Por Pineda Jaimes
Exactamente cuatro años después, volvemos aquí.
Un nuevo Mundial, una nueva experiencia y una nueva aventura dentro del deporte que mueve a millones de aficionados y toneladas y toneladas de euros y dólares alrededor del mundo. El Mundial de Futbol es, sin duda, el mayor negocio deportivo de la historia. Y aquí daremos cuenta de ello, como hace cuatro años. Gracias a Hilo Directo, gracias a ustedes.
¡Qué ruede el balón!, decimos los mexicanos, pero que ¡ruede a nuestro favor!, replicaba Don Nemesio Diez, el mítico dueño del Club Deportivo Toluca, esa cenicienta del futbol mexicano a quien se le regatea su grandeza, pues como dice y bien Don Juan Villoro, la magia de este deporte en mucho se lo debemos a que Dios es redondo.
Así que paren prensas. ¡Fin de las campañas! Y como decía una de mis sobrinas a quien quiero mucho: ¡el que alcanzó, alcanzó! Así que lo que pudieron hacer algo en estos días qué bien porque desde este momento pasarán al más recóndito lugar en el imaginario colectivo electoral para entrar en ese limbo del que los mexicanos somos expertos: el sufrimiento.
A partir de ahora, no hay nada más importante en nuestro país que el verdadero partido, al que a todos los mexicanos y mexicanas interesa: el México-Alemania. Velas, velitas y velotas. Todo se vale con tal de que Dios no nos olvide, como ya se le está haciendo costumbre y nos deje soñar con lo que parece imposible: vencer a los alemanes. Algo así como pensar que Mead o hasta el Bronco pueden ganar la próxima elección, pero bueno, a lo mejor tenemos un Canayín que se nos cuele de último momento y opere el milagro.
Sea lo que sea, desde este momento entramos en un estado catatónico al que rigurosa y puntualmente acudimos cada cuatro años. Casi siempre ya sabemos de antemano el final de la película, pero da igual: cada ciclo mundialista llegamos a la cita con la esperanza de que el ejemplo de AMLO se apropie del espíritu del TRI y se cambie la historia. ¿Si el de Macuspana todo indica se le hará a la tercera, porqué a los míticos “ratoncitos verdes” no?, ¿Y por qué no soñar con el ya karmánico quinto partido?
Va. Se vale soñar.
Pero no todo es sufrimiento, también hay buenas: ¡Ya calificamos al Mundial 2026!
¡Uff, un sufrimiento menos!
Y para estar a tono con el partido y parafraseando a Nietzsche, aquel filósofo alemán que se refería “al dogma de la inmaculada percepción”, pues nosotros como buenos aficionados al TRI, nos preparamos para entrar a nuestro “inmaculado dogma del sufrimiento”.
Que el espíritu de Zague pues, nos acompañe con los alemanes.
Buen día y buena suerte.