derecha que viene: el fundamentalismo pentecostal. El tema requiere rigor.

Fuente: Milenio

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