El expresidente francés Nicolás Sarkozy ha sido imputado en la madrugada del miércoles por por “corrupción activa”, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional en el caso que se sigue contra él por la presunta financiación ilegal de sus campañas electorales, según ha informado la Fiscalía francesa.
En un comunicado, la Fiscalía ha indicado que, tras el interrogatorio, Sarkozy fue puesto a disposición de dos jueces de instrucción encargados de la investigación abierta por el denominado “caso de las escuchas” y “de conformidad con la solicitud de la fiscalía, Sarkozy ha sido acusado por cohecho activo, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional”.
La decisión se ha producido tras 15 horas de declaración ante la policía judicial en calidad de detenido en la sede de la brigada anticorrupción de la Policía judicial en Nanterre. Posteriormente, el expresidente ha sido trasladado al juzgado, donde se le ha comunicado la imputación. Finalmente, ha sido puesto en libertad hacia las dos de la madrugada.
Crispado, furioso y sin disimular su sentimiento de humillación, el expresidente Nicolás Sarkozy lanzó anoche su ofensiva mediática en la TV francesa. Eligió la victimización y la idea de un complot en su contra como argumentos fundamentales en su defensa. Fue después de la traumática madrugada, en la que confrontó con las dos juezas que lo imputaron por “corrupción activa, tráfico de influencias activas y violación de secreto profesional” y a las que acusó de “parcialidad” y de ser “miembros del sindicato de la Magistratura”.
¿Su objetivo? Atacar las escuchas telefónicas, base de la acusación, y desacreditar a las magistradas. “Ha habido una voluntad de humillarme”, dijo al denunciar una “instrumentalización política de una parte de la justicia”.
“Yo estoy profundamente shockeado con esto que ha pasado. Pues ¿es normal que yo sea escuchado en mis conversaciones más íntimas? ¿Es normal que yo sea interrogado durante quince horas? ¿Es normal que sea recibido por los jueces a las dos de la mañana? Hay una voluntad de humillarme”, denunció el ex presidente ante dos periodistas de TF1 y Europe 1 a las 20 horas, en el noticiero más visto de la televisión francesa.
“Yo no he cometido ningún acto contrario al Estado de derecho”, sostuvo. “En nuestro país, que es el país de los derechos del hombre y el estado de derecho, hay cosas que se están organizando y los franceses deben conocerlas. En su conciencia y en total libertad deben juzgar de qué se trata”, afirmó al inicio de la tensa entrevista.
Mas política que jurídica fue la defensa de Sarkozy, que apareció en la TV con la condecoración de Legión de Honor en su traje gris. Las escuchas telefónicas ordenadas por dos magistrados que investigaban un aporte de 50 millones de euros de Muammar Gadaffi a su campaña presidencial de 2007 se convirtieron en el centro de su ataque. “¿Es normal, cuando no hay ningún indicio grave y concordante, que continúen las escuchas sobre un jefe de Estado que podría tener mañana responsabilidades de oposición? Es como si la seguridad social escuchara las conversaciones de cada francés con su médico”, insistió.
El ex presidente consideró que “las acusaciones son grotescas”, aunque aclaró que “a pesar y contra todo, yo creo en la honestidad de los magistrados de nuestro país. Yo no demando ninguna ventaja particular. Yo no demando ningún derecho particular, no quiero estar por encima de la ley pero tampoco por debajo”.
Con información de agencias y Clarín