Dreamers en huelga de hambre

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Volvieron a México en protesta por deportaciones. Cuando reingresaron a Estados Unidos fueron puestos bajo custodia.

Al menos cinco de los jueve jóvenes sin papeles conocidos como dreamers (soñadores), detenidos en Arizona cuando intentaban reingresar a Estados Unidos desde México en desafío a las políticas migratorias, iniciaron una huelga de hambre este jueves, informaron sus representantes.

Los dreamers, nacidos en México y criados en Estados Unidos, entraron en huelga de hambre para exigir a las autoridades del centro de detención donde se encuentran que les permitan comunicarse con el exterior, informó Mohammad Abdollahi, organizador de la Alianza Nacional de Jóvenes Inmigrantes (NIYA).

Se conoce como dreamers (soñadores) a los estudiantes sin papeles, la mayoría latinoamericanos, que se criaron como estadunidenses tras ser traídos al país por sus familias cuando eran pequeños. Al ser deportados, estos jóvenes se encuentran en un país que no conocen, hablando una lengua que muchas veces no conocen fluidamente y junto a una familia de extraños.

La semana pasada, tres de ellos fueron voluntariamente a México para unirse a otros cinco que habían sido deportados en años recientes, antes de que el gobierno de Barack Obama decretara un programa llamado “Acción Diferida”, que da un permiso temporal a los dreamers para vivir en el país.

La idea era intentar reingresar para llamar la atención sobre las deportaciones del gobierno de Obama y la supuesta insuficiencia de la “Acción Diferida”, además de ejercer presión a favor de una reforma migratoria en discusión en la Cámara de Representantes.

Apoyados por decenas de manifestantes, los jóvenes marcharon a un puesto fronterizo desde Nogales (Sonora, norte de México) el lunes, vestidos con togas y birretes y portando consigo solicitudes de visas humanitarias y de asilo.

Como se esperaba, los nueve fueron puestos bajo custodia y transportados al centro de detención de Eloy, en el sur de Arizona.

“En el edificio se les ha impedido hacer llamadas telefónicas”, dijo Abdollahi en conferencia de prensa, asegurando que tras hablar unos segundos con los detenidos, sus llamadas son interrumpidas.

“Actualmente están en huelga de hambre hasta que recuperen el privilegio de usar el teléfono y comunicarse con el exterior”, agregó el líder de NIYA, que organizó la protesta de autodeportación.

Esta “represalia” de las autoridades viene en respuesta a la intención de los jóvenes, conocidos como “los Dream 9”, de denunciar abusos desde el interior de la prisión, afirmó Abdollahi.

La abogada de los estudiantes, Margo Cowan, dijo que continúa sus esfuerzos para que el gobierno les otorgue una visa humanitaria o un asilo.

Los “dreamers”, seis mujeres y cuatro hombres, “se han distinguido en sus comunidades (…) y es del interés de Estados Unidos y de sus comunidades locales admitirlos bajo una visa humanitaria”, dijo Cowan en la conferencia de prensa.

Paralamente, la abogada trabaja en una solicitud de asilo para cada uno: “Dada la inestabilidad que se vive en México hoy en día, ellos no tienen ni idea de cómo mantenerse a salvo”, argumentó.

Esta táctica de protesta, que conjura el terror a la deportación y eleva el nivel de riesgo de los activistas pro-inmigrantes a un punto hasta ahora inédito, fue calificada por la revista política PolicyMic como “una de las acciones directas más importantes, radicales y poderosas en la historia del activismo de los inmigrantes”.

“Yo sé que va a sonar un poco loco (…) Vine a Oaxaca sabiendo que Estados Unidos puede impedirme regresar”, dijo una de las detenidas, Lizbeth Mateo, en un video en YouTube publicado la semana asada.

“Pero para ser honesta es absurdo que haya tenido que esperar 15 años para ver a mi familia”, prosiguió la activista de 29 años.

Otra de las detenidas, Lulú Martínez, contó a NBC Latino que su familia entró ilegalmente a Estados Unidos en 1993 y que, desde entonces, ella ha vivido en Chicago. “Vivimos con el constante miedo de ser deportados”, dijo la joven.

Aunque Obama apoya una reforma migratoria que abra una puerta a la ciudadanía para los 11,5 millones de indocumentados en el país, al mismo tiempo su gobierno ha deportado cerca de 1,5 millones de personas solamente en su primer mandato.

El fuego de las protestas de los inmigrantes se atizó en la última semana, luego de que el representante republicano de Iowa (noreste) Steve King dijera en una entrevista que la mayoría de los “dreamers” son narcotraficantes.

“Algunos de ellos son buenos estudiantes y fueron traídos por sus padres (…) pero por cada buen estudiante hay otros 100 que pesan 130 libras (60 kg) y tienen pantorrillas del tamaño de melones por cargar 75 libras (35 kg) de marihuana por el desierto”, declaró King el jueves de la semana pasada al portal conservador NewsMax.

Fuente: AFP

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