La legislatura del “acuerdo”

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Por Luis Javier Valero Flores

Pues la noticia es que, con distintos tonos y formas, pero las alianzas tejidas para el proceso electoral de este año seguirán, y que la única oposición estará encarnada por el PAN en el Congreso del Estado.

Por lo menos eso se advierte, a juzgar por los discursos con los cuales los grupos parlamentarios recibieron el III Informe de César Duarte, el pasado martes, y en el cual éste ofreció la más breve de sus intervenciones ante el Poder Legislativo.

Extrañamente, en la entrega del III Informe, la mayor expectación no fue causada por tal documento -a pesar de que ahí es en donde formal y realmente se presenta-, sino por las posturas de los partidos acreditados en el Congreso.

Se sabía de antemano que sólo habría, en la práctica, una sola voz de oposición, la del panista César Jáuregui, y en este caso, consistiría en ver “que tanta” oposición, o mejor dicho, el grado de oposición que mantendría.

La propuesta del coordinador priista de los diputados, Rodrigo de la Rosa, fue explícita, “… sin pretensiones de avasallamiento (sic) pido que la alianza que se formó entre partidos políticos en lo electoral, llegue también al Congreso para poder sacar adelante los temas que necesita Chihuahua”, ante la cual (a pesar de que fue expresada al final de las intervenciones), de motu propio, todos los partidos, incluido el del Movimiento Ciudadano, en la voz de su ex dirigente estatal, Fernando Reyes,  coincidieron en apoyar la obra del ballezano César Duarte.

El balance de la saliente legislatura, quizá la peor de los últimos 4 sexenios -por el grado y modo de sumisión ante el titular del Poder Ejecutivo, según el escribiente- motivaba para constatar si los nuevos diputados tendrían el talento necesario para, sin deslindarse de su relación -personal, partidaria- con el gobernador Duarte y elaborarían una línea política del Poder Legislativo que se advirtiera como el contrapeso necesario en un régimen republicano, capaz de, sin convertirse en fuerza de oposición, (Horror al crimen, -¿¡Cómo dice usted eso¿!-) enmendar rumbo, redefinir tareas y concepciones, así como políticas públicas e, incluso, rechazo a las posturas del Poder Ejecutivo, cuando así lo creyesen.

No fue así, al contrario, la expresión, casi unánime, con distintos tonos y modos, fue el de la continuación del rumbo que sus predecesores trazaron, en una torpe continuación de los pactos políticos que hicieron posible su arribo a las diputaciones.

Tales posturas vinieron a darle la razón a la eufemística frase de César Jáuregui acerca de la enorme influencia del Gobernador en las decisiones de los otros poderes y del resto de la estructura gubernamental, incluidos los organismos autónomos. La llamó “omnipresencia” del gobernador en los otros poderes de Chihuahua, para denominar la evidente subordinación del Poder Judicial y el Legislativo en el período previo.

Porque empieza a permear la falsa idea, expresada ya por varios, incluido el gobernador Duarte, para ensalzar el arribo de representantes de todos los partidos al Congreso del Estado, de que estará representada la pluralidad política de Chihuahua.

No pareciera ser así, a juzgar por las múltiples manifestaciones que en sentido contrario se van acumulando al paso de los días.

Ahí están representadas las cúpulas partidarias, las que han llegado a acuerdos que poco arraigo tienen en la sociedad y que a cada paso van encontrando opiniones contrarias y que, de a poco, el panismo local sigue apropiándose -con razón o sin ella-.

De ahí que las frases del representante panista, Jáuregui, cuando dijo que representaba “a quienes ven con preocupación que cientos de actos de gobierno han reflejado frivolidad”, puedan encontrar más adeptos que los deseados en la administración estatal.

La mala noticia es para el dirigente priista, Rodrigo de la Rosa, es probable que cuando denostó, sin mencionarlo, al panista -en lo que fue el primer debate, así sea mini, de la actual legislatura- al sostener que “la ciudadanía ya no cree en las personas que utilizan la tribuna para descalificar y crear conflictos entre los actores”, se haya equivocado, pues aumentan, con los días, el número de personas que mantienen opiniones críticas hacia el gobernante.

¿Y el informe? Esa es otra historia, a ella iremos el próximo domingo.

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