Las 10 cosas sucias de la Casa Blanca de Peña Nieto

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Por Jenaro Villamil

Seis meses después de su designación como titular de la menguante Secretaría de la Función Pública (SFP), Virgilio Andrade dio su “verdad histórica” del presunto conflicto de interés en los casos de la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto (que, por órdenes presidenciales, se convirtió en la Casa Blanca de Angélica Rivera), de la mansión de Ixtapan de la Sal del mismo primer mandatario y de la Casa Malinalco, del titular de Hacienda, Luis Videgaray.

La exoneración de Andrade reabrió la indignación social frente a lo que una gran mayoría de analistas y ciudadanos ve como un claro ejemplo de tráfico de influencias y conflicto de interés. A estos dos problemas ahora se agrega el del presunto encubrimiento de la SFP.

No fue suficiente el kafkiano informe de Virgilio Andrade. El titular del Ejecutivo federal y el secretario de Hacienda enviaron sendas “disculpas” públicas a ocho meses de que se conocieran ambos casos. Disculpas que no borran la presunción de algún delito y sólo representan una falsa humildad en quienes no están acostumbrados a rendir cuentas.

El nuevo episodio de la Casa Blanca trae consigo 10 puntos sucios que abonan a la falta de credibilidad:

1.- El escándalo se enfrenta, una vez más, con explicaciones formales y legales sin credibilidad. La SFP se limitó a exonerar al presidente y al titular de Hacienda con la revisión de la fracción XII del artículo 8 de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos.

Andrade se justificó diciendo que a él no le corresponde juzgar hechos ocurridos en el Estado de México (cuando Videgaray y Peña eran también servidores públicos), pero políticamente sí pudo ordenar y señalar la necesidad de una investigación en este ámbito.

2.- El escándalo se enfrenta con unas tardías disculpas de Peña Nieto y de Videgaray Caso. Ambos se disculparon por la “mala percepción” generada por el escándalo, no por el hecho mismo de adquirir mansiones en condiciones preferenciales con contratistas de obra pública del gobierno y con compadres (como en el caso de Roberto San Román y la casa de Ixtapan de la Sal).

3.- La investigación no consideró de forma amplia el vínculo de Juan Armando Hinojosa, del Grupo Higa y todas sus demás filiales con el gobierno federal actual. Se omitieron otras empresas de Hinojosa Cantú en la investigación, como son los casos de Autopistas de Vanguardia (Autovan); Controladora de Operaciones de Infraestructura, que construye el Acueducto Monterrey VI, asignado en 2014, antes del escándalo; Mezcla Asfáltica de Alta Calidad; Preiton, e Industrial IGSA, según consignó el reportero Arturo Rodríguez en la reciente edición de Proceso, la 2025, actualmente en circulación.

4.- ¿Por qué se canceló el tren de alta velocidad México-Querétaro, en vísperas de que se conociera el escándalo de la Casa Blanca a través del portal Aristegui Noticias si no había ninguna irregularidad? Nadie ha vuelto a mencionar este episodio que aceleró la percepción de un posible caso de tráfico de influencias y conflicto de interés.

Como se recordará, apenas el 6 de noviembre de 2014, en la mañana, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, defendió ante legisladores esta licitación que ascendía a 4 mil 800 millones de dólares, y por la tarde fue abruptamente cancelada. Grupo Higa participaba en el consorcio ganador.

5.- Es difícil que un funcionario con claros conflictos de interés, como Virgilio Andrade, pueda investigar de forma autónoma y creíble a su propio jefe. Andrade no sólo es un cuadro priista de viejo cuño, sino pertenece a una red familiar con intereses claros en la administración pública federal.

Su hermano Víctor Andrade es titular de la unidad de asuntos jurídicos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que debe vigilar a la SFP, y su esposa trabaja en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, es decir, depende de Videgaray. Su padre, Virgilio Andrade Palacios, es abogado del líder petrolero Carlos Romero Deschamps, emblema de la alta corrupción sindical.

6. El despido de Carmen Aristegui y de su equipo de investigación que dio a conocer el espléndido reportaje sobre la Casa Blanca de Peña Nieto sólo acrecentó la sensación de una venganza del poder político a los periodistas que se atrevan a develar los secretos de la cleptocracia.

Desde el gobierno federal y desde el Poder Judicial se ha pretendido dar carpetazo al conflicto MVS-Aristegui como si fuera un “asunto entre particulares”. Para la percepción pública hay un cobro de facturas por la osadía de cuestionar al primer mandatario.

Mientras Aristegui y su equipo estén expulsados de la radio comercial, el escándalo sigue dejando un sucio expediente censor.

7. La gran coartada de la investigación sigue siendo poco creíble: Angélica Rivera, esposa de Peña Nieto, fue quien adquirió uno de los tres complejos inmobiliarios que forman parte de la Casa Blanca porque Televisa Talento le dio un finiquito por 88.6 millones de pesos, así como la casa de Paseo de las Palmas, colindante con el otro predio propiedad de Grupo Higa.

Esta interpretación sólo refuerza la idea de una clara complicidad entre la principal empresa de poder y de comunicaciones en el país y el gobierno de Peña Nieto. El 80% de los actores y productores de Televisa no cree en esta versión de la “extrema generosidad” de los Cuatro Fantásticos de Emilio Azcárraga Jean.

8. Ni el escándalo ni la investigación y menos la interpretación de Virgilio Andrade han dejado satisfechos a los principales medios internacionales que pusieron la lupa en la corrupción del gobierno de Peña Nieto a raíz del caso de la Casa Blanca y de la Casa Malinalco.

Ni The Wall Street Journal, The Economist, The Washington Post o The New York Times han publicado algún comentario positivo del informe de Andrade.

9. El “nado sincronizado” en los medios impresos mexicanos fue patético. Al día siguiente de la conferencia, los principales periódicos dieron como nota principal y casi con la misma frase las “disculpas” de Peña Nieto. Seguimos operando una prensa que, en su gran mayoría, se dedica a complacer al poder presidencial.

10. En contrate, la mayoría de los usuarios de las redes sociales expresaron su repudio, su burla y su incredulidad ante la tomadura de pelo de Virgilio Andrade y su investigación. Ni las disculpas ni la apuesta por el “olvido social” de este conflicto podrán borrar el expediente sucio de la Casa Blanca.

Twitter: @JenaroVillamil

Fuente: www.homozapping.com.mx

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