El NAIM, “una bomba de tiempo˝

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Por Álvaro Delgado

La zona se hunde entre 20 y 40 centímetros por año por la sobreexplotación del acuífero

El renombrado fotógrafo Santiago Arau capturó una imagen inquietante: una excavadora hidráulica es absorbida, a la mitad de su tamaño, por el fangoso terreno del ex lago de Texcoco, una zona que anualmente se hunde entre 20 y 40 centímetros.

Ahí, en el lecho lacustre, se construye el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la magna obra del agonizante gobierno de Enrique Peña Nieto y en cuya discusión para continuarlo o cancelarlo predomina el criterio económico y soslaya el daño ambiental, social e hidrológico para millones de personas que habitan delegaciones capitalinas y municipios del Estado de México.

¡Es una bomba de tiempo! ¡Les va a explotar en las manos!, alerta José Luis Luege, el ex director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que elaboró, con un grupo de técnicos, un estudio que le solicitó el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador.

El futuro secretario de Comunicaciones y Trasportes del próximo gobierno, Javier Jiménez Espriú, formuló al grupo técnico una pregunta: ¿Desde el punto de vista hidrológico, es segura la operación del nuevo aeropuerto, tanto para las instalaciones propias como para la población de las comunidades aledañas?.

La conclusión es rotunda: Después del análisis realizado de las acciones y proyectos en proceso de construcción, llegamos a la conclusión de que no están dadas las condiciones suficientes para garantizar la seguridad tanto en la operación del NAIM como de los municipios aledaños, que a nuestro juicio estarán en riesgo de sufrir graves inundaciones y desabasto de agua. Luege se reunió con funcionarios de la Conagua, SCT y del Grupo Aeroportuario, quienes alegaron que las obras evitarán inundaciones de las pistas, la terminal y las zonas aledañas densamente pobladas.

Esto es falso, replica y asegura que, además de los 8 mil millones de pesos previstos para obras hidráulicas en 2019, deberán realizarse otras 18 para evitar el colapso hídrico, con un costo multimillonario. No hay condiciones de seguridad para millones de personas.

El estudio argumenta los efectos catastróficos del NAIM: Se ubica en un área natural de inundación, porque convergen los principales desagües del Valle de México; la zona se hunde entre 20 y 40 centímetros por año por la sobreexplotación del acuífero, lo que ha comprometido el desnivel de todos los drenes superficiales; la sobrepoblación de los municipios, con pésimos servicios de agua potable y drenaje, así como las miles de toneladas de basura a través de los drenajes…El criterio de la obra es sólo económico y están evadiendo el ambiental, social e hidrológico, afirma Luege, quien como titular de la Conagua se opuso al proyecto ante Felipe Calderón y ante el equipo de Peña, en 2012. Frente a Gerardo Ruiz Esparza, advirtió. ¡No quiero ser profeta del desastre, pero nos va a llevar la chingada a todos! Y él me dijo lo que más me ha molestado en mi carrera: ‘No, José Luis, dinos cómo sí’. Me quería contratar para yo les dijera el know how. Pero cuando una cosa es no, no se debe hacer y punto.

Fuente: El Heraldo de México

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