Hartos, españoles sacan la casta

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Decenas de miles de indignados marcharon en Madrid, Barcelona, Valencia, La Coruña, Sevilla y otras ciudades para exigir el término de las medidas de austeridad.

Una “marea ciudadana” protestó en Madrid este sábado contra la austeridad y la corrupción en un país minado por la recesión y el desempleo e indignado por la corrupción en sus instituciones.

Con estridentes silbatos y el redoble de tambores, profesores vestidos de verde, médicos y enfermeras de blanco, feministas de morado, asociaciones ecologistas, colectivos del movimiento “indignado” y mineros del norte de España de negro confluyeron en la plaza Neptuno, cerca del Congreso de los Diputados.

“Dimisión”, rugía la multitud de decenas de miles en un mar de pancartas blancas con una sola palabra, “No”, junto con unas tijeras, símbolo de los recortes presupuestarios en España.

“Rajoy vete”, “Austeridad basta ya” o “Dictadura de los bancos, NO” reclamaban otras pancartas mientras un grupo de bomberos, que participaban en la protesta, contenían a la multitud a lo largo del dispositivo policial que protegía el Congreso.

Como en Madrid, las protestas se prodigaron en decenas de localidades españolas, con miles de personas en Barcelona, Valencia, La Coruña o Sevilla.

Entre la variopinta multitud destacaban los trabajadores de Iberia, la compañía aérea que pretende despedir 3.800 personas, con chalecos amarillos fluorescentes, la “marea negra” de los mineros con el casco y la linterna en la cabeza, denunciando tras una gran pancarta que “la violencia es cerrar las cuencas mineras y no ofrecer ninguna alternativa”.

En el epicentro de la cólera se encuentra la política de austeridad desplegada en el último año por el Gobierno conservador de Mariano Rajoy con el fin de ahorrar 150.000 millones de euros en tres años, hasta 2014.

Con una situación social límite, en plena recesión y un paro del 26%, la ira se agudizó por la ayuda europea de más de 41.000 millones de euros a los bancos, considerados por muchos españoles como los responsables de la crisis.

Además, la sospecha de corrupción se ha instalado permanentemente en las principales instituciones del Estado.

La monarquía, de imagen impoluta hasta hace poco tiempo, se encuentra en medio de una tormenta sin precedentes: el yerno del rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, fue interrogado el sábado por un juez de instrucción en Baleares en una investigación por malversación de millones de euros públicos.

Fuente: La Nación

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