Sin importarles una amenaza de veto de la Casa Blanca y la oposición dentro de su propio partido, los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron el miércoles una iniciativa de ley para revocar políticas migratorias cruciales del presidente Barack Obama y dejar expuestos a cientos de miles de inmigrantes jóvenes a ser expulsados de Estados Unidos.
La votación por 236 sufragios a favor y 191 en contra se llevó a cabo en torno a una amplia propuesta de ley que proporcionaría 39.700 millones de dólares para financiar al Departamento de Seguridad Nacional durante el resto del año presupuestal, legislación que congresistas de ambos partidos dijeron se necesita urgentemente para financiar actividades de combate al terrorismo, ciberseguridad y otras prioridades en momentos en que los recientes atentados terroristas en París han dejado ver claramente que existen amenazas alarmantes.
Los demócratas acusaron a los republicanos de poner ese dinero en riesgo al añadirle enmiendas sobre inmigración con el fin de evitar un veto, y algunos republicanos expresaron el mismo temor. Pero los líderes republicanos de la cámara baja y la mayor parte de sus miembros de partido acusaron a su vez a Obama de tomar acciones inconstitucionales y temerarias sobre la inmigración a las que había que hacer frente.
“Esta extralimitación del poder ejecutivo es una afrenta al estado de derecho y a la Constitución misma”, afirmó John Boehner de Ohio, presidente de la Cámara de Representantes. “El pueblo habló claramente de que quería más rendición de cuentas por parte de este presidente, y con nuestros votos hoy aquí atenderemos su voluntad y mantendremos nuestro juramento de proteger y defender la Constitución”.
Pero la representante demócrata Linda Sánchez, de California, presidenta de la bancada hispana del Congreso, dijo que los republicanos simplemente están fungiendo como alcahuetes de la extrema derecha.
“Debería darles vergüenza a los republicanos por atacar a la comunidad latina”, afirmó Sánchez. “Los republicanos están atacando a sabiendas a millones de familias que trabajan duro, contribuyen a nuestras comunidades y sólo intentan darle a sus hijos una oportunidad de alcanzar el sueño americano”.
Una de las enmiendas sobre inmigración, aprobada por votación de 237-190, daría marcha atrás en las acciones ejecutivas que Obama anunció en noviembre para proporcionar alivio temporal de la deportación y permisos de trabajo a unos 4 millones de inmigrantes que se encuentran en el país sin autorización, en su mayoría gente que tiene hijos que son ciudadanos o residentes permanentes legales.
La enmienda también cancelaría directrices anteriores enviadas a agentes de inmigración en las que se les solicita actuar a discreción y enfocar sus deportaciones en los delincuentes.
Una segunda enmienda eliminaría la política que Obama implementó en 2012 con la que se han otorgado permisos de trabajo y postergaciones en la deportación a más de 600.000 inmigrantes que llegaron a Estados Unidos sin permiso cuando eran menores de 16 años. Esa medida fue aprobada por escaso margen, 218-209, luego que 26 de los republicanos más moderados, algunos de ellos representantes de amplias poblaciones hispanas, se unieron a los demócratas en la oposición.
El proyecto de ley subyacente fue aprobado de acuerdo con las líneas partidistas en general, ya que sólo 10 republicanos votaron “no” y dos demócratas sufragaron “sí”.
Pero incluso con los republicanos en control del Senado, el proyecto de ley enfrenta un duro paso por allí. A los republicanos les faltan seis votos para contar con la mayoría de 60 sufragios necesarios para aprobar la mayor parte de las iniciativas de ley, y algunos senadores de ese partido han argumentado que el proyecto de ley sobre Seguridad Nacional no debería ser el vehículo para un contencioso debate sobre inmigración.
Y dentro de los republicanos de la Cámara de Representantes también hay frustración en algunos legisladores centristas debido a que, luego de sólo dos semanas de sesiones en el Congreso y con una amplia mayoría del partido en la cámara baja, los legisladores más conservadores siguen siendo los que marcan qué es lo que se tiene que hacer y han empujado exitosamente a los líderes para que se efectúe una votación con el objetivo de revocar la política de 2012 relativa a los inmigrantes más jóvenes conocidos como “Dreamers” (“Soñadores”).
“Si sólo estuviéramos tratando específicamente la extralimitación del presidente en noviembre, tendríamos a demócratas que estarían votando con nosotros sobre eso, pero hemos ido mucho más lejos”, dijo el representante republicano Jeff Denham, de California. “Estamos aprobando un proyecto de ley por razones políticas, un proyecto de ley que no tiene capacidad de ser autorizado en el Senado”.
Antes de partir de la ciudad para un retiro de dos días en Hershey, Pennsylvania, los republicanos también hicieron que la Cámara de Representantes aprobara una iniciativa para reducir las regulaciones de la ley Dodd-Frank, que buscaba mantener bajo control a los bancos y a Wall Street. La nueva ley daría a los bancos estadounidenses dos años adicionales para asegurarse de que su posesión de ciertos valores complejos y riesgosos no los obligue a incumplir una nueva norma bancaria. Los cambios a la Dodd-Frank, aprobados por 271-154, también enfrentan una amenaza de veto por parte de Obama.
Dada la creciente importancia de los electores hispanos, la votación del miércoles sobre la inmigración podría tener consecuencias en 2016 para el nominado presidencial republicano. Los posibles candidatos no tocaron el tema durante el día.
Por su parte, algunos demócratas se mostraron ansiosos por dar su opinión.
El representante Luis Gutiérrez de Illinois les advirtió a los republicanos que están echando a andar “la movilización de una comunidad inmigrante a lo largo de toda esta nación que será el tañido de difuntos para el futuro de su partido”.
Fuente: AP