El gas pizarra y el fracking

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Por Antonio Gershenson

En 2008, en Estados Unidos, los primeros pozos de gas shale, o pizarra, o lutitas, fueron perforados en el estado de Pennsylvania. Se han producido enormes cantidades, pero también han causado numerosos problemas.

Pozos explotaban para perforar minerales, que tenían inserto gas. La perforación era con agua agregada con productos químicos, rompiendo rocas y otros materiales, como algas muertas en un pasado lejano. Los materiales contenían metano (gas) comprimido a presión en huecos.

Se usó ampliamente sacar el gas mediante el fracturamiento hidráulico. También se utiliza ese sistema en México para extraer petróleo: trasnacionales recurren a él en Chicontepec, con daños a casas cercanas a las obras. Se inyectan líquidos con arenas de grano más grande, y resulta un fluido viscoso a alta presión capaz de romper la roca. El líquido general con productos químicos ayuda al flujo del petróleo que se va a extraer.

El esfuerzo para refinar las tecnologías del gas pizarra se topaba con algunos de los mayores esfuerzos: los que tenían que ver con el agua.

Unos 15 millones de litros eran necesarios para cada tanda, mucho más de los 400 mil litros convencionales que antes se necesitaban en la misma Pennsylvania.

Los recipientes para que llegara el agua en grandes cantidades eran y son enormes, del orden de 45 millones de litros.

Otra parte es la del desperdicio, el descartamiento del agua usada. El reuso que la misma agua ya lleva es un problema mayor que su uso inicial. Ambos son, entre otras cosas, una plaga para los que viven alrededor de las obras.

Estos ejemplos se han dado en Estados Unidos, pero con sus matices; se han dado en Chicontepec, cuando empresas de ese país llevaron las mismas técnicas y los que ya vivían ahí, o los que se cambiaron ahí, sufrieron las mismas consecuencias, aunque todavía en menor escala.

Algunos ejemplos de allá: pérdida de agua potable; imposibilidad de usarla para bañarse, cocinar, beberla. Enfermedades de los niños por el agua y viento contaminados. Ruido permanente de las instalaciones compresoras y las plantas procesadoras de gas.

El líquido está más que contaminado. Incluye productos químicos, otros muy salados, bacterias, metales pesados, desperdicios industriales y otros más.

Se ha dañado a niños, han muerto peces y cultivos. El gas ha afectado la salud de personas y animales. El fracturamiento hidráulico es calificado de efecto Halliburton, por el nombre de la empresa que inició esa operación y que la usa en Chicontepec. Una víctima dijo que era un gran experimento químico en la tierra.

Afectados demandaron a empresas como estas, después de haber sufrido efectos del viento sucio, quemaduras en los ojos, irritación en la garganta y otros efectos con el gas liberado supuestamente por accidente. Los vecinos se vieron obligados a mantener a los niños encerrados en casa.

Demandas de afectados incluyeron la indemnización por sus casas, considerando que nadie se las compraría en las actuales condiciones.

¿Qué se hace y qué se pretende hacer en México?

Se han perforado unos cuantos pozos de gas pizarra. Lo de Chicontepec no es, hasta el momento, este tipo de perforación, sino el uso para pozos de petróleo crudo y gas, muy poco productivos (en promedio 27 barriles diarios de crudo por pozo).

De los pozos de pizarra, varios resultaron improductivos o no comerciales. Unos cinco más producen pizarra.

Se habla en los medios oficiales sobre entregar, para perforación de pozos de pizarra, a empresas privadas. Si se llegara, como se dice, a una producción en gran escala, que tomaría muchos años, los problemas están anunciados con las experiencias mencionadas. Hay amplias zonas en México en las que el agua no abunda. La entrega de fuentes de agua, por ejemplo, a embotelladoras, ha afectado a la agricultura y a otras fuentes productivas.

A los privatistas les recordamos que el artículo 27 da prerrogativas al Estado: tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado.

En varios países de Europa está prohibido, por sus consecuencias, el uso o desarrollo de gas pizarra. Se alega la defensa de la agricultura, ganadería y en general de actividades cuya realización requiere del agua.

En Estados Unidos ha habido actos diversos en defensa del cuidado del agua potable, incluso en las cámaras legislativas. Debemos defender nuestros recursos también en México y no dar preferencia a las utilidades personales de los beneficiados.

antonio.gershenson@gmail.com

Fuente: La Jornada

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