Venezuela se juega su destino

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Los venezolanos deciden este domingo quién se hará cargo por los próximos seis años de un país con unas tasa de homicidios de las más altas de América Latina, una inflación de más del 20% y con serios problemas de suministro eléctrico.

Quien quiera que sea el que sustituya a Hugo Chávez al frente del gobierno tendrá que hacerse cargo del reto de la seguridad, la principal preocupación del venezolano de a pie.

También deberá afrontar el desafío de la reconciliación de los venezolanos, que llevan años profundamente divididos entre oficialistas y opositores, dos sectores que ni siquiera reconocen la importancia del otro.

Pero sobre todo, sea que los venezolanos se decanten por el oficialista Nicolás Maduro o el opositor Henrique Capriles, la más tarea va a ser mantener la gobernabilidad en un clima de recortes sociales obligados por la delicada situación económica que expertos coinciden vive el país.

Si el que gana es Maduro, se tendrá que enfrentar a todo un aparato de partido sin disponer del carisma y la ascendencia personalísima que tenía Chávez.

De vencer Capriles, al reparto de poder interno entre su heterogénea coalición habrá que sumar el previsible enfrentamiento con toda la institucionalidad dominada por el chavismo: Asamblea Nacional, gobernaciones, Pdvsa, etc.

¿Gobernable?

Basta conversar informalmente con venezolanos, partidarios o detractores del chavismo, para corroborar que la inseguridad es lo que más les preocupa. Hacerle frente el asunto será sin duda la primera tarea a abordar; no en vano, ambos candidatos se presentan como la garantía para resolver el problema.

“El margen de maniobra para cualquiera que gane la elección es mínimo. La crisis económica le explotará en la cara de inmediato”

Luis Vicente León, director de la firma de opinión Datanálisis

Sin embargo, lo que parece tener el potencial de generar inestabilidad es la delicada situación de las cuentas públicas que, según algunos, obligará a emprender recortes en el gasto, después de haber devaluado la moneda.

“El margen de maniobra para cualquiera que gane la elección es mínimo. La crisis económica le explotará en la cara de inmediato”, escribió en la red social Twitter el presidente de la firma de opinión pública Datanálisis, Luis Vicente León.

Sin embargo, desde el gobierno insisten en que no se dará ese estallido, que viene siendo anunciado desde hace varios años y no termina de llegar, porque gracias a las gestiones de Chávez en la OPEP el precio del petróleo supera los cien dólares el barril.

El ministro de Petróleo, Rafael Ramírez, le dijo hace poco a BBC Mundo que tiene “todos los elementos para conducir la economía por controlar la industria petrolera”.

“No tenemos un problema de raíz, tenemos todas las divisas que este país necesita”, arguyó.

Los problemas los sitúa Ramírez en tratar “de superar el modelo rentista petrolero (…) para crear las bases materiales para la construcción del socialismo”.

Difícil para Maduro

Gracias al endoso del presidente Chávez, que antes de morir pidió a los suyos expresamente votar por Maduro, el ahora encargado del gobierno parte con importantes ventajas para convertirse en el sucesor del por 14 años omnipresente mandatario.

El reto de la gobernabilidad se acentúa en su caso por el hecho de tener que mantener la unidad dentro de las diferentes corrientes que componen el chavismo, sin ser el “comandante supremo de la revolución”, como se refieren a Chávez.

Tú (Nicolás Maduro) eres el conductor de un proceso donde no eres el líder, líder sólo fue Chávez, ahora tú eres un medio para alcanzar un fin, el fin de que sea el pueblo su propio líder”, señaló en una oportunidad el politólogo de orientación oficialista Nicmer Evans.

“Llegará el momento en que Maduro tenga que formar su propio gabinete y despedir a algunos chavistas. Eso va a ser complicado, pero si lo hace bien puede sobrevivir, aunque le va a surgir una crisis”, le dijo a BBC Mundo Javier Corrales, especialista en asuntos latinoamericanos del Amherst College en EE.UU.

En esta misma línea, el secretario general de la Mesa de la Unidad (MUD), Ramón Guillermo Aveledo, se preguntó en entrevista con BBC Mundo: “¿Podría él cambiar ministros? Eso es un problema político mayor, aunque hay algunos más cambiables que otros, porque él no es el jefe de ellos”.

“Tienes unos gobernadores que fueron escogidos por el presidente también y elegidos por el voto popular. Esos se sienten líderes, ¿cómo va a decirles qué hacer?”, agregó Aveledo.

Para Corrales, “los gobernadores van ser una fuente de presión, porque también cuentan con la legitimidad del voto ciudadano y fueron elegidos por Chávez (…), no van a tolerar tanto la centralización del Estado y que le resten recursos a las gobernaciones. Eso se lo perdonaban a Chávez, pero no creo que a Maduro se lo perdonen”.

“Se puede volver más autoritario. Su instinto es reprimir, ir contra la disidencia, muy beligerante con la oposición. No lo ha hecho porque se sabe bajo la mirada mundial”, agregó.

Fuente: BBC

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