Busca IFE eliminar boletas del 2006

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El Consejo General del Instituto Federal Electoral definirá este miércoles el procedimiento para la destrucción de las  boletas  de la elección de las elecciones de 2006 a partir de esta semana. Las de 2012, se eliminarán hasta el año que viene. Sin embargo, aún existen solicitudes ciudadanas con el interés de acceder a la información de las boletas del 2006. Incluso, los solicitantes han interpuesto recursos legales ante instancias internaciones como la Corte Interamericana de los  Derechos Humanos, por lo que la determinación mueve a sospecha.

El analista político del Colegio de México, Sergio Aguayo, uno de los peticionarios para acceder al material electoral, advirtió esta mañana en la primera emisión de Noticias MVS que la destrucción de las boletas sería una aberración y una acción absurda  del Instituto Electoral.

A su vez, Daniel Lizárraga,  de Noticias MVS, quien en su momento también presentó una solicitud de información que le fue negada por el Consejo Electoral que presidía Luis Carlos Ugalde, cuestionó al actual consejo  si determinará que el acceso  a las boletas será público o no.

“Se aprueba la destrucción de los votos válidos y el sobre que los contiene, los votos nulos y el sobre que los contiene, las boletas sobrantes y el sobre que las contiene, todo lo anterior de las tres elecciones federales y de cada una de las casillas…”, indica en los acuerdos –uno por cada proceso– que será sometido hoy a consideración.

El texto para el caso de 2006 prevé un periodo de 60 días para la destrucción de los materiales, lo cual ocurriría a partir del 4 de octubre, con base en un calendario pormenorizado, en cuya ejecución participarán los vocales ejecutivos de las juntas locales del IFE, quienes tienen la indicación de invitar a los partidos para que sean testigos de la apertura de bodegas y la destrucción de la documentación. Una vez destruido, el papel será reciclado.

Para el caso de los materiales utilizados en el proceso 2012, el IFE someterá a consideración un acuerdo para que las boletas y listas sean sometidas primero a un estudio, de ahí que aunque hoy se apruebe su destrucción, ello se hará efectivo hasta el año entrante.

En las boletas se hallará, por ejemplo, las características de los votos nulos, así como los lugares y formas en las que se aplicó el sufragio diferenciado, en el contexto de una competencia entre candidatos de coaliciones parciales y totales.

Si los consejeros dan su aval, el IFE cerrará un largo capítulo relacionado con el destino final del material electoral de una de las elecciones más disputadas y polémicas, de la que los magistrados electorales dieron como ganador a Felipe Calderón.

Con base en ese episodio, el IFE pretende dejar listos desde ahora los pasos a seguir con la destrucción de la contienda 2012.

La semana pasada, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) hizo su último intento para tener acceso al material, con el argumento de que persigue fines informativos y de transparencia de una “cosa juzgada”, aunque en el orden del día para la sesión de hoy no se hace referencia a tal petición.

Antes de finiquitar el destino de las boletas de 2006, hubo diversas propuestas para ello y también un debate que llegó a instancias internacionales –como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos–, luego de que un medio de comunicación pidió tener acceso al material. No obstante, las autoridades electorales y judiciales desecharon la petición ciudadana.

En su momento también fue planteada la necesidad de contar con este material no sólo con fines académicos sino de transparencia, con lo que se contrastaría la resolución de los magistrados electorales.

Hubo incluso discusiones relacionadas con el espacio en que debían conservarse estos documentos (hasta ahora están en 32 bodegas estatales); quién debía estar a cargo de su custodia, así como su destino en términos ecológicos.

Mientras, el IFE dijo ayer en un comunicado que la lista nominal utilizada en las pasadas elecciones federales “es la más grande y actualizada en la historia”, con 8 millones de registros más que en 2006 y 20 millones más que en las elecciones presidenciales del 2000.

Fuente: Aristegui Noticias/ La Jornada

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