Por Francisco Javier Pizarro Chávez
“La política es el camino para que los hombres sin
principios puedan dirigir a los hombres sin memoria”
Voltaire
El contexto socioeconómico y político que atraviesa México a exacerbando cada vez más, el odio de clases y la polarización social en torno a la política económica, el sistema de partidos políticos y el régimen de gobierno.
Existe una abierta confrontación entre el poder económico y el poder político; una ambición electoral partidista carente de proyectos políticos sociales e ideología y un constante golpeteo al gobierno de la República para derrocarlo.
Reflexionando en torno a ello, recordé un ensayo filosófico que escribí hace muchos años respecto al Ser Social y Conciencia Social, ejes fundamentales de toda formación social, de los que ya nadie habla. Espero sea de su agrado. Va:
“El ser humano establece relaciones con la naturaleza en el marco de su proceso de trabajo y de su actividad práctica general, mediante las cuales hacen de la naturaleza una parte de su cuerpo inorgánico. Sin embargo, la actividad productiva de la especie humana y su vida misma no puede sustentarse al margen de la sociedad y el medio ambiente.
Esas relaciones con la naturaleza requieren necesariamente una envoltura social de áreas esenciales como la ecología, la economía, la superestructura e ideología, que son las que determinan el ser social. El reflejo de este ser social en los seres humanos en una sociedad dada y en una época histórica concreta, es lo que se denomina conciencia social.
La subordinación de la conciencia social con respecto al ser social, la definió Karl Marx, en el Prólogo de su libro “Contribución a la Crítica de la Economía política”, en el cual señala que “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser; sino por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”
Para Marx, las diversas formas de la conciencia social son “sublimaciones necesarias de su proceso material de vida; reflejos ideológicos y políticos de este proceso de vida que en cuanto se les ve como tales, pierden la apariencia de su propia sustantividad”
El estudio del desarrollo histórico de la conciencia social nos revela que hay tres principios de análisis a partir de los cuales se puede y se debe estudiar a fondo que es la conciencia social: el histórico-genético, en gnoseológico y el sociológico.
El primero nos orienta al estudio de la historia de la conciencia social, de su génesis y evaluación en relación con las etapas fundamentales del desarrollo de la sociedad, que Marx desglosa en tres fases de la conciencia social: la conciencia social anterior a la división en clases; la conciencia de las formaciones divididas en clases antagónicas y, finalmente, la naciente conciencia social de una sociedad en proceso de extinción de las clases sociales, la cual sigue en el limbo en todo el mundo, así que no se asusten los que le temen al comunismo.
En la primera fase, la conciencia social fue sincrética, a tal grado, que las concepciones morales y religiosas; los conocimientos empíricos y expresiones artísticas, se mezclaban y vinculaban todas ellas con la vida material y la naturaleza.
En la segunda fase del desarrollo de la conciencia social, surgieron instituciones sociales como el Estado, la división de las clases sociales y la separación del trabajo físico e intelectual, lo que generó nuevas formas de la conciencia social (políticas, jurídicas, económicas, financieras y religiosas) en la que predominan las ideas de la clase dominante.
Por lo que respecta a la tercera fase, en la que contemplaba suprimir la diferencia de clases y las clases mismas; conjuntar el trabajo físico y el intelectual y sentar las bases para la extinción del Estado, continúa siendo una utopía. No hay ningún país que lo haya logrado.
En lo que se refiere a los principios gnoseológico y sociológico, ambos son muy importantes desde el punto de vista metodológico, para el estudio de la conciencia social. El gnoseológico es el que nos orienta hacia el estudio del conocimiento teórico-cognoscitivo de la conciencia social. El sociológico, por su parte, nos permite analizar la conciencia social, desde el punto de vista de ubicar el papel que desempeña y el lugar que tiene en el ser social, esto es, “que refleja; cómo lo hace y en qué medida (de modo superficial o a fondo, de manera correcta o incorrecta)”.
Abordemos ahora los dos niveles de la conciencia social: La que se define como conciencia social común, y la que se califica como conciencia social teórica. La primera se engendra por las condiciones empíricas cotidianas de la sociedad, que no son otras que, las sensaciones, percepciones y sentido común. La segunda, se sustenta en los juicios de valor, el razonamiento y la imaginación.
En concreto, la conciencia social común del pueblo se aboca a que cada persona defina que es lo que le favorece o le afecta del ser social en que vivimos, en tanto que la conciencia social teórica de los intelectuales especialistas apela a la ciencia para descubrir la esencia real de los fenómenos sociales.
Ello no quiere decir que hay una grande distancia entre los dos tipos de conciencia social, ya que ambas, (la gnoseológica y la sociológica) se presuponen. No se puede entender la conciencia social si no entendemos que es lo que refleja y de qué manera lo hace y a la par, de nada nos valdría saberlo, si no se entiende la función de ambas, en la estructura y superestructura vigente del ser social, que ya no dependen solo de la ciencia sino también de la ideología.
Filosofía, ciencia e ideología son los núcleos básicos de la conciencia social teórica. El conocimiento empírico, la psicología social y el arte popular se ubican en la conciencia social común.
Pongamos de referencia dos ejes fundamentales de estos dos niveles de la conciencia social: La psicología social y la ideología.
La psicología social no es un sistema generalizado de opiniones y concepciones sino de necesidades y aspiraciones que se manifiesta en los sentimientos, emociones y estado de ánimo de las masas.
La ideología, en cambio, es teóricamente sistematizada, un producto de la actividad consciente que se expresa de manera coherente también de sus necesidades y aspiraciones, pero, sobre todo, de sus intereses y los propósitos fundamentales de su clase social.
Es por ello, que estas dos tendencias se han calificado como conciencia social valorativa (Nivel empírico) y conciencia social cognoscitiva (Nivel teórico)” Hasta aquí el ensayo.
Espero por el bien de nuestro país, que la oligarquía, cúpulas empresariales e intelectuales “orgánicos”; partidos políticos, frentes y bloques (FRENA- BOA) empecinados en apoderarse del poder legislativo de la Unión y gubernaturas en 2021 y revocar el mandato del presidente en 2022, se apeguen a la ley y el Derecho; la democracia y la pluralidad; la civilidad y la paz. (Conciencia social cognoscitiva)
Sus bravatas y desafíos polarizantes con las que pretenden generar incertidumbre, odio y desestabilización para retomar el poder político y económico del neoliberalismo no les va a funcionar, por más que intenten manipular a su favor la conciencia social empírica del pueblo.
Por su experiencia de vida, el pueblo sabe que los responsables de las precarias condiciones de la vida material de la sociedad, del deterioro de la economía, la corrupción, la inseguridad y la crisis de salud, en que estamos inmersos, es responsabilidad del Modelo neoliberal; que “los ricos no son ajenos a la pobreza, ellos la crean y la mantienen”, como bien lo dijo la actriz norteamericana Jodie Foster.
Su campaña político electoral en curso para “recupera el modelo Neoliberal” no tiene otro fin que ese. Por eso los magnates financieros y económicos critican los programas de bienestar social del gobierno de AMLO, que no incremente la deuda pública, que no les condone el pago de impuestos y, recientemente, les cancele las cuentas bancarias a empresas fantasmas coludidas con ex presidentes y el narcotráfico.
El Ser neoliberal llegó a tales extremos de desigualdad social, discriminación racial, de género, de discapacitados; violencia e inseguridad, fraudes electorales y corrupción e impunidad de sus gobiernos y, deterioro de la naturaleza, todo lo cual provocó un cambio instantáneo,–que no esperaban– de la conciencia social valorativa de 30 millones de electores, respecto a qué es lo que le favorece o le afecta del ser social y paulatinamente, dar el salto a la conciencia social cognoscitiva, para heredar a las nuevas generaciones un ser social con una economía regulada que no afecte el ecosistema y genere bienestar social, que nada tiene que ver con el “socialismo y el comunismo” como ellos lo proclaman. Quiéranlo o no, la pandemia a despertado una nueva concepción del mundo.
Veremos y diremos más temprano que tarde, que nos depara el futuro.