Dos caras de la moneda: del regreso a clases presenciales

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Por Francisco Javier Pizarro Chávez

La Secretaría de Educación Pública (SEP) informó que, a partir del 30 de agosto, se abrirán las puertas de jardines de niños y escuelas de primaria y secundaria –previa purificación sanitaria de las aulas, baños, bebederos– y acotamiento de horarios y alumnos, para recuperaran las clases presenciales de los programas educativos de cada nivel, que, en lo que va de la pandemia del Covid 19, se cancelaron y se sustituyeron digitalmente.

De inicio corrió la versión en diferentes medios de comunicación que la SEP, había señalado que los padres que aceptaran el ingreso escolar de sus hijos, tendrían que firmar un acta de aprobación y responsabilidad, en el caso de que se detonaran contagios a los alumnos en las escuelas, lo cual fue desmentido por el presidente de la República quien en su conferencia mañanera de “Quien es quién”, dijo que eso era falso; que los padres y madres de sus hijos están en total libertad de ingresarlos o no.

No fue la única versión negativa difundida. También corrió la voz de que las escuelas estaban en malas condiciones; que era un alto riesgo porque no se ha vacunado a los niños y adolescentes y además, porque el brote de la variante “Delta” ha incrementado la cifras de contagios y decesos, ya no solo en los adultos mayores, sino también en los jóvenes, en diez entidades: Colima, Ciudad de México, Tabasco, Nayarit, San Luis Potosí, Nuevo León, Quintana Roo, Baja California Sur, Campeche y Querétaro, según reportó la Secretaria de Salud (Ssa).

Por si fuera poco, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), una de las agrupaciones gremial más radical del magisterio, tomaron ayer, en protesta al gobierno perredista de Michoacán que adeuda a los 30 mil maestros y trabajadores de la educación, alrededor de tres mil 500 millones de pesos para concluir “el ciclo escolar”.

La dirigencia del CNTE declaró que “no habrá retorno a clases hasta que no se les garantice el pago de todos los adeudos antes de que finalice este mes”   

Es indudable que esta “cara de la moneda” del regreso a clases, es compleja en lo político, lo gremial y la gobernabilidad, pero también dañina a la “otra cara” de las clases presenciales: la del confinamiento y asilamiento que les ha provocado a menores de edad, efectos negativos psicológicos. 

La mayoría de las personas adultas consideran por lo general que las rabietas, desobediencias, pleitos, tristeza, pesadillas, falta de apetito de sus hijos y nietos,

son malagradecidos, no consecuencia de los efectos negativos psíquicos como el miedo, la timidez y el autismo, generados no solo por el confinamiento e incluso encarcelamiento en que viven, por el aislamiento con sus hermanos mayores, su papa y mama, que se ven obligados a salir a trabajar, pero sobre todo de sus relaciones de amistad con sus amigos vecinos y ex compañeros de la escuela.

Pero no solo eso, en vez de ponerlos a pintar, leerles un cuento, platicar y jugar con ellos, los sentamos en la sala para que vean en la televisión día y noche, las caricaturas de monstros que se pelean o de carros que vuelan y animalitos que hablan, para que se distraigan.

Los de mayor edad, hora tras hora no sueltan el celular y la Tablet, no para leer sus clases digitales que les aburren, sino portales y comentarios grotescos e incluso perversos.

No saben que los dispositivos dañan su desarrollo neuronal y coeficiente intelectual. Pero eso no es responsabilidad de Amlo, ni de la Secretaría de Educación, como aducen muchos medios de comunicación y políticos en las redes del internet, sino de nosotros, los padres y madres de nuestra familia.

El director de Investigación del Instituto Nacional de Salud de Francia, advirtió desde hace medio año, que “No hay excusa para lo que estamos haciendo a nuestros hijos”. Señaló que los niños menores de 6 años no deben usar pantallas y que a partir de esa edad en adelante, acceda a esas pantallas en tiempos cortos, ya que—advierte el neurocientífico referido—“altera el sueño y retrasa la maduración anatómica y funcional del cerebro”.

La inseguridad y el temor que han generado los adversarios del regreso a las clases presenciales, tiene como fin, de una parte, extraer un gran capital comercial, como de hecho se extrae y también manipular al pueblo.

Los anunciantes” han explotado deliberadamente los miedos de las políticas sociales, las educativas, la de salubridad de la 4ta Transformación en proceso.

Saben que el “capital del miedo” que están invirtiendo, puede ser transformado en cualquier forma de rentabilidad, ya sea económica o política.

La inseguridad y riesgos que propalan  los neoliberales y oligarcas del regreso a clases, nada tiene que ver con la condición humana de la educación. Es un argumento más, de toda suerte de estrategias del marketing, sustentado en “la Ley y el orden”, que es otro argumento de venta en los programas políticos y las campañas electorales, –revocación de mandato del presidente– que los medios de comunicación utilizan para manipular a los ciudadanos, a los que   consideran son “ovejas” ignorantes y sumisas a los “lobos” magnates neoliberales y sus partidos, que se asumen como “perros pastores”, de la ley la democracia.

Veremos y diremos que otra estrategia están conformando para fortalecer su “guerra” contra la 4ta Transformación con la bandera de la inseguridad, los peligros y riesgos, que difunden día tras día en todos los ámbitos del quehacer del gobierno morenista y políticas públicas. 

 

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