Vaticano defenestra a cardenal por escándalo inmobiliario

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Nuevo terremoto en el Vaticano. Angelo Becciu, hasta ahora prefecto (ministro, en argot vaticano) para las Causas de los Santos del Vaticano y antaño un cercano colaborador del Papa Francisco, dimitió de su cargo y perdió sus derechos como cardenal, lo que significa que ya no podrá participar en la elección del próximo Papa.

Así lo informó la Santa Sede en un escueto comunicado emitido a las ocho de la noche de este jueves en Roma, un horario bastante inusual para las comunicaciones que envía la institución católica, lo que sugiere urgencia en la voluntad de anunciar esta decisión que fue aceptada por el propio papa Francisco, según informó el Vaticano.

“Hoy, jueves 24 de septiembre, el Santo Padre ha aceptado la renuncia del cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y de los derechos asociados con el cardenalato, presentadas por el cardenal Giovanni Angelo Becciu”, escribió la oficina de prensa del Vaticano en la nota n. 0482.

La decisión habría sido tomada, según la prensa italiana, por el propio Francisco en una audiencia —no anunciada en el boletín que la institución suele enviar a los periodistas acreditados— con el interesado, que anteriormente ocupó durante siete años un puesto estratégico en el funcionamiento de la institución, el de sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

“Prefiero [permanecer en]silencio”, respondió Becciu, tras conocerse la noticia, en una brevísima conversación con un reportero de la agencia de noticias italiana AdnKronos, según dio a conocer esta fuente.

El antaño poderosísimo prelado terminó en la mira después de que entre octubre y junio pasado se conoció un mega escándalo por una turbia compra de un lujoso edificio en Londres, en 2014, realizada por la Secretaría de Estado del Vaticano, precisamente cuando Becciu era el sustituto, es decir, una especie de viceprimer ministro del Vaticano.

El caso llevó incluso al allanamiento de las oficinas de la Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede (AIF), un organismo instituido en 2012 para controlar las finanzas del Vaticano y adecuarse a los estándares internacionales, después de décadas de escándalos.

Dichos allanamientos acabaron luego con la incautación de diversos ordenadores y documentos, así como la suspensión de cinco funcionarios —entre ellos el director de la AIF, Tommasso di Ruzza—, quienes posteriormente fueron despedidos.

El escándalo también llevó a la dimisión del exjefe de seguridad y guardaespaldas del Papa, Domenico Giani, un curtido exagente de la inteligencia italiana que se vio obligado a renunciar tras la filtración a la prensa de un documento en el que aparecían los nombres de las personas suspendidas.

En junio, en una nueva vuelta de tuerca, también fue arrestado Gianluigi Torzi, un broker italiano involucrado en la compra del mencionado edificio, acusado de “varios episodios de extorsión, peculado, fraude agravado y reciclaje, delitos por los cuales la legislación vaticana prevé penas de hasta 12 años de reclusión”, según afirmó entonces la Santa Sede.

En concreto, de acuerdo con lo filtrado, Torzi había sido contratado como intermediario para limitar las pérdidas que había supuesto la compra del edificio, lo que habría acabado en una especie de millonaria comisión-extorsión.

Un hecho que, sin embargo, habría ocurrido en 2018, cuando el Papa ya había desplazado a Becciu de su puesto como sustituto, reemplazándolo con el venezolano Edgar Peña Parra. Razón ésta por la que Becciu siempre se ha declarado inocente y también sostuvo que en el principio se trató de una buena inversión.

El caso también provocó gran indignación en la comunidad católica, especialmente después de que el semanario italiano L’Espresso divulgara que el edificio en cuestión habría sido adquirido con fondos reservados del Óbolo de San Pedro, donde el Papa recibe las donaciones y que se espera sea usado para las obras de caridad. Algo que también Becciu siempre negó.

Nacido en 1948 en la isla de Cerdeña, centro de Italia, Becciu realizó numerosos encargos como diplomático —en República Centroafricana, Sudán, Nueva Zelanda, Libia, Reino Unido, Francia, Estados Unidos, Angola y Cuba—, antes de que el hoy papa emérito Benedicto XVI lo eligiese como sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado en 2011.

Un año después, Becciu acompañó a Benedicto en su primer y único viaje a México como Papa. De igual modo, en 2015, Becciu volvió a desplazarse con Francisco en su gira por Cuba y México.

Posteriormente, en 2018, fue nombrado cardenal por el papa Francisco y, el mismo año, elegido como ministro de la Congregación para las Causas de los Santos, el organismo vaticano que se encarga de nombrar a los nuevos beatos y santos, puesto que ocupaba hasta hoy.

Fuente: Proceso/ Irene Savio

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