Beto O’Rourke, el joven demócrata que captó la atención nacional en el otoño con una inesperada campaña en el conservador estado de Texas, lanzó este sábado formalmente su candidatura en su pueblo natal de El Paso, con la promesa de traer una dinámica unificadora, valores progresistas y un cambio generacional de los políticos.
“Este es el momento de la verdad para nosotros”, dijo ante una entusiasmada multitud de al menos mil personas.
Hablando a solo unas cuadras de la frontera con México, destacó una de las mayores diferencias que tiene con el hombre que espera suceder en la Casa Blanca, Donald Trump, sin nombrar en ningún momento al presidente de Estados Unidos.
Mientras Trump busca construir un muro en la frontera y en los últimos días amenazó con cerrarla si México no logra detener el flujo de migrantes, O’Rourke describió Estados Unidos como “un país de migrantes y de solicitantes de asilo y refugio (quienes) son la premisa de nuestra fuerza, de nuestro éxito y, sí, de nuestra seguridad”.
En un implícito reproche a Trump dijo que su pueblo era más seguro por sus inmigrantes, no más peligroso.
De ser electo dijo que impulsará una reforma migratoria integral, que reunificará a las familias separadas en la frontera y que “sacará a millones más (de migrantes indocumentados) de las sombras”.
Hablando enérgicamente mientras caminaba en el escenario con su camisa de Oxford enrollada, el político de 46 años enlistó sus prioridades: rehacer la economía “que funciona demasiado bien para muy pocos y para nada para muchos”, conseguir “un seguro médico universal de alta calidad” y aprovechar la “última y mejor esperanza de la nación para evitar una catástrofe” climática.
Llamó a Estados Unidos a reducir sus guerras en el extranjero, a fortalecer sus alianzas y “a terminar estas relaciones de amor con dictadores y hombres fuertes”.
Su mensaje estaba claramente dirigido no solo a la gente de El Paso, sino a los demócratas de todo el país, ya que el partido se prepara para una amplia campaña para ver quién desafía a Trump en las elecciones de 2020.
Una esperanza demócrata
O’Rourke señaló que ayudó a impulsar la participación electoral en Texas, particularmente entre los jóvenes, hasta alcanzar algunos de los niveles más altos en años.
Había dado a conocer su intención de postularse para la presidencia a mediados de marzo, y en un solo día recaudó enormes donaciones por 6.1 millones de dólares, lo que le dio relevancia inmediata en el abarrotado campo demócrata.
Desde entonces ha estado haciendo campaña, generalmente ante grandes multitudes, en los estados con voto anticipado como Iowa y Nueva Hampshire.
Este ex miembro de la Cámara de Representantes (de 2013 a 2019) del Congreso que fue un roquero punk se llama Robert O’Rourke, pero es conocido como Beto. Pese a que perdió, su exitosa campaña de noviembre pasado contra el senador Ted Cruz atrajo la atención nacional.
El buen resultado en Texas, de votación tradicionalmente conservadora, lo impulsó a ser una de las esperanzas de los demócratas para las elecciones presidenciales de 2020, con el apoyo de muchas celebridades, entre ellas Beyoncé, nativa de Houston.
Con las donaciones reunidas en marzo pasado eclipsó el resultado que tuvo el veterano Bernie Sanders, senador independiente por Vermont, en el extremo izquierdo del espectro político, que con 88 años marcha a la cabeza de los sondeos en la carrera por la investidura demócrata entre los 16 candidatos declarados.
Por otra parte, el ex vicepresidente de Barack Obama, el centrista Joe Biden, de 76 años, cuya candidatura sigue en suspenso, todavía marcha muy arriba en las encuestas.
En el lado republicano, solo un ex gobernador moderado, Bill Weld, se lanzó contra Donald Trump.
Pero el presidente de Estados Unidos ha recibido un “apoyo incondicional” del partido y goza de una gran popularidad entre los votantes republicanos, casi el 90 por ciento.
Fuente: AFP