Madero aplastó a Cordero

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Por Ricardo Alemán

Al final de la escaramuza intramuros del PAN —que enfrentó a los fieles del ex presidente Calderón con la dirigencia actual de los azules—, el presidente del partido, Gustavo Madero, terminó por aplastar a su adversario, Ernesto Cordero, quien luego de una pelea titánica también fue relegado del “establo” de los “calderonistas”.

De esa manera —y hoy por hoy— Gustavo Madero Muñoz tiene bajo control a una mayoría de 33 senadores quienes terminaron por reconocer como su jefe parlamentario a Jorge Luis Preciado, el otrora líder senatorial despreciado. Y en el bando de los senadores derrotados quedaron marginados y casi solitarios los fieles a Calderón: Ernesto Cordero, Javier Lozano, Luisa María Calderón y Roberto Gil, además de uno que otro atolondrado.

Pero acaso lo más importante del reacomodo que vivió el grupo de senadores del PAN es que —les guste o no a los calderonistas— Gustavo Madero no sólo salió más fortalecido de la escaramuza —si se compara con el Madero que se tambaleaba hace semanas—, sino que hoy se da el lujo de presentar una iniciativa de reforma energética con la firma de por lo menos 33 senadores, de un total de 38 que integran el grupo parlamentario del PAN. Es decir, que la oposición a Madero y a Preciado no sólo fue contenida, sino convencida y convertida al maderismo.

Y es que luego de semanas de choques y confrontaciones, y de una guerra mediática que dañó severamente la imagen del PAN, los estrategas de Madero tejieron fino: hablaron con cada uno de los senadores que se oponían a su causa, evaluaron conveniencias económicas y el futuro político de cada uno de los legisladores en rebeldía y, de esa manera, lograron que una mayoría se comprometieran a trabajar codo a codo con el presidente de su partido, Gustavo Madero, y con el coordinador que éste impuso, el senador Jorge Luis Preciado. ¿Y qué va a pasar con Ernesto Cordero?

En pocos días el otrora poderoso senador Cordero se convertirá en soldado raso, una vez que deje la mesa directiva del Senado. Entonces será uno más, sin recursos, sin imagen y también sin reflectores. Por lo pronto —y mientras vive el duelo de asumir la derrota y la pérdida del poder—, Cordero y los suyos avalarán la reforma energética y el ex jefe de los “calderonistas” iniciará su precampaña para buscar la presidencia del PAN, ya sin las posibilidades que le daba el poderoso cargo que ostentaba.

Y un primer acto de la nueva etapa política de Cordero —como precandidato a la presidencia del partido— fue una desangelada protesta pública en Tlaxcala, en rechazo al fraude electoral que cometieron el PRI y el gobierno estatal. Cordero apareció con la boca tapada, protestando contra el fraude, acompañado de algunos de sus leales como Luisa María Calderón y Roberto Gil.

Sin embargo, Cordero ya no es “el hombre” de Felipe Calderón para la dirigencia del PAN. No, en el fondo Calderón parece haber desechado a Cordero y —en cambio— trabaja en el posicionamiento de la ex primera dama Margarita Zavala para dirigir al PAN. Y si tienen dudas, basta revisar las recientes apariciones públicas de la esposa del ex presidente Calderón. En dos momentos se dejó apapachar por la militancia panista, a la que dijo que estaba lista para regresar al partido.

Y frente a ese nuevo escenario —y al reacomodo de las fuerzas en el PAN— es muy probable que la nueva batalla por la dirigencia nacional de los azules se produzca entre Margarita Zavala y Gustavo Madero; batalla que se dará en el primer trimestre de 2014.

Por lo pronto, y ya con una mayoría de por lo menos 33 senadores en sus alforjas, Gustavo Madero se convertirá en eje del próximo periodo extraordinario de sesiones, al que acudirá con una propuesta de reforma energética avalada por una mayoría de diputados y senadores del PAN — que trabajan en conferencia—, listo para convertirse en el artífice de la más ambiciosa reforma energética de la historia.

Pero esa es apenas una parte de la película. Y es que Madero exigirá que antes de la reforma energética el gobierno federal y el PRI aprueben sólo la reforma electoral que por consenso proponen el PAN y el PRD, para evitar que se repitan irregularidades como las del pasado 7 de julio. Todo ello mientras que el PAN de Madero facilitará las cosas al PRI, al dejar fuera la “reforma política” que exigía Ernesto Cordero.

Al final, parece que el PAN puso orden en la casa y que Madero tiene todo para seguir al frente en las reformas por venir y para buscar su reelección como dirigente del PAN. ¿Pero qué va a pasar con la Asamblea Nacional que en horas deberá ratificar y/o rechazar su liderazgo? Dicen que tiene todo bajo control. Al tiempo.

Fuente: El Universal

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