Se desploman contagios de coronavirus en China

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A medida que el número de casos nuevos de un nuevo virus cae precipitadamente en China, la atención de la epidemia mundial se ha desplazado a Corea del Sur, Italia e Irán, países con grandes focos de infección que según la Organización Mundial de la Salud representan el 80% de los casos nuevos fuera de China.

Corea del Sur tenía problemas el miércoles para encontrar suficientes camas para sus pacientes de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, mientras Irán e Italia lidiaban con un aumento de las muertes. Arabia Saudí prohibió a sus ciudadanos realizar la tradicional peregrinación a La Meca.

Según la OMS, alrededor del 3.4% de las personas con COVID-19 han muerto, lo que la convierte en una enfermedad más letal que la gripe común, aunque los datos indican que es más difícil de contraer.

Es probable que las tasas de mortalidad en los mayores focos de infección se incrementen al principio, ya que las autoridades de salud se centran en encontrar casos graves y fatales, prestando menos atención a la mayoría de los casos, que son menos severos. La OMS dice que la mayoría de las personas con el nuevo coronavirus experimentan síntomas leves y no requieren ningún tratamiento.

“La gente tiene miedo y dudas. El miedo es una respuesta humana natural a cualquier amenaza”, explicó el presidente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Pero a medida que tenemos más datos, comprendemos cada vez más este virus y la enfermedad que causa”, agregó.

En Daegu, la ciudad surcoreana en el epicentro del brote en el país, la falta de espacio en hospitales significaba que alrededor de 2.300 pacientes estaban siendo atendidos en otras instalaciones mientras esperaban una cama en un centro médico. “Estoy convencido de que Podemos superar absolutamente esta situación”, afirmó el primer ministro de Corea del Sur, Chung Se-Kyun, en una reunión sobre las medidas de cuarentena en Daegu.

Corea del Sur reportó 435 nuevos casos el miércoles, muy lejos de su récord de 851 reportado en la víspera. En total, 5.621 personas contrajeron el virus en el país, y 32 de ellos fallecieron.

Irán reportó el miércoles 92 fallecidos de un total de 2.922 casos confirmados de COVID-19, que afectaba también a varios miembros del Parlamento. El país canceló las oraciones de los viernes por segunda semana consecutiva.

En Italia, la cifra de muertos subió notablemente, a 79, en su mayoría en la región norteña de Lombardía, donde se concentra el brote. El temor por la propagación del coronavirus llevó al Vaticano a insistir en que el papa Francisco no está infectado. El pontífice cayó enfermo la semana pasada, pero la Santa Sede dijo que padece solo un resfriado.

El problema creciente en Europa y en otros lugares del mundo llevó a algunos gobiernos a tratar de controlar el suministro de artículos de primera necesidad. República Checa, Rusia y Alemania anunciaron el miércoles prohibiciones que afectan a algunos equipos de protección, como las mascarillas.

India, por su parte, restringió la exportación de 26 ingredientes clave empleados en la industria farmacéutica, una medida que podría causar problemas tras un repunte en el número de casos, que el miércoles pasó a 28 desde los 5 previos.

En China, se reportaron 119 nuevos casos el miércoles, todos a excepción de cinco en Wuhan, donde se detectó el coronavirus por primera vez en diciembre. En un indicio del cambio de tendencia, el responsable de Salud de la capital, Beijing, informó que dos de los nuevos casos allí se contrajeron aparentemente en el extranjero, en Irán e Italia.

Se espera que la provincia de Hubei, donde está Wuhan, cierre gradualmente los hospitales temporales que construyó a toda prisa y donde ahora hay miles de camas vacías, reportó la agencia noticiosa estatal china Xinhua.

“Creemos que este descenso es real”, dijo la experta de la OMS Maria Van Kerkhove acerca de China. El país reportó 80 mil 270 casos y 2 mil 981 fallecidos, lo que equivale a alrededor del 85% de los contagios registrados en todo el mundo y el 95% de las muertes por COVID-19.

En una videoconferencia el miércoles, los médicos que trabajan en Wuhan dijeron a reporteros que los hospitales tienen cada vez más camas vacías, pero advirtieron de que siempre existe la posibilidad de que el número de contagios vuelva a subir.

“La guerra no ha terminado”, afirmó Cao Bin, un doctor especializado en el aparato respiratorio. “La enfermedad no es sólo una enfermedad de Wuhan y no sólo una enfermedad de China, sino una enfermedad global”.

Fuente: AP

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