Moreno Valle o el siervo represor

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Por Jesús Robles Maloof

Asistimos a la caída de nuestras libertades y parece que a pocos importa. Decir que en los últimos 12 años teníamos un ambiente de respeto a los derechos humanos es poco preciso, pero lo que sí habíamos conquistado son algunos espacios de libertad de expresión, de reunión y de protesta pacífica. En pocos meses esas conquistas se evaporan.

2012 fue un año de gran vitalidad cívica. Un movimiento democrático de nuevo cuño puso en jaque al priísmo que pensaba en las elecciones como un día de campo. No fue así. Recordando las violaciones graves a los derechos humanos ocurridas en Atenco los estudiantes sitiaron a Enrique Peña Nieto en un baño. La imagen es poderosa desde el punto de vista simbólico.

Millones de jóvenes y ciudadanos de todo el país llenaron los espacios públicos de todo el país. Persiguieron a Peña Nieto por cada evento, lo hicieron desesperar. Aunque hubo actos de autoritarismo y represión al movimiento #YoSoy132, el sistema no mostró toda su fuerza queriendo quizá guardar las apariencias frente a la opinión pública internacional que observaba.

Pero el autoritarismo del PRI no es ansioso. Se toma su tiempo y perfecciona sus métodos en una especie de macabra sutilidad. Mientras se esperaba de Andrés Manuel y Morena un poco más de resistencia a esa cuestionada elección, decidieron voltear hacia adentro y formar su partido.

En ese camino los jóvenes quedaron solos y fue cuando astuto PRI, inició su venganza. La perversa sutilidad del sistema opera en forma simple. No necesita dar órdenes expresas de reprimir. Solo genera los incentivos para que otros lo hagan. Enrique Peña Nieto en campaña y después de campaña condenó la violencia hacia los militantes priistas y nunca hacia el movimiento anti peñista o al #YoSoy132.

Este discurso mandó un mensaje a las autoridades locales y estatales que no dejaban de observar e interpretar al nuevo ejecutivo. Si solo condenas la violencia contra tus simpatizantes estás diciendo de manera velada que hay violencia que si se permite o por lo menos no se castiga. Estas son las autoridades a los que yo llamo, “siervos con iniciativa”, por no decir una grosería. Los vasallos cargaron contra el reducto de resistencia de forma directa y brutal. Las protestas de septiembre pasado en Ensenada, Xalapa, Tepic, Guadalajara, Colima, entre otras ciudades son ejemplo.

En Puebla, la policía desalojó en septiembre a los jóvenes del #YoSoy132 del Zócalo y en la estación de policía desnudaron y violentaron a las chicas del movimiento como un macabro eco de Atenco. Abusos de autoridad que solo serían el preámbulo del #1DMx. Tanto Mancera como Moreno Valle no pertenecen al partido de Peña Nieto, eso no importa. El siervo con iniciativa observa la restauración autoritaria y desea mostrarse como el mejor alumno de la escuela represiva.

El pasado 3 de mayo fueron detenidos Iván Guizasola Vázquez, Néstor López Espinosa, Eduardo Salazar Velázquez, tres jóvenes que convocaban a una protesta vía Facebook el 5 de mayo denominada #OpPuebla. El Mundo de Tehuacán diaro poblano, citando fuentes de gobierno, publicó el sábado 4 de mayo que la Procuraduría estatal había desmantelado la intentona de “ataque al convoy presidencial” y que habían cateado una casa de seguridad en Cholula dónde se habían encontrado bombas molotov y un arsenal de objetos contundentes para ser usado en el contexto del 5 de mayo.

A las 23:45 horas del sábado el evento de Facebook #OpPuebla fue cancelado y el 5 de mayo no hubo protesta alguna. Pero la verdad es terca. Gracias al trabajo periodístico de Mely Arellano y Ernesto Aroche del portal Lado B sabemos qué sucedió en realidad.

Desde el viernes fueron detenidos los tres jóvenes. Grupos de más de veinte personas vestidas de civil sin identificarse o mostrar una orden judicial los interceptaron en diferentes lugares a de la mañana del viernes y los llevaron a un lugar aún no identificado para interrogatorios con base en métodos de tortura. Con justa razón se resistieron a esta ilegal detención. Por la tarde del viernes policías ministeriales catearon sus domicilios y en el caso de Eduardo, la papelería y el café internet de su madre. ¿Qué encontraron? Nada. Se llevaron los equipos de cómputo.

Estos jóvenes fueron torturados durante un día. El abuso incluyó múltiples golpes y simulación de ahorcamiento. Les colocaron una capucha y cortaron cartucho en la sien y en las costillas. Los amenazaron con tirarlos a los tiburones en el pacífico como los vuelos de la muerte que en los 70´s salieron de bases militares en Guerrero. Siguieron el manual militar de tortura de la guerra sucia, nada más que corregido y aumentado con tácticas propias de Guantánamo. En algún momento los quisieron forzar a tener sexo entre ellos. “Por andarte metiendo con el jefecito, te vamos hacer que te cojas a tu compañero”.

28 horas después fueron entregados al Ministerio Público quién los consigno por resistencia de particulares, portación de instrumentos prohibidos y cohecho. ¿Quiénes eran los civiles que detuvieron a los jóvenes? ¿Qué tipo de instalación es dónde los interrogaron y torturaron por un día? ¿No los acusaban de un plan de desestabilización? ¿Por qué no les imputaron rebelión, sedición o motín? La resistencia al arresto es plenamente comprensible ante civiles que sin identificación te cierran el paso. El cargo de portación de instrumento prohibido es absurdo. Primero porque no se “porta algo” en el propio hogar y segundo si catean todas las casa en México encontrarían cuchillos y palos. Cohecho siempre es un delito de dicho contra dicho.

El mismo procurador de manera incongruente y torpe reconoció que no encontraron explosivos, ni armas. Es decir todos los delitos fueron provocados al momento de la detención y ninguno está relacionado con un supuesto plan. Es clara la estrategia sabida de volver crimen lo que es una libertad. Fabricas cargos, filtraciones a la prensa información tremendista y con eso desactivas toda protesta. El miedo se establece, incluso se internaliza sin saber. Antes de siquiera saber algo, los integrantes del #YoSoy132 de la BUAP, se deslindaron.

Víctor Carranca dice que una llamada anónima advirtiendo el supuesto plan con explosivos era el origen. El Mundo de Tehuacán dice que fue el CISEN. Pero no hubo explosivos, no hubo plan, nada de armas. Solo laptops y cuchillos y un gobernador como siervo represor con iniciativa limpiando para Peña Nieto el desfile del 5 de Mayo de toda protesta. Es muy posible que en las detenciones arbitrarias y en la tortura haya participado el Estado Mayor Presidencial. Es probable que el CISEN haya advertido sobre un supuesto plan. Lo que está claro es que el costo es para los jóvenes y sus familias y el mensaje es para todos quienes convocamos a ejercer el derecho de reunión y protesta pacífica establecido en el segundo párrafo del artículo 9 constitucional.

El huevo de la serpiente anida y vivirá muchos años si no lo detenemos. Néstor no pudo llegar el viernes a su servicio social. Iván no fue a la universidad y Eduardo y su madre no cuentan más con el sustento familiar. La papelería y el café internet están clausurados. Como sociedad tenemos que defender a estos muchachos. Si no lo hacemos es probable que cuando vengan por ustedes o por mí, no haya nadie que diga algo.

Si quieres saber si un país es democrático solo observa como tratan a los opositores. En México los torturan.

Fuente: Sin Embargo

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