Los avatares del fraude

Efectivamente Armando, hubo fraude.

Bueno, después de un breve autoexilio -no, no es un auto- regresamos a éstas páginas, una vez que hemos cumplido con nuestra encomienda comicial. ¿Y con qué nos encontramos?
Con fraudes, fraudes por todos lados, ¡carambas!

Y quién lo ponga en duda, a las pruebas me remito. Van.

No es justo que durante tanto, tanto tiempo nos hayan hecho creer una cosa y a la mera hora nos salgan conque: nanay, que por ahí no iba la cosa y nos salieron con el mexicanísimo que a doña Chuchita nos la bolsearon. No hay derecho, chato, como diría el inolvidable Mario Moreno, quien por cierto votaba y vota por el PRI cada vez que podía.

A ver, ¿cuál es el problema con lo que ocurre, ocurrió y está ocurriendo en el país? Sin duda, Armando, que es la falta de credibilidad. ¿A poco no? Ese es un grave problema en México. ¡No creemos en nada ni en nadie! Todo tarde que temprano descubrimos que era un fraude.

¡Dios! Después de estas elecciones. ¿Quién le cree a las encuestadoras?, ¿quién a las instituciones electorales?, ¿a los candidatos?, ¿a los medios?, ¿y los enteros?

Ese es el problema. No creemos en nada. Y no nos falta razón.

Primero nos dicen que todos debemos andar copetudos y con nuestra tarjeta de Soriana y luego que no, que siempre no, que nomás tantito, porque las encuestas no salieron como era el plan original. Luego nos salen con que todos debemos ser muy amorosos y a la hora de los marrazos, nada, que no se debe poner la otra mejilla, sino que hay que tirar madrazos. Nada de amorosos, pues. Lo que si cala es que primero nos dicen que si votamos por los azules nos darían doble “cuchi cuchi” y luego nos salen que nanay que sólo eran besitos y arrumacos. Pues no se vale pues, nos hacen creer una cosa y nos salen con otra.

O sea, puro fraude pues.

Y cuando teníamos un rayito de esperanza. ¡Oh gran tragedia! También nos defraudan.

Yo que creía en los #yosoy132 y nos salen con su domingo siete. ¿Por qué digo esto? ¡Porque hay como 20 mil #yosoy132! Y ese en todo caso no es el problema. El problema es que ¿a quién le creemos? Hoy nos dicen que harán esto y más tardan en decirlo en que aparezca otro #yosoy132 y se deslinde del otro 132 y digan que los desconocen. Invitan a una marcha y al rato sale otro grupo, conque siempre no, que ellos no son ni convocaron. Bueno, esto es ya es una pachanga, chato.

Estos muchachos y muchachas, chiquillos y chiquillas, peludos y peludas, primero nos invitan a terminar con el perverso duopolio de la teve, Televisa y TV Azteca pues, y ahora ya ni quien se acuerde de su original propuesta y la cosa va contra el temible copetes mexiquense, que temo para mí que sigue la vieja táctica del villano favorito de México, don orejas Salinas: O sea, ni los ve, ni los oye. Faltaba más, el sello de la casa.

Bueno, en concreto, ¿por qué hay que protestar?, ¿por la tele?, ¿por las elecciones?, ¿por el copetes?, ¿por las encuestas?, ¿por los periodistas vendidos, malévolos de Milenio TV? O ¿contra quien, pues? Digo, porque ya me estoy desesperando. O nos dicen o nos devuelven las entradas. Bueno, para estar en sintonía y no regarla y estar fraude tras fraude.

Mientras, Fray Andrés sigue a paso firme los pasos de don Cuauhtémoc. Si pierde ésta, serán cuatro las elecciones donde nomás no se le hace. Dos en Tabasco, 1988 y 1994 y dos presidenciales: 2006 y 2012. En el inter, sin tener residencia en el DF, lo ganó “haiga sido, como haiga sido”.

Ya para acabarla de amolar y eso si que sería otro gran fraude, sólo nos falta saber que don Ángel  ya se cansó de votar por la gente de don Cuauhtémoc. ¡Oigame, no! ¡No nos defraude usted también!

Ahora que si don Ángel ya se cansó, ya nada hay que hacer, desde hoy fundo formalmente el movimiento de los demócratas de los últimos días que nos identificaremos con el #hashtag: #yosoymilochomil. He dicho y me deslindo desde este momento.
¿Alguien duda que hay fraude en México?

Es cuanto, mi querido Armando.