La zona euro cerró el sábado la puerta a una extensión de la línea de crédito de Grecia y dejó al país ante una inminente cesación de pagos que podría provocar su salida del bloque, tras el rechazo de Atenas a las duras demandas de los prestamistas y el llamado a un referendo para decidir un acuerdo de rescate.
Los ministros de Finanzas de los otros 18 países que comparten el euro se reunieron por primera vez sin Grecia y rotundamente rechazaron su petición de extender un rescate hasta después del referendo del 5 de julio.
Esto prepara el escenario para que Atenas caiga en un default por la posibilidad de incumplir el martes un crucial pago al FMI.
Los 18 países se comprometieron a hacer lo que sea necesario para estabilizar el bloque monetario y dijeron que estaban en mejor posición que en el apogeo de la crisis de hace unos años.
En una declaración formal, también instaron implícitamente a Grecia a imponer controles de capital para estabilizar su sistema bancario.
El rechazo de una extensión del rescate aumentó la gran presión que existe sobre los bancos griegos, que dependen de la ayuda del banco central para mantenerse a flote. Durante el día se formaron largas filas frente a los cajeros automáticos mientras la gente se apresuraba a retirar su dinero.
Después de su sorpresiva decisión de llamar a un referendo sobre el plan de rescate, Atenas pidió una extensión del programa de rescate más allá del martes, cuando debe pagar 1.600 millones de euros al FMI o caerá en una cesación de pagos.
Sin embargo, el resto de la zona euro rechazó por unanimidad la solicitud, congelando nuevas conversaciones entre Grecia, el Banco Central Europeo y el FMI sobre cómo lidiar con las consecuencias de un hecho histórico en los 16 años del euro.
El rechazo rápido fue una demostración sorprendente del grado de molestia que hay con el primer ministro Alexis Tsipras en el bloque monetario por un anuncio que puso fin a cinco meses de negociaciones intensas.
“El actual acuerdo de asistencia financiera con Grecia expirará el 30 de junio de 2015, así como todos los acuerdos relacionados con el programa griego”, dijo el Eurogrupo de ministros de Finanzas.
El Parlamento de Grecia se reunió en la noche para ver si aprobaba el referendo, instancia en que Tsipras hizo un llamado desafiante a los griegos a rechazar la “insultante” oferta de rescate de los acreedores extranjeros el 5 de julio.
“El día de la verdad se acerca para los acreedores, el tiempo cuándo van a ver que Grecia no se rendirá”, dijo en un discurso ante el Parlamento mezclado con referencias a la democracia y la dignidad nacional.
“Estoy seguro de que el pueblo griego se pondrá de pie ante las circunstancias históricas y emitirá un rotundo ‘No’ al ultimátum”, dijo al cierre del debate antes de la votación.
Los partidos de oposición proeuropeos, en tanto, se unieron en condenar la decisión y alimentaron la especulación de que el Gobierno de Tsipras podría tener que renunciar si los votantes respaldan el plan de rescate.
“En el referendo, realmente no se decidirá el acuerdo. Se estará decidiendo el destino de nuestro país de permanecer en el euro”, dijo el conservador ex primer ministro griego Antonis Samaras durante un debate nocturno en el Parlamento.
La oferta de los acreedores exige a Grecia que recorte las pensiones y aumente los impuestos, algo que Tsipras ha sostenido durante mucho tiempo profundizaría una de las peores crisis económicas de los tiempos modernos en un país donde una cuarta parte de la fuerza laboral está desempleada.
Atrapados entre los temores de un colapso económico y las demandas de los acreedores internacionales, unos sondeos de opinión dados a conocer el sábado apuntaban a que una mayoría de los griegos está a favor de aceptar los términos del rescate.
PREGUNTAS EN EL AIRE
Muchas preguntas quedaban en el aire sobre el referendo, que fue convocado para aprobar los términos de una oferta de rescate que quizá ya no esté sobre la mesa.
Pero ante los crecientes temores de que los cimientos de la zona euro podrían verse duramente debilitados si Grecia se viera obligada a salir del bloque, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que Atenas debe seguir en el grupo monetario.
“Grecia está y debería seguir siendo miembro de la zona euro”, dijo Tusk en Twitter.
“Estoy en contacto con los líderes para asegurar la integridad de la zona euro de 19 países”, añadió.
Aunque funcionarios europeos han insistido repetidamente que los cortafuegos financieros construidos durante la crisis de deuda de la zona euro limitaría el impacto de cualquier salida de Grecia, los efectos a largo plazo son desconocidos.
Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, dijo que los legisladores griegos deberían pensar si el referendo es prudente antes de acceder a realizarlo.
Subrayando la incomprensión mutua que ha marcado meses de duros intercambios entre el gobierno liderado por el partido Syriza y sus socios europeos, el ministro de Finanzas griego, Yianis Varoufakis, aún tiene esperanzas de llegar a acuerdo.
“En estos momentos cruciales, el gobierno griego está luchando para que haya un acuerdo de último minuto para el martes”, dijo Varoufakis.
Fuente: Reuters