Washington protegió a Caro Quintero

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En abono de las afirmaciones hechas a Proceso (edición 1928) por el exagente de la DEA Héctor Berrellez y por Phil Jordan, exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso, Texas, en el sentido de que la CIA mandó matar a Kiki Camarena el expiloto aviador de esta última agencia, Robert Tosh Plumlee, sostiene que la Casa Blanca ordenó “proteger” al narcotraficante Rafael Caro Quintero. De hecho, en el mismo número de este semanario Plumlee también avaló con sus declaraciones las de Berrellez y Jordan. Y ahora, en exclusiva, entra en detalles: dice que Washington no quería que el capo revelara las operaciones secretas de la CIA, entre ellas el apoyo a la contra nicaragüense…

Por Luis Chaparro/ Proceso

Robert Tosh Plumlee, el piloto aviador al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y que estuvo implicado en el caso Camarena, sostiene que transportó más de 40 toneladas de cocaína a Estados Unidos. Añade que fue subcontratado por la agencia mediante la empresa SETCO.

Más aún, revela: “Yo saqué a Caro Quintero de México por órdenes directas de la CIA, operando bajo las órdenes de la Casa Blanca, de la administración de (Ronald) Reagan”.

En la edición 1928 de Proceso, los exagentes federales estadunidenses Héctor Berrellez y Phil Jordan, así como el propio Plumlee, confiaron a este semanario y a la cadena estadunidense Fox News que Enrique Kiki Camarena no fue asesinado por Rafael Caro Quintero –quien purgó una sentencia por ese crimen– sino por un agente de la CIA. La razón: el integrante de la DEA había descubierto que su propio gobierno colaboraba con el narco mexicano en su negocio ilícito. En Proceso 1929, Berrellez amplió su versión.

Ahora, Plumlee detalla que la orden de “proteger” a Caro Quintero vino desde Washington. El propósito: que no revelara las operaciones secretas de la CIA, entre ellas el apoyo logístico a la contra nicaragüense, las cuales terminaron con la vida de Kiki Camarena en febrero de 1985.

Cuenta: “Mi contacto era un hombre que se identificaba como Robert Bennett, presunto contacto con la CIA. En marzo de 1985 me pidió recoger a un pasajero para llevarlo a Santa Ana, en la zona Quiché de Guatemala”.

El pasajero era Rafael Caro Quintero, quien, dice el entrevistado, iba acompañado de otro “hombre de seguridad de la CIA”, aunque no lo identifica.

Según el relato de Plumlee, Quintero venía de Mazatlán, Sinaloa, donde estuvo con su hermano Miguel y su tío Juan José Quintero Payán. Al parecer permaneció ahí un par de días para luego volar a su rancho en Veracruz:

“No podía volar directamente a Costa Rica, como se dijo en un inicio y como lo creyó la DEA (siglas en inglés de la Agencia Federal Antidrogas). En primera, porque no contaba con la papelería necesaria para hacer ese recorrido; en segunda, porque (la aeronave) necesitaba forzosamente recargar combustible.”

Continúa el piloto: “Lo transporté a Guatemala en una avioneta 310 Cessna durante unas cuatro o cinco horas hasta una especie de zona de aterrizaje abandonada”.
Cuando se le pregunta por qué lo eligió la CIA, Plumlee responde: “Obviamente porque soy anglosajón y no hablo español. De esa manera no tendría conversación con el pasajero”…

(Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1932 de la revista proceso, actualmente en circulación)

 

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