Perry, el mara gobernador

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Por José Blanco

Hay una controversia algo soterrada sobre la etimología de la palabra mara. La primera mara que se conoció aparentemente fue la de la calle 18 de Los Ángeles, compuesta por salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que se organizaron en pandillas para defenderse de otras pandillas, de mexicanos y/o pandillas de los whitey (gringos blancos).

Muchos maras o mareros fueron deportados y en Guatemala, Honduras y El Salvador proliferaron y crearon un conjunto terrible de subculturas lumpen esotéricas y criminales. Entre quienes han estudiado este fenómeno hay consenso en su total ultraje de las normas sociales mínimas, ya que en su ambiente no existen, lo que se traduce en impudicia, impulsividad, irritabilidad a flor de piel, agresividad, temeridad, irresponsabilidad y falta absoluta de escrúpulos para cometer cualquier acto criminal.

El gobernador Perry, de Texas, parece participar de parte de esa cultura, cuando no la imita, especialmente en sus relaciones con México, con los inmigrantes y, últimamente, de manera especial, con los niños centroamericanos, que en hazañas inefables han llegado por decenas de miles a la frontera texana desde Guatemala, Honduras y El Salvador (una parte menor son mexicanos).

Nuestros desafíos actuales son parcialmente consecuencia del fracaso del gobierno mexicano en asegurar la frontera sur de la inmigración ilegal de niños no acompañados y otros individuos de América Central, además de [la ausencia de un]despliegue adecuado de recursos para controlar el elemento criminal en México, ha dicho Perry, quiensugiere al presidente mexicano con arrogancia demencial que dé los pasos necesarios para asegurar que la frontera con Texas sea inviolable.

El gobierno mexicano reviró, por voz del subsecretario para América del Norte, Sergio Alcocer, al cuasi mara texano por lanzar acusaciones no sustentadas en la realidad. Alcocer insistió con razón en que la llegada de menores inmigrantes a la frontera no es un problema de seguridad ni de porosidad, sino humanitario. Los padres de esos niños prefieren el inmenso riesgo que corren para llegar a la frontera texana, a la violencia a que están expuestos hoy en Centroamérica proveniente de narcos,maras y mucho más. Pero con la sensibilidad enfática de la mara texana Perry afirma: No seré disuadido por retórica de ningún tipo.

El sustrato cultural de Perry es el de un estado donde la sociedad acaso ni enterada está de ser la entidad federativa con mayor número de asesinatos legales (pena capital). Mientras que la ejecución en California ha sido más grande que Texas, desde 1976 Texas ha ejecutado a más de 480 presos, y California ha ejecutado a sólo 13 y ninguno desde el 17 de enero de 2006. Perry ha sido duramente criticado en su país, por los químicos usados en las inyecciones letales que usa en la ejecuciones; lo ha sido también porque cuenta en su haber con un número nunca determinado de ejecuciones que después resultaron ser de inocentes, y porque ha habido ejecuciones de mexicanos que nunca conocieron sus derechos consulares de defensa.

En su primer discurso sobre el “estado del estado”, pronunciado el 25 de enero de 2001, un mes después de convertirse en gobernador, Perry dijo: Al igual que los demás texanos, soy partidario de la pena capital porque afirma el alto valor que concedemos a la vida inocente. Perry, por supuesto, no conoce el indulto, y tiene el récord de EU de 250 ejecuciones en lo que va de su mandato. En 2004, en el caso de un preso que sufría una grave enfermedad mental, el gobernador Perry autorizó que la ejecución se llevara a cabo.

Es, de otra parte, más que conocido que este peculiar mara tiene razones políticas en sus alardeos frente a México y en su despiadada posturamara frente a los niños que buscan a sus padres; es con este drama humano difícil de dimensionar que ha procurado allegarse los mayores reflectores. Ahora usa unos lentes nuevos, que supuestamente lo hacen ver más inteligente y busca tomar a toda costa el liderazgo en el tema de la frontera. Sospecho que no es suficiente para confiarle la condición de líder entre los candidatos republicanos, comentó a El País el encuestador John Zogby.

Perry quiere ganar la primaria presidencial de 2016 y la crisis fronteriza se ha convertido en su bandera ideal para cobrar protagonismo político. Sucesor de George Bush, desde 2000 dio un primer paso diciendo que el despliegue militarista lo financiaría su administración, si Obama no lo respaldaba. Organizaciones sociales como Border Network for Human Rigths consideran deplorable un despliegue que enfrenta a niños con soldados.

Pero su imagen ha cobrado un fuerte impulso luego de la postura que adoptó este año frente a la crisis desatada por los menores centroamericanos en la frontera, en la que apeló a la Guardia Nacional y al cierre total del cruce para evitar el paso de los niños a su territorio. Figuras de peso en el Partido Republicano, como el gobernador Chris Christie, de Nueva Jersey, el ex gobernador de Florida Jeb Bush y el gobernador Bobby Jindal, de Luisiana, le han dado su apoyo. Tengo completa confianza en la integridad y honestidad de Perry, dijo Christie.

Tenemos una disputa rasposa con el gobernador Perry en el tema migratorio; imagine la que tendríamos con Perry como presidente.

Fuente: La Jornada

 

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