Por Francisco Javier Pizarro
Como es de conocimiento público los presidente de Estados Unidos y México, Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador abordaran el complejo contexto migratorio que se ha generado entre ambos países y los de Centroamérica, que el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, autorizó ipso facto a las fuerzas de seguridad estatal detener y regresa a migrantes sin papeles en la frontera con México, “al asumir facultades de los agentes federales y disminuir los límites jurídicos en su intento de disminuir el número de cruces ilegales”.
No es nada sorpresivo. Los pros y contras de la política migratoria de los partidos democráticos y republicanos son vigentes desde hace muchos años. El presidente de Estados Unidos y el de México el 18 de noviembre de 2021, se reunieron con el fin de involucrar importaciones comerciales y producción de energía, pero también analizar el flujo migratorio en ciernes, que el próximo 12 de julio de este año, de ambos mandatarios en la Casa Blanca de Washington.
El proyecto de reforma migratoria que Biden señaló el año pasado que su propósito era “construir un sistema migratorio más humano”, quedó en el limbo. Su gobierno sigue deportando a la mayoría de indocumentados que llegaron a su frontera sur sin darles oportunidad de solicitar y aprobar su asilo, con base en una medida conocida como “Titulo42” el cual fue cancelado por su gobierno, por la pandemia del Covid 19.
Esa cancelación fue sumamente trascendente para los Republicanos, los cuales lo estancaron el titulo referido y a los migrantes indocumentados dentro del paquete de gasto social que debate el poder legislativo.
Joe Biden aumentó sus contactos con otros países del continente, que propició se desplegara la llegada masiva de indocumentados a su frontera con México, lo que generó una crisis en septiembre de 2022 por la entrada de miles de inmigrantes haitianos, a los que deportó a su país.
No obstante, en aquel entonces, López Obrador le dijo: “Ningún mandatario en la historia de Estados Unidos, ha manifestado como usted un compromiso tan claro e inequívoco para mejorar la situación de los migrantes”, y le agradeció “que en su primer día en el poder planteara una reforma migratoria, para regular a los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en Estados Unidos, muchos de los cuales son mexicanos”.
Un mes después –en diciembre de 2021—Texas reactiva la política “Quédate en México”, la cual afectó a los solicitantes de asilo de los inmigrantes, en particular de los mexicanos.
Afortunadamente el 8 de julio de este año, el presidente norteamericano exige a al gobernador Abbot de Texas “no entrometerse” en el control de la migración, ya que “es una competencia de las autoridades federales”.
Un día antes el gobernador de Texas firmó una orden ejecutiva que “faculta a la Guardia Nacional y al Departamento de Seguridad Pública” a detener a los migrantes que crucen ilegalmente los puertos de entrada y devolverlos a la frontera para “proteger a los estadounidenses y asegurar la frontera sur”.
Como lo señale en el artículo anterior, un año atrás, el gobernador texano puso a los guardias nacionales y a las fuerzas del orden público en situaciones peligrosas y provocó una pesadilla logística vigente, aún y cuando hace una semana la Corte Suprema de Estados Unidos dio “luz verde” al gobierno de Biden para poner fin al proyecto de “Quédate en México” puesto en marcha por el ex presidente republicano Donald Trump, en 2019, el cual permite enviar el regreso a los solicitantes de asilo que esperan la resolución de sus casos a otro lado de la frontera.
Lo que el gobernador de Texas está promoviendo a Biden, un “contexto de campaña electoral en su estado” en vista de las elecciones legislativas de medio mandato del mes de noviembre que incluyen las de todos los gobernadores.
Pese a ello, Amlo reitera a Biden, atender en conjunto la migración. Le llamó nuevamente a unir esfuerzos, recursos y voluntades con el fin de resolver el fenómeno migratorio no solo en México, sino también en países de Centroamérica que se trasladan a Estados Unidos por nuestro país.
“Se habló de 4 mil millones de dólares en cuatro o cinco años a partir de 2021. No han destinado nada. En cambio, autorizaron los legisladores de EU casi por unanimidad, 40 mil millones de dólares para armas de Ucrania”.
De entrada, el presidente de México exhorta: “Ojalá nuestros paisanos tomen nota, porque antes no se hablaba de esos temas y por eso maltrataban al mexicano y al migrante y hacían lo que querían, porque no había información para que ya no se esté apoyando a gente de malas entrañas, que no tienen ideales, que no tienen principios y actual de mala fe”. Evidentemente se refiere a los Republicanos.
“Los que no quieren a los migrantes, muchas veces, se les olvida a sus padres, sus antepasados vienen de migrantes; si no es por los migrantes, Estados Unidos no sería una gran nación” Y concluye: “Una nación o gobierno no puede ser rehén de intereses personales o de grupos; no se puede guiar por ideología, por dogmas, por odios y mucho menos, los llamados representantes populares pueden medrar con el dolor, con el sufrimiento de los pueblos”.
Veremos y diremos que resultados se derivan de la reunión del presidente de EU, Joe Biden, y del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, de la política migratoria a mediados de la próxima semana.