El presidente Barack Obama exhortó el miércoles a los inmigrantes cuya situación ha quedado en el limbo por disputas jurídicas a que sigan esperando beneficiarse de una solución a futuro, al tiempo que expresó confianza en que sus directrices que protegen a millones de la deportación no serán descartadas en los tribunales.
“Este es sólo un juez federal”, dijo el mandatario con relación al magistrado de Texas que bloqueo su orden sobre inmigración. “Hemos apelado su fallo muy enérgicamente. Vamos a actuar en forma tan agresiva como podamos”.
Obama dijo que espera ganar el caso cuando un tribunal federal de circuito escuche sus apelaciones, pero agregó que el gobierno “lo retomará a partir de allí” si la apelación fracasa, en una aparente referencia a llevar el caso a la Corte Suprema. Agregó que la Casa Blanca cree que tiene los mejores argumentos en cada fase del proceso.
La voluntariosa defensa de las órdenes ejecutivas de Obama ocurre en momentos que millones de inmigrantes no autorizados esperan a ver si la orden del mandatario que los protege de la deportación será confirmada. Una coalición de 26 estados, liderada por Texas, ha demandado a Obama bajo el argumento de que se excedió en su autoridad legal.
Restando importancia a los que esperan que cambie de opinión, Obama insistió en que está “absolutamente comprometido” con la nueva política de centrar los esfuerzos de deportación en los delincuentes.
“La gente debería estar reuniendo sus documentos, asegurarse de que pueda demostrar que reside en Estados Unidos desde hace tiempo”, afirmó Obama en un foro presentado por la cadena de televisión en español Telemundo. Dijo que los inmigrantes deben asegurarse que para cuando los temas legales se hayan solucionado, “estén listos”.
Mientras Obama hablaba en Miami, otro drama migratorio se desarrollaba en el Congreso, donde legisladores trataban de aprobar una ley de gastos para el Departamento de Seguridad Nacional por encima de la insistencia de algunos republicanos de que las medidas de Obama sobre inmigración sean desestimadas al mismo tiempo. El presidente criticó a los republicanos por bloquear la ley de gastos de Seguridad Nacional y dijo que vetaría una medida separada que se estudia en el Senado para rechazar sus órdenes sobre inmigración.
La disputa migratoria ha tomado un tono cada vez más político en momentos que la atención comienza a centrarse en la campaña para impulsar al sucesor de Obama, lo que provoca interrogantes sobre si los republicanos pueden atraer a los votantes hispanos, cuyo número crece cada vez más. El mandatario dijo que la primera pregunta a los candidatos a las elecciones presidenciales de 2016 debería ser si tienen intenciones serias de deportar a 11 millones de personas que viven en el país sin autorización. De lo contrario, los electores deben exigir cuál es el plan alterno que ellos tienen, dijo Obama.
Con relación a Jeb Bush, un probable candidato republicano que es una de las voces más moderadas de su partido en materia de inmigración, Obama dijo que aprecia que el ex gobernador de Florida esté preocupado por reformar el sistema de inmigración del país.
“Yo sugeriría que hable con el presidente de la Cámara de Representantes y los miembros de su partido”, dijo Obama.
Fuente: AP