Claudio X. González, el rostro del salinismo

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Por Álvaro Delgado

Habrá quien alegue que Salinas terminó su sexenio hace un cuarto de siglo, en 1994, y que inclusive rompió con Ernesto Zedillo, pero el modelo del salinismo fue el mismo hasta el 2018

La equis grandotota que domina el emblema de la coalición “Va por México” no es la del nombre de la República, sino la del magnate Claudio X. González Guajardo, el principal articulador de PRI, PAN y PRD contra Andrés Manuel López Obrador en las elecciones de este año, y es también la identidad gráfica,personal, política y económica del proyecto presidencial de la élite “conservadora” para 2024.

Más allá del resultado de la elección de la Cámara de Diputados, que por supuesto busca arrebatarle la mayoría a Morena y sus aliados, el plan de este agrupamiento es seguir minando a López Obrador, como en la consulta de revocación de mandato, en 2022, hasta el punto de hacer viable la candidatura presidencial, dos años después, justamente de González Guajardo.

Este proyecto político-electoral-empresarial del hijo de Claudio X. González Laporte, expresidente del Consejo Mexicano de Negocios y asesor de Carlos Salinas de Gortari, no es sólo para vencer a López Obrador y a la denominada Cuarta Transformación, sino para reivindicar al salinismo, el modelo que creó al PRIAN para ser hegemónico durante tres décadas y que ahora se ha reactivado formalmente.

El salinismo, que se inició en el sexenio de Miguel de la Madrid con Carlos Salinas como el todopoderoso secretario de Programación y Presupuesto, instauró en México el modelo económico neoliberal compartido con el PAN tras el fraude de 1988 que éste convalidó, cuyos signos distintivos fueron la creación de una élite enriquecida con los bienes de la nación y millones de pobres, en medio de un mar de corrupción e impunidad.

En lo político, el salinismo hizo de derecha al PRI y al PAN lo afianzó como opción funcional para legitimar el modelo de alternancia electoral, desde la “concertacesión” de Guanajuato, en 1991, mientras que a la izquierda la cooptó en algunas de sus expresiones –como ahora–y la reprimió hasta el asesinato deliberado de cientos de sus simpatizantes.

Habrá quien alegue que Salinas terminó su sexenio hace un cuarto de siglo, en 1994, y que inclusive rompió con Ernesto Zedillo, pero el modelo del salinismo fue el mismo hasta el 2018, con Vicente Fox, Felipe Calderón (PAN) y Enrique Peña Nieto, cuando hasta el agotamiento en lo económico y en lo político dio lugar a la alternancia.

Pero el salinismo está vivo y trama volver mediante la misma coalición que lo mantuvo vigente tres décadas–incluido el PST-PFCRN que ahora es PRD–, encabezada por González Guajardo, el hijo de quien fue clave en la instauración del neoliberalismo y las peores prácticas de la élite en la política, como en el 2006 y su financiamiento a la guerra sucia de corte fascista.

Este 1 de enero, en su cuenta de Twitter, el jefe de la coalición del PRIAN con la equis gradotota, Claudio X. González Guajardo, retomó la frase “votar para botarlos”en alusión a Morena para emitir una de sus cotidianas órdenes a sus prosélitos partidarios.

Con una caótica sintaxis, el magnate escribió: “Para que así suceda, la coalición Va x México tiene que: 1. hacer un ‘mea culpa’ – es de grandes decir ‘me equivoqué y aprendí’; 2. plantear ‘cómo sí’ para atender desempleo, pobreza, inseguridad, corrupción… 3. Postular candidatos capaces y honestos, incluyendo ciudadanos”.

Es fácil anticiparlo: Los jercarcas del PRI, del PAN y del PRD no van a reconocer nada del daño inmenso que han hecho al país y tampoco lo hará González Guajardo, a menos que denuncie las lacras del salinismo.

Lo que está ahora en curso ahora es el reparto de las candidaturas de salinistas de PRI, PAN y PRD, así como chambistas disfrazados de “sociedad civil” exigiendo ser postulados. Y sí: Que sean candidatos de mayoría, no plurinominales. En una de esas ganan.

Apuntes: Llegamos al 2021: Que tengan –que tengamos– un gran año.

ALVARO.DELGADO@PROCESO.COM.MX
@ALVARO_DELGADO

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