Destituyen al primer ministro de Suecia

0

La centroderecha y la extrema derecha se aliaron este martes en Suecia para echar al primer ministro socialdemócrata Stefan Löfven, debilitado tras unas legislativas en las que ningún partido obtuvo una mayoría clara, dando paso a las negociaciones para formar un nuevo gobierno.

Para neutralizar a la extrema derecha, tanto la derecha como la izquierda -minoritaria- piden un diálogo entre los bloques y la búsqueda de un consenso, especialmente en el presupuesto.

Pero esta ambición choca con la rivalidad entre Stefan Löfven y el dirigente conservador Ulf Kristersson, quienes aspiran a convertirse en primer ministro con el apoyo del otro en el Parlamento.

“Suecia necesita un nuevo gobierno que busque un amplio apoyo político para dirigir las reformas”, abogó Kristersson ante los parlamentarios antes de la votación.

“Los socialdemócratas obtuvieron el mayor número de escaños” en la cámara, le respondió Löfven. “La votación de hoy no cambia nada la relación de fuerzas decidida por los electores”, dijo.

Un total de 204 parlamentarios entre 349 votaron en contra de la moción de confianza, es decir todos los de la derecha, del centro y de la extrema derecha, menos un voto.

El presidente del parlamento, el conservador Andreas Norlén, convidará el jueves a los representantes de los partidos con escaños en el Riksdag, el parlamento unicameral del país escandinavo, a consultas para formar un nuevo gobierno.

Las legislativas del 9 de septiembre sancionaron al gobierno y dieron a la extrema derecha el 18 por ciento de los votos, tras un mandato marcado por la llegada de cientos de miles de solicitantes de asilo que suscitó un fuerte debate sobre la integración.

Extrema derecha en busca de influencia

Tras el debilitamiento de Löfven, Ulf Kristersson quiere asumir el mando y proponer una sucesión de derecha. Stefan Löfven dejó claro por su parte tras la votación que pretendía seguir “sirviendo al país” como próximo primer ministro.

Su coalición minoritaria de centroizquierda, que reunía a su Partido Socialdemócrata y los ecologistas con el apoyo informal del Partido de Izquierda (excomunistas) en el parlamento, salvó los muebles en las legislativas al conservar un escaño más que la Alianza de derecha y de centro.

Además, los socialdemócratas, aunque registraron su peor resultado en varias décadas, siguen siendo el primer partido de Suecia, muy por delante de los Moderados (conservadores) y de los Demócratas de Suecia (extrema derecha).

Luego de las consultas que podrían durar varias semanas, el presidente del parlamento someterá a los parlamentarios el nombre de un candidato al puesto de primer ministro y la coalición que propone.

En caso de que una mayoría de 175 diputados rechace la propuesta -lo que no ha ocurrido nunca-, Norlén cuenta con tres intentos más antes de convocar nuevas elecciones.

Con toda probabilidad, después de la moción de censura contra Stefan Löfven, debería solicitar primero al dirigente conservador.

Pero con 143 escaños frente a 144 para el centroizquierda, sin acuerdo con los socialdemócratas, su coalición no tiene más remedio que aliarse con la extrema derecha.

 “No cooperaremos ni con el Partido de Izquierda ni con los Demócratas de Suecia”, insistió el martes Ulf Kirstersson. En cambio, una parte de su base está a favor de acuerdos puntuales con la formación antiinmigrantes.

Kristersson podría romper con sus socios centristas y liberales que se oponen firmemente a esta posibilidad y podrían aceptar la mano tendida por la izquierda.

En cuanto a la extrema derecha, que hizo elegir el lunes al presidente conservador del parlamento, está decidida a aprovechar sus 62 escaños en el Riksdag.

“Estamos dispuestos a negociar, a cooperar y a encontrar compromisos con todos los partidos […] pero […] haremos todo lo posible por hacer fracasar cualquier intento de formar un gobierno que no nos otorgue un mínimo de influencia”, advirtió su dirigente, Jimmie Akesson.

Esperando los resultados de las negociaciones, Löfven permanece en su cargo para gestionar los asuntos corrientes.

Fuente: La Jornada

Comments are closed.