Estancia no deseada.
El 21 de febrero, la policía de turismo de la Ciudad de México recibió una invitación para ayudar. Un migrante que se cree que está secuestrado con otro grupo de personas en el albergue en el corazón de los turistas de la capital.
Al llegar al escenario, a pocos metros de la concurrida Plaza de la Kontución, donde tacos, Laura Talavera, propietarios del albergue, Tacos, propietario del albergue, Casa Talavera.
La mujer les preguntó a los oficiales el motivo de su visita, cuando los agentes escucharon el ajetreo y el bullicio desde la habitación 503.
Al abrir la puerta, se volvieron surrealistas: 27 migrantes indios, uno de Salvador y uno de Nepal secuestrado.
Fueron encarcelados en una habitación cerrada con cerraduras durante 15 días, sometidos a tortura y extorsión. Sin comunicación con el exterior, les permitieron usar sus teléfonos solo para pedir más dinero a sus familias, dijeron.
Ninguno de los migrantes indios habló en español.
Fue El Salvadora de un grupo que ayudó a restaurar la historia de la policía pidiéndole a los consulados que envíen traductores y ayuden a abordar el caso inusual.
El paramédico Erum de la emergencia de rescate y médica participó en migrantes, muchos de ellos con golpes visibles, colapso nervioso y afecciones poco saludables.
Después de recibir primeros auxilios, fueron entregados a las instalaciones del fiscal al secuestro de delitos, donde estaban en el refugio.
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“El hombre que mencionó como ciudadano salvadoreño dijo que habían estado en el escenario durante 15 días y que una mujer, junto con otros dos temas, les impide dejarlos”, dijo Pablo Vázquez, secretaria de los ciudadanos de la Ciudad de México, en una conferencia de prensa. 27 migrantes cruzaron la frontera sur de México desde Guatemala.
Pasaron por Chiapas y, c
