Jaime Rodríguez Calderón anunció que la fiesta de su informe era diferente a la tradicional entrega de cuentas, aunque, en los hechos, resultó una ceremonia más, al estilo del PRI, diseñada para el lucimiento del gobernador.
Algunos de los diputados que le criticaron por la mañana el show en el que se había convertido el gobierno de El Bronco en su primer año, acudieron al Pabellón M para aplaudir el espectáculo musical y de videos que presentó el mandatario, reconvertido en maestro de ceremonias y presentador de sus presuntos logros.
Unas 4 mil personas acudieron, durante dos horas, al evento en el que el nuevoleonés, caracterizado como el personaje que lo encumbró en la política mexicana, hablaba en bloques de 10 minutos para dar paso a testimonios que eran transmitidos en tres pantallas gigantes, así como la interpretación de canciones hechas para la ocasión por un grupo regional.
Toda la parafernalia fue un montaje preparado por Guillermo Rentería, su ideólogo, mercadólogo, consejero y estratega. En ese ambiente que el publicista llama sus “memadas”, Rodríguez Calderón mencionó una y otra vez que el suyo era un gobierno diferente, pionero en el país por su independencia de partidos, que quería hacer de Nuevo León el mejor estado para vivir.
El evento empezó a las 18:30 con un rap, en el que un cantante, acompañado de dos bailarinas, mencionaba con ritmos modernos las supuestas hazañas de El Bronco.
A continuación, vestido con su chaleco de cuero, mezclilla, y botas apareció Rodríguez en el centro del magnífico escenario y, aunque dijo que no acudía para recibir “el confeti en la cabeza”, protagonizó un festejo en el que todo fue autoadulación.
En presencia de Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, quien acudió en representación del presidente Enrique Peña Nieto, el gobernador sin partido dio voz a los alcaldes de los municipios rurales que aparecieron en un video, en el que decían que se llevaban muy bien con él.
Luego habló de los mismos logros que ha promocionado a lo largo estos últimos meses, como la reducción del déficit de 10 mil millones de pesos a 6 mil millones, la entrega de servicio de transporte gratuito a 30 mil estudiantes, y la facilitación de espacios a 10 mil jóvenes en preparatorias privadas de la localidad.
Al igual que lo hizo en la mañana ante los diputados, anunció que el gobierno del estado tomaría el control del sistema rápido de autobuses conocido como Ecovía, debido a su ineficiente servicio y a su inoperancia. “No vale madre”, espetó.
También anunció el cierre inmediato de 52 pedreras en la entidad, con el propósito de reducir los índices de contaminación que generan en la zona metropolitana. Dijo que cada una de esas factorías volverá a abrir sus puertas tan pronto como pase por una certificación para regular las condiciones ambientales en las que opera.
El gobernador también se comprometió a reducir en al menos 30 por ciento el índice delictivo en Monterrey, imponiéndose un plazo no mayor de 60 días para lograr ese objetivo.
Frente al escenario había un enorme cronómetro que marcaba, en cuenta regresiva, los 10 minutos que duraban las intervenciones del gobernador, antes de cortar su discurso y dar paso a videos, canciones e invitados.
En las gradas no había acarreados, aunque sí unas mil 400 personas invitadas por Facebook, aclaró.
Tras enfrentar en el Congreso local el reclamo de los diputados, que le recordaron que había prometido conectividad inalámbrica al campo, Rodríguez se comprometió a llevar internet en el 2017 a todos los poblados rurales con más de mil habitantes.
También anunció un ambicioso programa deportivo en la entidad. El púgil Julio César Chávez, presente en el evento, será el encargado de organizar torneos de box en los barrios de la localidad.
Igual reveló que un grupo de empresarios aportarán 160 millones de pesos para preparar desde ahora en Nuevo León deportistas de alto rendimiento para que traigan, de las Olimpiadas de Tokio 2020, medallas de oro, plata y bronce.
Más aún, mencionó que el empresario Alfredo Harp Helún donará 100 gimnasios que próximamente serán construidos en la entidad.
Cerca de las 20:30 horas se colocó un pastel con un gran número 1 en recuerdo del primer aniversario del “bronco gobierno”. El mandatario independiente, acompañado de su esposa Adalina Ávalos, hijos y su nieta, subió al escenario a apagar la vela.
La ceremonia terminó, pero el mismo Bronco pidió a los invitados que permanecieran para disfrutar números musicales que serían presentados a continuación.
Fuente: Proceso/ Luciano Campos Garza