Barack Obama celebró este sábado en Selma (sur de EU) el coraje de aquellos que, hace 50 años, lucharon para conseguir el derecho al voto para todos, subrayando que la marcha contra el racismo “no ha concluido”.
“Es un error común sugerir que el racismo ha desaparecido, que el trabajo realizado por los hombres y mujeres de Selma se ha terminado. (…) Esto no es cierto”, dijo el presidente de Estados Unidos durante un discurso en este pequeño pueblo de Alabama, que se ha convertido en un emblema de la lucha por los derechos civiles.
En el aniversario de “Selma no se trata sólo de conmemorar el pasado”, dijo Obama en vísperas de su visita. “Se trata de honrar, a través de la acción aquí y ahora, la leyenda de quienes ayudaron a cambiar este país”.
El 7 de marzo de 1965, unos 600 manifestantes pacíficos fueron atacados por la policía armada con garrotes y gases lacrimógenos en el puente, un momento que marcaría un antes y un después en la historia de la democracia estadunidense. Unos meses después se aprobaría la Ley de Derechos Electorales.
Antes de la ley, era más fácil para estados como Alabama restringir el registro de los votantes por medio de intimidaciones violentas y racismo burocrático. “Selma mostró el coraje de gente ordinaria haciendo cosas extraordinarias por su convicción de que podían cambiar el país”, dijo el presidente.
“Selma interpela a cada uno de nosotros sobre qué podemos hacer para que Estados Unidos sea mejor. Históricamente, han sido jóvenes como ustedes los que han ayudado a liderar esas marchas”.
La historia de lo ocurrido en Selma el “domingo sangriento” ha vuelto a cobrar protagonismo gracias a la película nominada al Óscar que lleva el nombre de la ciudad y que fue protagonizada por David Oyelowo como Martin Luther King. Pero la cita del sábado cobra particular relevancia por la actual lucha que los líderes en derechos civiles libran hoy contra los escándalos producidos por la brutalidad policíal contra miembros de la comunidad negra en Estados Unidos.
Una investigación realizada por el Departamento de Justicia puso de manifiesto el profundo racismo policial en Ferguson, Misuri, donde un policía blanco mató a tiros a un adolescente negro desarmado el 9 de agosto, lo que desató disturbios y protestas a nivel nacional.
“No creo que lo que pasa en Ferguson sea algo típico”, dijo Obama el viernes, pero “tampoco es un hecho aislado”.
A pesar de lo que el fiscal general, Eric Holder, calificó de “contundente informe” sobre el departamento de Policía de Ferguson, la justicia no procesará al policía blanco responsable del asesinato del adolescente Michael Brown. Obama dijo que respaldaba la decisión del Departamento de Justicia.
“Quizás nunca sepamos exactamente lo que ocurrió, pero al oficial (Darren) Wilson, como a cualquier otra persona acusada de cometer un crimen, se le hará el debido proceso y se le otorgará el beneficio de la duda”, dijo Obama. “Y si quedaran dudas acerca de lo que ocurrió, no se lo puede condenar simplemente porque lo que pasó fue trágico”, advirtió.
Fuente: AFP