Maleta alimenta versión de atentado en Pemex

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El equipo antibombas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, que llegó al lugar de los hechos antes que las autoridades federales tras la explosión de un edificio en Pemex, logró “sacar de los escombros una maleta que en su interior contenía un artefacto color negro con varios cilindros’’ y que “parecía un explosivo”, publica La Jornada. La versión alimentó la hipótesis de que pudo tratarse de un atentado, después de que Proceso publicó que fueron hallado explosivos C4 e indicios que vinculan al grupo criminal Los Zetas.

La versión de La Jornada obligó a una respuesta del secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Jesús Rodríguez Almeida, quien dijo que las maletas encontradas en el edificio de Pemex eran del personal de la empresa y sólo contenían ropa y cosméticos.

El funcionario capitalino destacó, a través de su cuenta de Twitter, @JesusRo66690592, que “la maleta encontrada en el edif. B-2 de Pemex, contenía ropa y cosméticos, no se encontraron indicios de explosivos”.

Agregó que en el lugar, donde se registró una explosión el jueves pasado, se encontraron posteriormente más maletas, pertenecientes a la gente que checa el tarjetero, pero al principio se tomaron más providencias por ser la primera maleta que se localizó.

Rodríguez Almeida recordó que personal de Fuerza de Tarea de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal fue el primero en llegar al lugar de los hechos por lo que se procedió de esa manera para no generar pánico.

Versión de La Jornada

Un mando de la policía capitalina, que fue de los primeros en llegar a las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), siniestradas el pasado jueves por la tarde tras un estallido en el edificio B-2, contó a La Jornada un dato revelador: ‘‘El equipo antibombas de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF), que llegó al lugar de los hechos antes que las autoridades federales, logró sacar de los escombros una maleta que en su interior contenía un artefacto color negro con varios cilindros’’.

Aún sorprendido por el elevado número de muertos que observó ese día, y por las decenas de personas heridas, pero sin quemaduras, que vio salir corriendo despavoridas tras la explosión, el policía de la SSPDF –adscrito al sector Tacuba– narra que los expertos que participaron en la recolección de evidencias estuvieron comentando entre sí que era muy probable que la tragedia hubiera sido un atentado.

El informante, de quien se omite el nombre a petición suya, añadió: ‘‘Me queda claro que las autoridades federales y del Distrito Federal están ocultando información; no están dando a conocer qué se encontró esta maleta negra que yo vi. Claro que hasta que se hagan los peritajes correspondientes se podrá dictaminar con certeza qué contenía esa maleta. Pero de que había una caja negra con cilindros, de eso no hay duda; yo la vi’’.

Este diario cuenta con la grabación de la entrevista con el policía del sector Tacuba, de la que a continuación se transcriben algunos extractos.

–¿Puede describir cómo era el artefacto al que se refiere y en qué lugar de los escombros lo encontraron exactamente?

–Lo que pasa es, que por las condiciones del lugar en el que nos encontrábamos, los que sí ingresaron directamente al área más afectada fueron los bomberos, paramédicos y el equipo antibombas de la SSPDF.

–¿En qué momento vio la maleta?

–(La vi) cuando la empiezan a sacar del sótano. Yo ingresé sólo hasta el área en que creo se encontraba la recepción del edificio (B-2 de Pemex), donde había unos 20 o 30 cadáveres desmembrados. Ahí me quedé todo el tiempo, porque yo no traía equipo de seguridad para poder trabajar con ellos (en el sótano). Ellos traían guantes de carnaza, porque había vidrios rotos por todos lados; contaban con palas, picos, barretas, en fin, traían bastante equipo para poder hacer algo. Entonces la vi (la maleta), cuando el equipo antibombas sale por un espacio que tenían a un lado de lo que fue la recepción; no sé si fuera pasillo, no sé si fueran escaleras, no sé si era un elevador, pero sé que era un hueco por donde se podía acceder del sótano a la superficie.

–¿En qué trasladaron ese artefacto?

–Lo llevaban encima de una pequeña base. Era una maleta color negro. Al momento en que le muestran a un mando la maleta le abren un poco el cierre y es cuando alcanzo a observar un artefacto negro, del tamaño de una caja de zapatos, como de unos 30 centímetros cuadrados, con por lo menos 8 cilindros de 5 centímetros de diámetro (cada uno) que estaban alrededor y que pudieron contener algún tipo de explosivo. Todo era de color negro o pintado de negro.

–¿Qué le dijo el personal antibombas a su jefe inmediato cuando le mostraron el artefacto?

–Vi que hablaron, pero no alcancé a escuchar de que hablaban; pero entre mis compañeros, los del equipo antibombas y todos los que estuvimos colaborando, se comentó que se trataba de una bomba. ¡Fue una bomba!, se decía.

–¿Una bomba sin detonar y otra que detonó?

–Efectivamente.

–¿Quién se llevó esa maleta?

–Hasta ahora no sé qué hicieron con esa evidencia: no sé si se la entregaron al Ejército o si se la llevó el equipo antibombas de la SSPDF o no sé quién, pero eso es algo que hasta el momento están ocultando las autoridades federales y del Gobierno del Distrito Federal.

–¿Qué es lo que se decía entre ustedes tras el hallazgo de la maleta?

–Todos coincidimos en que esto no fue nada de lo que se ha informado hasta ahora de parte de las autoridades; por supuesto que no fue un simple accidente. Entre nosotros decíamos: es imposible que haya sido una fuga de gas o un cortocircuito o un fallo en las calderas. Nada de eso es cierto. Fue una explosión provocada.

– Con información de La Jornada

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