La falta de oportunidades en el país ha generado que el 98 por ciento deba viajar hacia Estados Unidos, donde ahora viven 12.2 millones de mexicanos, con una proporción de tres hombres por cada mujer.
Sólo en 2015, el trabajo de esos millones de viajeros representó para México la llegada de 24.771 millones de dólares en remesas, definidas como “el dinero que los migrantes internacionales envían a sus familiares o comunidades en su país de origen”.
Esa cantidad ha convertido a México en el primer lugar en América Latina en recepción de remesas con el 37,6 por ciento. En un segundo lugar y tercer lugar están Guatemala y República Dominicana, respectivamente, aunque lo que reciben esos dos países no es ni la mitad de lo que llega a México anualmente.
“En 2015 México recibió el cuarto mayor registro de remesas familiares en su historia con 24,771 millones de dólares, creciendo a una tasa anual de 4.8%. Sin embargo, la remesa promedio en 2015 ha registrado uno de los niveles más bajos ubicándose en 292 dólares”, establece el estudio.
Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, ha prometido que para contener la migración indocumentada construirá un muro a lo largo de la frontera sur, el cual pagaría México mediante la retención de las remesas que envían los migrantes.
En caso de cumplirlo, los resultados serían devastadores, pues, según el estudio, el principal uso que le dan los mexicanos en su país a ese envío de dinero desde Estados Unidos es para comer y vestirse, seguido de pagar deudas y para mejorar o adquirir una vivienda. Hasta el sótano de la medición está la diversión.
Si se dividen según su lugar de nacimiento, la mayoría de los migrantes son la Ciudad de México, Michoacán y Guanajuato. Estos dos últimos estados más Jalisco son los que más se benefician de ese dinero.
Fuente: VICE
