El exceso de comicios en la ciudad y el desencanto de los ciudadanos hacia la democracia por la actuación gubernamental han conducido a los juarenses a la apatía electoral, arrojó una investigación realizada por Servando Pineda Jaimes, académico de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ).
Por lo que los votantes han preferido refugiarse en las organizaciones de la sociedad civil que desde 1995 a la fecha registran un boom y cada vez más se han alejado de las urnas, a las que han sido llamados de manera recurrente en las últimas décadas, destacó.
“En los últimos 37 años, en Juárez hemos tenido 20 procesos electorales, es decir, uno por cada 1.8 años. Del 2000 al 2013, en el municipio se habrán desarrollado nueve elecciones, es decir, una cada 1.6 años”, expuso ayer durante la presentación de la investigación “Chihuahua: de la insurgencia a la apatía electoral” en la tercera sesión del Seminario Permanente de Análisis Electoral.
Servando Pineda planteó a manera de hipótesis que al aparecer el rostro de la violencia delictiva extrema que los distintos gobiernos del PRI y del PAN no han sido capaces de atajar; el otro rostro que ha aparecido es el del aumento del abstencionismo, porque los ciudadanos han perdido la esperanza de un cambio.
Durante la ponencia presentada en las instalaciones de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), el investigador explicó que los mayores índices de participación electoral que se registran en Chihuahua son en 1992, cuando el PAN ganó la gubernatura con Francisco Barrio Terrazas. Entonces, reveló, se registró una participación electoral del 59.6 por ciento.
Agregó que aún cuando en 1986 se vivió la llamada insurgencia electoral con el denominado “verano caliente”, año en que Francisco Barrio contendió por primera vez por la gubernatura y perdió por un fraude electoral, esta no ha sido la elección con mayor participación electoral, sino sólo política porque la participación ciudadana cimbró el sistema político de la época.
“No tiene relación la participación política con la participación electoral”, subrayó, “después de las elecciones de 1992, los niveles de participación han ido a la baja”.
Los datos recabados en la investigación indican que en 1986 votó el 48.8 por ciento de los electores.
En el seminario organizado de manera conjunta por la UACJ, la Universidad Autónoma de Chihuahua y el Colegio de la Frontera Norte (Colef) se analizó también el papel del Instituto Estatal Electoral (IEE) y la participación ciudadana en los comicios de este año, así como el impacto de las reformas electorales.
Adrián Jácques Flores, secretario Técnico del IEE, destacó que para la autoridad electoral el principal reto a vencer es el abstencionismo, por lo que han empeñado varios esfuerzos en la educación cívica y construcción de ciudadanía.
Sin embargo, concedió que más que luchar contra el abstencionismo, lo que se requiere es luchar contra la apatía ciudadana, por lo que llamó a los asistentes al encuentro a participar en las distintas fases del proceso electoral de este año.
Mientras que el académico Eduardo Borunda Escobedo, al exponer sobre las reformas electorales realizadas en el estado, pidió reflexionar a quién le corresponde sacar a los ciudadanos a votar el día de la jornada electoral.
Agregó que si bien Chihuahua cuenta con un marco legal electoral moderno y con reglas claras, también hay retrocesos a la vida democrática porque se eliminó la figura de la revocación de mandato y se privó a los ciudadanos de esta posibilidad.
Fuente: El Diario
